Narra Nat:Estaba tan feliz por un viaje a solas con Max, que desearía que nos quedáramos ahí para siempre, solo él y yo. Lo único que me pareció muy divertido, fue verlo empacando todo como si no quisiera olvidar nada, y lo que más me hizo reír, es que salió corriendo de la casa, dejándome adentro.
No le dije nada, porque quería ver su reacción al notar que le faltaba su acompañante; me enamoré de un loco adorable. Me sorprendió mucho que no entrara en la casa; y al asomarme, entra para cargarme como costal de papas, lo cual me molestó un poco.
- ¡Oye! ¿Qué haces? ¡Bájame, puedo caminar solo!
- No te vi caminar hacia el auto cuando te dejé adentro. - Responde con algo de ironía.
- Jajajaja, ¿por qué me dejas adentro entonces?
- Oh pues, perdóname, no quería dejar nada.
- No te preocupes, solo dejaste a tu acompañante, ¿qué se siente?
- Ya basta o te castigaré. - Eso me dio risa.
- ¡Uy sí, que miedo me das! - Y me suelta una nalgada.
Sentí un leve ardor con su mano cayendo sobre mi trasero, pero lo que en verdad me excitó, fueron los pequeños círculos que dibujó después. Me baja, indica que me suba, cuando ya estaba sentado se acercó a mí para colocar el cinturón, pero quité su mano para traerlo sobre mí.
Conseguí más que un beso, Max literalmente arrasó con mi cuello, estaba comiéndolo como si fuera lo más delicioso que ha probado. Mi excitación solo iba en aumento, deslicé mi mano por su torso, hasta que llegué a su entrepierna y pude sentir como crecía aquello por mí.
Tenía tantas ganas de decirle que se metiera en el auto, que lo empañáramos y que me hiciera gritar de placer. Pero, como ya se le hizo costumbre, solo me excitó y luego se salió de ahí, para correr al asiento del piloto; lo cual, está empezando a enojarme.
Pasamos varias horas en ese auto, hasta que llegamos a una estación de combustible, donde él me dijo que fuera al baño. Cuando regresé, ya había comprado bocadillos para el resto del viaje, aunque yo ya no hice nada para provocarlo y ni siquiera hablé para no sentirme incómodo.
- ¿Nat? ¿Estás bien?
- ¡Bastante bien, solo quiero comer unas gomitas!
- ¿Estás... Enojado conmigo?
- No, para nada... ¿Qué te hace decir eso? - Mencioné con ironía.
- Oye, podemos hablar sobre esto ¿si?
- No veo la razón de hablar sobre algo que se debe demostrar.
- Por favor, no me hagas esto, tú no sabes cómo me siento.
- ¿Y tú sí sabes cómo me siento yo? He tratado de demostrarte cuánto te amo desde hace dos meses; pero a ti parece no importarte... Ni siquiera quieres decirlo.
- No deberías de ser tan duro conmigo...
- ¿Sabes qué Max? ¡Solo déjame comer las gomitas en paz!
Estaba tan furioso en ese momento, que no pude ocultarlo; en realidad, creo que solo esperaba la oportunidad de expresarlo. Era como si necesitara sacarlo de mi pecho para que no me ahogara en ese dolor, y al llegar a la recepción del precioso hotel, la herida se abrió de nuevo.
- Buenos días.
- Buenos días, tenemos una reservación.
- Oh, sí, Licenciado Saran, reservó la souite de pareja.
- ¿De pareja? ¿Está segura que es la nuestra? ¿No será la de hermanos?
- Mmm, no. De hecho, es la correcta, ¿por qué cree que es un error?
- Porque el Licenciado aquí presente, tiene cierto repudio hacia mí.
Mis palabras parecen tener gran impacto en Max, ya que al verlo, puedo notar sus ojos aguantándose las lágrimas. Pero, por más que me esfuerzo en analizar la razón por la que no quiere estar conmigo, sigo pensando que mi edad solo es una maldita excusa para él.
Narra Max:
Comprendo que Nat esté furioso conmigo; sin embargo, no había necesidad de usar la palabra "repudio" para referirse a sí mismo. Y lo peor, fue que se lo dijo a la recepcionista, aunque ella solo nos miró a ambos, sé que su mirada decía más de mil palabras.
Cuando nos dieron la tarjeta llave, fuimos de inmediato al ascensor, no dije nada porque el botones del hotel iba con nosotros. Entré en la habitación, pero me quedé esperando a que Nat entrara, así que me acerqué de nuevo a la puerta y ahí estaba, hablando con otro hombre.
- Oye, ¿cuántos años tienes?
- Estoy por cumplir 18, ¿por qué? ¿Crees que soy muy joven?
- Para nada, mi ex tenía tu edad cuando perdimos la virginidad.
- ¿En serio? ¿Y tú eres mayor que él?
- Así es, casi cinco años mayor.
- ¿Por qué ya no están juntos? ¿Acaso no se amaban?
- Aún lo amo, pero él está en el extranjero y terminó conmigo porque dijo que quería que fuera feliz con alguien más.
- ¿Y piensas esperarlo hasta que regrese?
- Ahora que te conozco, lo estoy pensando...
- Si tan contento estás, que él te de tu propina...
Azoté la puerta con ira, dejando a Nat afuera con ese imbécil, en verdad es irritante verlo coquetear con otro hombre. Luego me fui a la ducha, aún estaba muy molesto, lo último que quería era verlo, porque no quería decir nada de lo que me pudiera arrepentir después.
- ¡Max! ¿Por qué le dijiste eso a ese chico?
- Aclaremos... Primero, ese no es un chico, es un hombre; y en segundo lugar, me estoy duchando.
- ¡Solo estábamos hablando! ¿Cuál es el maldito problema?
- Parece que ninguno, ya que no puedo reclamarte ¿o sí?
- No, no puedes, ¿y por qué estás celoso? ¡Tú no quieres estar conmigo!
- Me gustaría que tuvieras 26 años y yo 17, para que te pusieras en mi lugar.
- Estoy seguro de que no tendría miedo de estar con la persona que amo... ¡¿Y sabes qué?! ¡Ya estoy cansado de mendigar tu amor! ¡Me largo de aquí!
- ¡Nat!... ¡NAT!
No pude hacer nada para detenerlo, estaba completamente desnudo, así que tuve que vestirme antes de salir a perseguirlo. Llegando a la recepción pregunté por él y la señorita me dijo que lo vio salir con el idiota del botones, hacia un bar que frecuenta cerca del hotel.
Me da la dirección, efectivamente ahí estaban, bailando juntos, como si fueran una pareja, y eso no lo permitiré, juro que tengo ganas de matar a golpes a ese maldito...
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Yo No Te Abandoné "MaxNat"
Fiksi PenggemarNat es un niño huérfano de padre, su madre se casa de nuevo; pero, Max es el sueño hecho realidad de Nat. Su madre se entera y lo lleva lejos para vengarse de él por haberse enamorado de su esposo...