Capítulo 18

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Narra Nat:

La conversación sobre mi padre se puso tan interesante, que me hizo olvidar por completo dos cosas importantes. En primer lugar, que estábamos más calientes que una estufa y en segundo, que el padre de Max vendrá aquí y tendré que conocerlo.

- ¡Max! ¿Tu padre? ¿Él? Mmm, ¿Crees que yo le agrade?

- ¿Estás saliendo con mi padre o conmigo?

- ¡No seas idiota para hacerme preguntas! ¡Obviamente salgo contigo!

- Entonces deberías de preocuparte por agradarme a mí y no a mi padre.

- ¿Y si no me acepta?

- Bueno, cuando quieras salir conmigo de nuevo, me avisas. Mientras iré al Lobby, para ver si le coqueteo a alguien.

- ¡MAX!

Lo agarré del cuello con fuerza e hice que se acostara sobre mí, como si yo fuera su cama y él como todo un precioso solo se acomodó. En pocos momentos, siento como empieza a olerme, parecía que quería impregnar mi aroma en su nariz, después se acerca a mis labios y deposita un beso fugaz.

- ¿A quién podría coquetearle, si no eres tú? - Sonreí tímidamente.

- Te amo Max. - Me besa de nuevo.

- Yo te amo más... - Mientras sigue besando algunas partes de rostro, cuello y torso, yo seguí hablando.

- ¡De verdad tengo muchas ganas de causarle una buena impresión a tu padre!

- Lo sé, te entiendo mi niño. - Sigue besándome.

- ¡Ya basta! Estamos hablando de algo serio.

- No, yo no... Yo estoy saboreando todo lo que ya es mío. - Muerde suavemente mi cuello.

- ¡Max, espera, me haces cosquillas! ¡Ya quédate quieto! ¡MAX! Jajajaja...

Ayer, todo lo que se escuchaba en nuestra habitación, eran gemidos; y hoy, solamente se distinguen nuestras risas. En este momento, descubro que mi madre nunca fue feliz, porque no quiso serlo, ya que yo soy el más afortunado en este mundo, solo con pensar en Max.

Tok Tok Tok

- ¡Yo voy! - Alguien me librará de sus cosquillas.

- ¡Un momento jovencito! ¡Usted desnudo no va a ningún lado! - Me agarra con fuerza.

Es cierto, antes de la llamada de, ¿pueden creerlo? "mi suegro", Max había quitado mi ropa interior y no lo recordaba. Así que él, hizo que me la pusiera de nuevo, junto con una camiseta para poder levantarme de la cama y abrir la puerta, a quien sea que tocó... ¡Vaya sorpresa!

- ¡Max! ¡Qué gusto que estés aquí!

- Te diría niño, pero me parece que ya no lo eres...

- ¡¿Otra vez coqueteándole?! - Mi Max y sus celos, lo amo.

- Wow, tranquilo; yo solo le traje esto. - Me entrega un paquete. - Los encontré anoche en mi casa, creo que son los que mi novio usaba después de una noche agitada... Espero que te sirvan.

- ¡Eres muy tierno! ¡Te agradezco por pensar en mí siempre!

- ¿Por pensar en ti siempre? ¿Qué significa eso?

- Bueno, el plan de celos funcionó; porque ayer ardimos en pasión mi amor.

- ¿Ustedes planearon provocar mis celos?

- ¡Fue idea del niño! Yo solo le seguí la corriente.

- ¡Oye! - Dije indignado.

- ¡Muchas gracias por lo que sea que traiga el paquete! Pero, Nat y yo tenemos que hablar... Si nos disculpas.

- ¡Claro! ¡Gócenlo! - Dice con sonrisa malévola.

Ni siquiera pude pedir ayuda, solo me levantó como si yo fuera un costal de papas y de nuevo acabé siendo arrojado en la cama. Diría que me molesta, pero la verdad es que me encanta que él sea así conmigo; además que no lo hace por maldad, sino por diversión, aunque no lo admita.

Narra Max:

Debería de estar muy enojado con Nat después de descubrir que todo fue un simple plan para que yo le hiciera el amor. Sin embargo, me parece muy divertido lo que hizo, así que decidí jugar al chino enojado e indignado con mi niño; y lo que más me enamora de él, es su hermosa sonrisa.

- ¡A mí no me parece divertido fíjate!

- Pues a mí sí. Ayer fuiste asombroso.

Muerde su labio inferior, se da vuelta, se pone sobre sus rodillas y manos para empezar a gatear hacia mí; a cada paso, más me excitaba. Al llegar a mí, se arrodilla, luego sus manos suben por mis brazos hasta mis hombros, y poco a poco se acerca a mis labios para poder besarnos con gran ímpetu.

No sabía que mi niño podía ser así de sexy, actuar tan sensual que enciende todos mis sentidos, incluyendo los más bajos. Porque cuando lo vi gatear, tuve la intención de someterlo con fuerza y sin piedad alguna; realmente me excité.

- Espera. - Me separo de sus labios. - ¿Qué te dio tu amiguito en ese paquete?

- Pues, lubricante, condones y un enorme consolador. - Contesta irónico.

- No estoy jugando Nat... - Lo abre, se sorprende y me lo enseña.

- Son medicinas, para el dolor y la inflamación.

- Me miras como si en verdad las necesitaras.

- ¡Y tú lo dices como si no te has visto el tamaño de esa cosa!

- ¡NAT!

Tuve que jugar con él y hacerle muchas cosquillas en venganza, no puede decir algo tan privado con tanto descaro. Aunque, pronto pasamos de juegos a besos, no sé cómo, pero estaba fascinado con eso, así que me esfuerzo para que él se excite con rapidez y...

BZZZ BZZZ

- ¡Maldito celular! ¡Lo odio! Lo quemaré y diré que fue un accidente...

- Tranquilo Nat...

- ¡No me calmes!... Ya sé, también colgaré un letrero en la puerta que diga: "Si te atreves a tocar, espero que te estés muriendo; porque si no, yo mismo te mataré. Atte. El pasivo".

- Jajajaja Nat, solo fue un mensaje. Mi papá dice que ya recibió la información y que llegará mañana.

- ¿Fue tu padre? ¿De verdad?

- Sí, fue él... Ahora ven, porque tengo hambre.

- Pero, aún no han traído el desayuno.

- ¿Y quién dijo que tengo hambre de comida?

Se muerde el labio al comprender mi mensaje y yo lo traigo a la cama de nuevo, para disfrutar de ese delicioso cuerpecito...

Yo No Te Abandoné "MaxNat"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora