Capítulo 10

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Narra Max:

Pasaron los primeros meses, yo estaba tan decepcionado, que acusé a la policía por no haberlo buscado desde el primer día. Salía todas las mañanas con su foto, le preguntaba a todos los que encontraba sobre mi niño y nadie me decía nada.

Por la tarde iba al bufete, estaba tan perdido en la noción del tiempo, que olvidé el cumpleaños de Nat, mi secretaria me lo recordó. Así que, fui muy tarde a una juguetería, para comprar el mejor auto a control remoto que tenían, le escribí una nota y lo guardé.

Unos días más tarde me di cuenta de que no me estaba dando resultados la búsqueda, por más que me esforzaba, no lo encontraba. Así que tomé una importante decisión sobre mis gastos mientras Nat estuvo conmigo; y fue cuando llamé a mi contador.

- Licenciado Saran, ¿qué necesita?

- Saque un estado de cuenta de mis gastos mensuales cuando Nat estuvo conmigo.

- ¿Y cuándo lo tenga qué haré con eso?

- Desviar mensualmente la misma cantidad, a una cuenta que esté a nombre de mi niño.

- Como usted ordene Licenciado, con permiso.

Mi niño cumplió 13, 14 y 15 años; increíblemente, yo seguía sin encontrarlo, lloraba en cualquier parte de la casa donde tuviera recuerdos. Fue por esa razón que decidí mudarme, no podía vivir así y fue la recomendación que me dio Any, una noche mientras cenaba en el restaurante.

- Daría todo por verte feliz.

- Solo él puede hacerme feliz.

- Volverá a ti, puedo sentirlo... Pero, ¡no te atrevas a recibirlo en esa casa!

- ¿Por qué no?

- Piénsalo Max, su madre lo golpeó ahí mientras tú no estabas... Estoy muy segura de que no deseará revivir esos recuerdos.

- Tienes razón, mañana mismo contrataré un servicio de mudanzas; muchas gracias Any.

Eso es verdad, Nat no desearía recordarlo, así que inmediatamente busqué una casa al día siguiente, que fuera pequeña. Lo que sí fue exigencia, es que tuviera tres habitaciones; la primera para un joven, la segunda para mí y en la tercera, guardé todas las cosas intactas de mi niño.

El día del cumpleaños número 16 de mi niño, estaba concentrado en su diario, ¿por qué su madre lo quemó? Así que revisé las páginas que no se dañaron, en las primeras líneas me doy cuenta que soy el único protagonista de ese precioso libro de mi Nat.

Cada párrafo habla sobre mí, la forma en cómo se sentía compartiendo un momento conmigo; y descubrí su amor por mí. Eso fue tan hermoso, es decir, no me importa que digan que soy un maldito pedófilo, leer estas preciosas palabras, me hizo darme cuenta de que yo también lo amo.

El diario de mi Nat, me hizo agilizar mi búsqueda, no estoy dispuesto a esperar a que la policía lo encuentre por mí. A la mañana siguiente, empecé a buscar en pueblos, pero nadie había visto a una mujer con un niño, un día, tomando un café con un bocadillo, la vi.

Era ella, su cabello estaba corto y teñido, pero estaba seguro de su identidad; me acerqué para ver su nombre. Ahí noté que lo cambió, por eso no la encontrábamos, pero antes de que me viera, llamé a la policía, luego saqué el documento que me respaldaba como Tutor Legal de mi Nat.

- ¡Al fin te encontré maldita! ¡Devuélveme a Nat y no te meteré a prisión!

- Yo a usted no lo conozco y no sé de quién me habla.

- Eres tú, te conozco, con ropa y sin ropa; ¿o ya olvidaste que te paseabas desnuda frente a mí para que te tocara y nunca lo hice? De haberlo hecho, me sentiría asqueado ahora.

- ¡Suéltame idiota! Es cierto, nunca fuiste suficientemente hombre para tocarme.

- ¡Sabía que eras tú! ¿Dónde está Nat? ¡Dilo antes de que te acuse de secuestro!

- Es mi hijo, ante la ley, yo no lo secuestré.

- En realidad lo es, perdiste su custodia hace seis años, aquí puedes verlo.

- ¡Me quitaste la custodia de mi hijo! ¡Eres un imbécil!

- Devuélvelo por las buenas o juro que te va a pesar.

Ella vio hacia varios lugares, lo cual me pareció sospechoso; pero no vi venir que gritaría que yo estaba acosándola. Mientras me detenían, ella aprovechó para salir corriendo, aunque logré demostrar que ella ha secuestrado a mi niño, al salir, no sabía en qué auto iba.

Hasta que alcancé a notarla en un auto que no era tan diferente al anterior; me subo al mío y la persigo como loco. En cuestión de minutos, la policía también empieza a seguirla, ya que llamé para dar el número que tenía su vehículo; y recibo una llamada de un celular no agendado.

- Soy yo, Nat está donde jamás lo encontrarás.

- ¡Dámelo! ¡ES MÍO!

- ¿Quieres ver cómo termina esta inútil búsqueda para ti?

Me quedo con la boca abierta cuando la veo acelerar su auto con la luz roja y un camión la golpea con toda su velocidad. Salgo de mi auto sorprendido, corro hasta donde está el suyo, después de ser volcado por el camión, y cuando la saqué aún estaba con vida.

- ¡Por favor, dímelo!

- Prefiero... Morir.

Yo estaba llorando, mientras ella escupía sangre, parece que por el impacto, sus costillas se quebraron y perforaron sus pulmones. Poco a poco se fueron llenado de sangre, y pese a todo el odio que le sentía por haberlo separado de mí, me quedé ahí con ella, antes de morir me dijo.

- Está... En... En... Un... So... Sótano... ¡En... Encuéntralo... Si puedes! - Con una sonrisa malévola.

Segundos después, había fallecido en mis brazos, muchas dudas quedaron en mi cabeza, pero la policía investigó todo. Sin embargo, al preguntar a los vecinos, dijeron que ella vivía completamente sola, hasta que los oficiales entraron a la casa.

Me llegó por correo una copia de su expediente, me dolió tanto verlo en el estado que lo encontraron, fue difícil. Esa misma tarde me llamaron, que mi niño fue llevado al Sistema de Pretección al Menor, y sin dudarlo llegué hasta allá.

Cuando lo llevé a nuestro nuevo hogar, deseaba tanto abrazarlo, pero él me lo impidió y se rompió mi corazón al escuchar que me odiaba. Al siguiente día, lo veo revolviendo todo, esa escena me encantó tanto, que moría por besarlo, y en cuánto tuve la oportunidad, lo hice.

Aunque debo admitir, que ver sus marcas, reabrió las heridas que se crearon en ambos durante estos dolorosos seis años. Así que, esa misma tarde, dejé a mi Nat con sus amigos de infancia y me fui a buscar una farmacia, que tuviera los mejores medicamentos para desvanecer cicatrices.

- Tenemos estos tres.

- ¿Cómo debo aplicarlos?

- Debe regarlo por el área afectada y masajear un poco.

Regresé esa noche a casa, esperé a que estuviera dormido y por la madrugada entré para aplicarle los medicamentos. Aunque debo admitir que no fue lo único que hice, además, deposité besos en su cuerpo y de vez en cuando, lamentaba excitarme mientras tocaba su piel, porque estaba dormido.

- Aún con todas estas marcas, eres lo más hermoso que he visto y muero por hacerte el amor.

Fue así durante dos semanas, hasta que él lo notó, lo vi tan feliz que no me importó tener un par de ojeras, su sonrisa lo vale. No quería que fuera al bufete, porque eso indicaba que se iría lejos de mí después, aunque, con la cantidad de dinero en su cuenta bancaria, no me preocupa.

Pero, fue ahí donde descubrió todo esto; y ahora estoy seguro, de que sufriría de nuevo con tal de llegar a este momento, donde él está sentado entre mis piernas, con su espalda en mi pecho y amándonos como locos...

Yo No Te Abandoné "MaxNat"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora