Capítulo 17

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Narra Nat:

Fue malditamente increíble y asombroso todo lo que Max me hizo ayer, porque sí, ya es domingo y seguimos en la cama. Me dolió mucho la primera vez, pero debo admitir que lo disfruté por completo, y por la noche, Max ordenó una cena tan deliciosa como sus besos.

Estábamos tan agotados después del drama de celos de la noche anterior, y definitivamente era lo que necesitábamos. Creo que haber hablado con Max nos ayudó a ambos; quitó mi enojo contra mi Max e hizo que a él se le quitara el miedo de tocarme y hacerme suyo.

Sigilosamente me voy al baño porque me estaba orinando, y al levantarme, me doy cuanta de que me duele desde la espalda, hasta los muslos. Pero, aún así logré llegar, cuando volví a la cama, lo veo sentado mirándome fijamente, lo que me causó mucha gracia y tuve que reírme un poco.

- No te di permiso de levantarte de la cama.

- No tengo que pedirte permiso...

- ¿Acaso te mandas solo?

- Mejor hazte responsable; por tu culpa no pude hacer...

- ¿No pudiste hacer qué? - Me mira confuso y yo desvío mi vista hacia el baño. - ¡¿Qué?! ¡¿Te lastimé?! ¡Te llevaré a la enfermería! - Se levanta corriendo hacia mí.

- No... Yo... - Sin poder evitarlo, empecé a reír a carcajadas.

- ¿Estás jugando con eso? - Me dice furioso.

- No realmente; porque sí me dolió levantarme y caminar hasta el baño.

- Te castigaré, porque con eso no se juega...

Me calla a besos calientes y húmedos, ahora que ya hicimos el amor, parece que puede excitarme con cualquier cosa. Se inclina un poco para lamer y succionar mi pezón derecho, sollocé su nombre mientras agarré su cabello con fuerza y me muerde suavemente.

- Debo portarme mal más seguido...

- ¿Qué significa eso? ¿Te irás con tu amiguito de la otra noche?

- En primer lugar, se llama Max y en segundo, no es mala idea... Iré a preguntarle si quiere tener sexo alocado conmigo.

- ¡Ven aquí Nat!

- AHAHAHA

Me lanzó a la cama, este loco me arrojó sobre la cama como si yo fuera un muñeco de peluche, y me encantó. Admito que me mordí el labio esperando mucho más que eso; y lo bueno es que él comprende mis mensajes, porque se vino sobre mí para besarme como un demente.

- ¡ERES MÍO NAT!

- No me grites que no estoy sordo.

- ¿Te recuerdo lo que hicimos ayer? ¡Solo yo puedo tocarte!

- Lo que indica que puedo salir con él sin que te enojes.

- ¡NO!... ¡Mirarte, hablarte, cortejarte, amarte, desearte, probarte, besarte y hacerte el amor, solo yo lo puedo hacer!... Es más, nadie tiene derecho ni siquiera de pensar en ti.

Me causó un poco de gracia lo que me dijo; aunque acepto que amé que lo dijera de esa manera, que le pertenezco solo a él. Efectivamente, soy suyo, y lo más importante, es que no necesita recordármelo, porque solo podría entregarme a su amor y sus caricias.

Lo agarré del cuello para hacer que me besara, pero parece que sus planes eran otros; porque arrancó mi ropa interior. Empezó a bajar dejando besos por mi torso y justo cuando estábamos más calientes que un volcán a punto de hacer erupción, su celular comenzó a vibrar.

Narra Max:

No permitiré que nadie tenga a Nat, es mío; y al que se atreva a mirarlo, soy capaz de sacarle los ojos. Nuestra excitación estaba aumentando con rapidez, quise ignorar mi celular, pero al ver el nombre de mi padre llamando, no pude dejarlo de lado.

- ¡Hola papá! ¿Cómo estás? - Puse la llamada en altavoz.

- Max, hijo, ¿Estoy bien y tú? ¿Estás ocupado?

- No papá, estoy disponible, dime, ¿qué necesitas?

- Me dijeron que querías hablar conmigo. Pero, qué estás en la playa.

- ¿Quieres venir y hablamos aquí? ¡Me encantaría decirte algo!

- Con gusto, mándame la dirección y llegaré... Solo que sería hasta mañana, este día ya tengo algo que hacer.

- Claro papá, aquí te espero; y por mensaje te enviaré la información.

Colgué la llamada, rápidamente le envié a mi padre la dirección del hotel donde estábamos y llamé a recepción para alargar nuestra estadía. Luego recordé que mi niño estaba conmigo y no sé si lo hice sentir incómodo con decir que no estoy ocupado, cuando realmente estamos juntos.

- Perdóname, no quise decirlo de esa manera.

- ¿De qué me hablas?

- De decir que no estoy ocupado... No fue mi intención, yo... - Agarra mi rostro con fuerza y me calla con un beso.

- ¿Crees que me enoja eso?

- No quiero que te sientas desplazado; eres muy importante para mí.

- Ni siquiera sabes lo que estoy pensando...

- Dímelo, para saber que me sigues amando como siempre.

- Max, no tienes la más mínima idea de lo afortunado que eres.

Entonces mi niño empieza a llorar, diciéndome que él daría su vida entera a cambio de una llamada de su padre; que con un simple "hola", sería la persona más feliz del mundo, y puse en perspectiva mi situación con la suya, porque siempre comparé la pérdida de mi madre con la de su padre.

Sin embargo, no es lo mismo, mi madre y mi padre, todo lo que siempre tuvieron para mí, fue amor, cariño y consejos. En cambio, a él le tocó una vida injusta, con una madre que asesinó a su padre por su maldita ambición y lo llevó a vivir seis años de puro dolor.

- Nat, no quiero ser insensible, pero, ¿dónde está sepultado tu padre?

- No, él no fue sepultado... Mi madre dijo que no soportaría verlo en una caja, así que mandó a cremar su cuerpo.

- ¿Por qué las cenizas no están contigo ahora?

- Porque en el pueblo donde vivíamos, hay un pequeño lago, a mi padre le gustaba mucho visitarlo; así que mi madre se subió en un bote y esparció sus cenizas ahí. ¿Por qué me preguntas eso?

- Solo sentí curiosidad... Una última pregunta: ¿tú no te subiste al bote?

- No, solo fue ella, dijo que preparara mi equipaje, porque cuando ella volviera nos iríamos.

- ¿Solo ella iba en el bote? ¿Qué no tenía amigos tu padre?

- ¿De qué hablas? ¡El pueblo entero sufrió su pérdida! Incluso hicieron un pequeño mural fuera de nuestra casa para recordarlo, hasta velas le pusieron alrededor.

Esto está muy raro, algo aquí no cuadra; y creo que debo hablar con Jimmy de nuevo para saber lo que está pasando...

Yo No Te Abandoné "MaxNat"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora