Entrenamiento

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Alec
Suevemente comencé a sacudir el cuerpo de Danielle para que despertará, mi mano derecha se posó en su cintura aun moviendola.

Danielle siempre ha sido una chica delgada con buenas curvas pero desde esa noche había bajado de peso moderadamente.

Y eso me preocupaba, ella pensaba que no lo sabía pero si lo hacía.

Sus cicatrices aún no sanaban recurdandole los sucesos de esa noche.

-¿qué pasó?-preguntó mi esposa aún somnolienta.

-ayer dijiste que querías volver a misiones-dije sonriendo nervioso ya que sería la primera vez que estaríamos completamente solos por mucho tiempo desde hace dos meses-debes de entrenar.

-pero dije que ayudaría a Simón e Izzy-respondió sentándose en la cama pasando su mano por su cara.

-llame a Isabelle  le dije entrenarias conmigo-dije haciendo un ademán con la mano.

-¿entrenaras conmigo?-preguntó con voz aguda, asenti sonriendo de lado-no deberías de estar haciendo cosas de jefe del instituto.

-esas cosas pueden esperar-conteste negando tomando sus manos que estaban frías-tu eres mi prioridad.

*****

Danielle

-
a

tenta-dijo Alec lanzando un palo de entrenamiento que atrape por poco.

-hace mucho que no te veía en el modo shadowhunter autoritario-dije tratando de sonar divertida.

Tenía que aceptar que en estos últimos meses no había sido la mejor esposa del mundo.

Me había alejado, no porque necesitará un momento lejos de él, más bien eso era lo que quería.

Abrazar a Alec y no soltarlo nunca.

Pero esa no fue mi reacción, traté de hacerme la fuerte y revisar que Alec estuviera llevando la situación bien desde la distancia. Mi error.

Pero el lo estaba intentando, de verdad intentaba sacarme de ese hoyo negro en el que estaba a pesar de el estar en duelo también.

-no coquetees, ahora ponte en el centro-dijo Alec chocando nuestras armas.

Casi al mismo tiempo Alec empezó a atacar pero con rapidez y determinación evitando que su arma llegue a tocarme.

-parece que no estoy tan oxidada-dije sonriendo divertida al ver la mirada de Alec concentrado por el combate.

Hace mucho que no me sentía cómoda.

La confrontación siguió pero está vez empecé a atacar y el a defender, rápidamente lo puse de rodillas yy seguí atacando pero el me quito mi palo y lo lanzó lejos.

-admite que fue genial-dije mirando la gota de sudor que bajaba del cuello de Alec.

-esas habrían sido tus últimas palabras-dijo Alec levantándose lanzado también su lanza de madera.

-no necesariamente-respondí lanzando un golpe a su quijada que esquivo apenas por centímetros.

Lanze más golpes pero el los evitaba hasta que vi su punto débil, las rodillas.

Alec era una persona ágil pero normalmente se olvidaba de cubrir sus piernas de ataques por lo que golpee su pierna izquierda y rápidamente me puse detrás de él poniendo mi brazo sobre su cuello y el otro deteniendo su manos.

3.Love is pain-Alec Lightwood Donde viven las historias. Descúbrelo ahora