🏐UNO🏐

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Ahí estabas apuntó ingresar a tu primer día en la preparatoria Karasuno, aquella a que todos temian en el pasado y que ahora solo era el lugar de los cuervos que no podían volar. La verdad esque no te agradaba demasiado la idea de entrar a esa preparatoria y menos a mitad del año escolar cuando los torneos se aproximaban.

Mientras buscabas la oficina del director, no pudiste evitar hechar un vistazo a tu nueva escuela, no estaba mal, pero no era Aoba Jōsai. No es que Karasuno estuviera mal, simplemente te parecía demasiado pequeña en comparación a tu antigua preparatoria.

Hibas tan perdida en tus recuerdos que terminaste chocando con alguien que enseguida se comenzó a disculpar sin parar:

-lo siento, lo siento - se disculpaba la persona.

Obervaste con cuidado, se veía muy joven pero no llevaba uniforme así que debía ser un profesor. El hombre se levantó después de disculparse unas 100 veces.

-oh, no te había visto, debes ser la estudiante transferida de Aoba Jōsai - dijo el hombre cuando se levantó y te observó con cuidado.

-emm así es, soy Nakamura Mitzuki - dijiste y te inclinaste rápidamente. - un placer.

-el placer es mío, soy el consejero de la escuela y profesor del equipo de vóleibol, Ittetsu Takeda - saludo el profesor del mismo modo que tu.

Al escuchar equipo de vóleibol, no pudiste ocultar tu sorpresa y emoción, desconocias que Karasuno aún tuviera equipo, de hecho desde el pequeño gigante, todo rastro del equipo de Karasuno había desaparecido, eran como leyendas.

-¿ocurre algo? - pregunto Ittetsu sensei.

-¿eh? Ah, no, solo me sorprendió que tuvieran equipo de vóleibol - confesaste apenada.

-oh, no se preocupe sucede a menudo, quizá deba darse una vuelta por los gimnasios para que compruebe nuestra existencia - sonrió amablemente el profesor - quizá hasta decida unirse al equipo femenil.

-no es una mala idea - aceptaste sonriendole de vuelta.

-bueno, las puertas el gimnasio están abiertas cuando guste, nos vemos Nakamura-san - se despidió el profesor.

Te inclinaste para despedirlo y el se alejo casi corriendo. Jugar para otro equipo que no fuera el Aoba Jōsai no era una de tus metas, de hecho quizá dejabas el vóleibol, pues habías comenzado a jugarlo por tu mejor amigo, pero ahora que ya no estaba no había porque presionarse con entrenamientos y competencias.

Minutos más tarde encontraste la oficina del director y tras intercambiar unas palabras de bienvenida y lo de siempre, ambos salieron para llevarte a tu clase, la 2-1. El salón no era nada llamativo, era como muchos otros en muchas otras escuela, así que no te impresiono lo suficiente, aunque mantuviste tu sonrisa amable porque era la única expresión que tenías en tu repertorio que no causaría problemas.

-lamento interrumpir - se disculpo el director entrando primero al salón.

-oh, buen día director - saludo la profesora que estaba al frente de la clase.

Los estudiantes se levantaron y saludaron al director, este los hizo callar y dio el clásico discurso sobre tener un nuevo estudiante, hasta que por fin me hizo pasar.

-por lo tanto, les presento a su nueva compañera transferida de Aoba Jōsai, espero que le den una cálida bienvenida - dijo el director antes de marcharse.

Lo despediste con una inclinación y luego te volviste a la clase, la profesora te esperaba para que te presentaras, así que diste un paso al frente sin temor:

-hola, soy Nakamura Mitzuki, espero que podamos ser buenos compañeros - salude, siempre habías escuchado esas palabras en otros, pero ahora que te tocaba decirlas a ti, podías sentir como los nervios se apoderaba de ti.

-bienvenida, Nakamura-san, me parece que hay un sitio vacío detrás de Nishinoya-san, entre Okumura-san y Tanaka-san - dijo la profesora señalando un lugar casi al final del salón.

Asentiste tímidamente y te encaminaste a donde te señaló, sintiendo las miradas de todos; que todos tuvieran la mirada en ti era algo a lo que te habías acostumbrado después de tantos años de jugar, pero sentir la mirada de curiosidad por ser la nueva, no podía dejar de ponerte nerviosa. De igual forma te las arreglaste para ir a tu lugar e intentar poner atención en clasea; sin embargo, miraste a tus compañeros de alrededor y notaste que, la chica a la que la profesora había llamado Okumura ya la conocías, había sido tu mejor amiga de la infancia antes de que se mudara hace unos 5 o 6 años, te sorprendió verla ahí porque ella era un año menor que tu. “¿Qué hacía en la clase 2?”, pensaste.

Cuando llegó la hora del descanso, estabas lista para ir a explorar y sobre todo para ir a la cafetería a buscar tu pan favorito, pero una chica se detuvo frente a ti.

-Mitzuki-chan, ¿te acuerdas de mi? - dijo la chica que antes te había llamado la atención, la recordabas siendo tímida y muy callada, pero ahora ella había sido la primera en hablarte sin miramientos - soy Okumura Yumeko

-ah, claro que te recuerdo Yumeko-chan, ha pasado mucho tiempo - respondiste emocionada por no haberte equivocado - ¿como haz estado? ¿Y que haces en la clase 2, no deberías ir en la clase 1?

A veces podías ser más directa de lo que esperabas, así que hiciste una pequeña mueca por tus preguntas apresuradas.

-he estado buen y bueno, ya sabes que siempre he sido buena en el estudio, tanto que este año las clases avanzadas no fueron suficientes y me adelantaron un año - respondió la chica con cierto tono de orgullo. Si, tu amiga tierna y tímida de la niñez ahora ya era tan feroz que te sorprendía.

-pues felicidades y gracias, me alegra ver que tendré una buena amiga para que me acompañe - dijiste con tu mejor sonrisa, lo que hizo sonrojar a tu compañera, ahí estaba la vieja Yumeko.

Sentiste un par de miradas curiosas y enseguida te diste cuenta de que 2 compañeros te miraban: uno de ellos, el que estaba rapado, sino mal estabas, habían dicho que se llamaba Tanaka y el otro de estatura corta y pero presencia impactante, era Nishinoya.

-¿hola? - saludaste tímidamente con una pequeña sonrisa.

“¡Casate conmigo!”, gritaban las expresiones de ambos, pero ninguno dijo nada. Al no responder y quedarse colapsando, debiste voltear nerviosamente a ver a tu amiga de la infancia.

-¿te gustaría acompañarme a la cafetería? - le preguntaste y ella aceptó inmediatamente.

En el camino ambas charlaron de lo que habían hecho los últimos años, al parecer Yumeko también se había unido al equipo de vóleibol femenil de Karasuno y aunque era titular, no tenía una posición específica, así que ella prácticamente era una jugadora universal. Te emocionó escuchar cuanto había cambiado y cuando llegó tu turno de hablar, ella pareció igual de emocionada al escuchar que también jugabas vóleibol pero en la posición de libero.

-¿es enserio? ¡No sabes lo bien que nos vendría un libero! - soltó casi a gritos Yumeko -¡ven vayamos con Michimiya-senpai!

Yumeko te llevo consigo pese a tus quejas y a una gran velocidad, sabias que era malo, tus días de descanso en lo que restaba de la preparatoria quizá se habían agotado más rápido de lo que hubieras deseado. Lo peor esque apenas era el primer día.

Sugawara's love (Haikyuu!!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora