🏐TREINTA Y SIETE🏐

492 50 2
                                    

La preocupación te carcomio por dentro todo el fin de semana, pero en lugar de tratar de revisar tus cuadernos o pedir ayuda, simplemente te quedaste tirada a la mitad de tu habitación mientras observabas el techo y cantabas “Fuyu no hanashi” como si tu vida dependiera de ello. Y para cuando llego el lunes, fuiste a la escuela temiendo lo peor, aunque en realidad lo único que tu profesora dijo, fue:

-tienes un excelente promedio en tus exámenes intersemestrales, pedimos tu boleta a Aoba Jōsai y nos sorprendió que lograrás aquel promedio - comenzó a decir con una sonrisa amable, el alma que había dejado tu cuerpo ahora volvía y ya estabas tranquila - sabemos que un cambio de escuela a mitad de semestre no es lo ideal para una alumna, por muy talentosa que sea, así que no te preocupes si tus calificaciones bajan un poco, con que acredites los exámenes finales con lo mínimo cumplirás con nuestro trato, igual no significa que te confíes, ¿de acuerdo?

-si, profesora, muchas gracias - aceptaste entusiasmada por haberte quitado un peso de encima.

No era que fueras la mejor alumna de Seijoh, pero por lo menos mantenidas un promedio con el que nadie podía reprocharte nada, como en esta ocasión.

Ahora, más calmada seguiste con la actitud despreocupada de un día antes y más aún pues ayudarías a Shimizu a buscar a una nueva manager. Mientras tanto, Yumeko intenta ayudar todo lo que podía a Tanaka y Nishinoya en el descanso, pero cuando apareciste tu:

-¿qué tal les va? - preguntaste dejándote caer en tu silla.

Yumeko te miró pidiendo ayuda, los chicos según estaban pasando notas, pero en realidad miraban de reojo a tu amiga y terminaban escribiendo lo mismo una y otra vez.

-no hemos avanzado nada - se lamento Yumeko rindiendose.

-¡asi que por eso me rechazaron! - grito alguien desde la puerta, era Ennoshita.

-¡Ennoshita, no es lo que parece! - se defendió rápidamente Tanaka.

-ahora entiendo porque decías que era mala idea que les ayudara - le dijiste al recién llegado.

El sábado después del entrenamiento, los dos chicos te habían pedido ayuda, pero Ennoshita les había dicho que el les ayudaría y que hacerlo tú sería una pésima idea. Al final, aquella mañana de lunes convencieron a Yumeko de ayudarlos, pero fue exactamente el mismo resultado que planeo su compañero de equipo.

-te lo dije, ayudarlos no está mal, pero este par terminara olvidando todo lo que salgan de sus bocas solo por ser ustedes - comentó Ennoshita suspirante, luego con más firmeza añadió - ¡andando, a estudiar!

Tus dos amigos tomaron sus libretas resignados y siguieron a su compañero fuera del salón.

-la verdad, no me sorprendió que pidieran ayuda, siempre están dormidos en clase o dibujando balones en sus libretas - comentó Yumeko mientras ambas los veían partir.

-el que sorprendió es Kageyama-kun, no creí que fuera mal alumno - comentaste sin pensar, habías olvidado decirle aquello a tu amiga.

-¿el también está por reprobar? - pregunto sorprendida apenas escucho el nombre.

-eso parece, pero creo que Tsukishima les va a ayudar a estudiar, algo así escuche - le dijiste para tranquilizarla.

-mejor que se den por reprobados - se burló Yumeko al escuchar quien les enseñaba.

Sabias que Tsukishima no era tan malo, pero si dudabas que les tuviera paciencia. Sin embargo, aquello no ocupo tu mente demasiado tiempo, también tendrías que ponerte a estudiar.

Muchas cosas pasaron aquella semana que comenzó tan turbulenta, no sólo los entrenamientos comenzaban a ser pesados para ti y para los equipos, pues se les sumaba la preocupación de los finales. Yumeko se mantenía serena y esa tranquilidad trataba de transmitirla a sus compañeras de equipo. Los chicos de segundo estudiaban después de los entrenamientos, los de tercero aprovechaban para igual buscar mantener su promedio y los de primero seguían sin tener demasiados progresos, aunque su esperanza llegó cuando Shimizu consiguió contactar con una chica sin club a la que invitó a media semana (el miércoles para ser exactos, mientras tu estabas con las chicas).

Pará cuando llego el día siguiente, durante el descanso, cuando hibas por tu habitual bocadillo (esta vez sin Yumeko, pues ella se había quedado a responder una preguntas de su delegada de clase), te encontraste con aquel chico amable que tanto te agradaba:

-¡Hola, Nakamura-san! - saludo con un tono cantarin.

-¡buen día, Suga-San! - le saludaste.

Ambos hiban solos, lo que te sorprendió pues el nunca hiba solo a la cafetería y no era que lo acosaras, sino que cada que lo veías siempre estaba acompañado.

-se quedaron en mi salón, al parecer van bastante mal con las clases - comentó respondiendo a tu pregunta silenciosa sobre sus amigos.

-ah, todo el mundo está estudiando, ¿verdad? - dijiste coincidiendo en qué eso pasaba.

-si, por cierto, ¿que tal te va? ¿Haz logrado ponerte al corriente? - pregunto con curiosidad.

No se habían detenido en ningún instante desde que se habían encontrado y por ello, estaban por llegar a la cafetería.

-eh, bueno algo así... - comenzaste a decir nerviosa. - no he hecho mucho la verdad...

-¿por qué no? ¿Acaso te hemos presionado mucho? Deberías tomarte el fin de semana, a los chicos nos les molestara - aquel chico de tercero tenía cierta preocupación paternal con sus compañeros, lo habías comprobado en las últimas semanas, pero aún se te hacía raro que fuera de la misma forma contigo.

-eh, no es eso, Suga-san... - lo interrumpiste y el te miro con curiosidad - la verdad siempre estudio al último, no suelo preparame demasiado, así que no es culpa de ustedes

El de cabello grisaseo entrecerro los ojos dudoso si creerte o no, al final se detuvo y te obligó a detenerte también colocándose delante tuyo.

-Nakamura-san, creo que sabes que todos quieren que vayas al campamento, yo también lo quiero de hecho - se cruzó de brazos y te vio con la expresión más sería que le viste nunca, pero sus palabras seguían siendo amables. No estabas segura si sonrojarte por la cercanía y lo que decía, o sentir terror y ansiedad por el sermón y la actitud. - así que no deberías tomarte a la ligera estudiar, prometiste que te esforzarias, así que también debes pasar estos exámenes para ir todos a Tokyo. Es mas yo puedo ayudarte si lo necesitas, pero de verdad debes comprometerte a estudiar para que nos acompañes...

Muchas cosas te habían pasado en Seijoh, muchas cosas te estaban pasando en Karasuno en poco tiempo, pero en todo ese tiempo nunca habías sentido aquella preocupación de un campañero, menos uno que abiertamente había expresado sus deseos de que lo acompañaras a algo tan importante como aquel campamento, eso te conmovió sin duda alguna.

-tranquilo, Suga-san, si me esforzaré y si me lo tomo enserio... Pase lo que pase, los acompañaré a Tokyo - le respondiste al chico con una sonrisa y conteniendo las ganas de abrazarlo por aquella muestra de interés.

Si, estabas decidida irías a Tokyo, aunque ello significará que pudieras encontrarte a personas que no deseabas encontrar.

Sugawara's love (Haikyuu!!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora