🏐CIENTO DOCE🏐

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El último partido de Karasuno fue contra Fukurōdani. Justo a medio partido, cuando parecía que comenzaba irles bien en sus nuevas estrategias hubo un cambio de colocadores.

-Kageyama, te importa devolverme mi puesto por un rato - le hablo Sugawara a Kageyama en un descanso previo al cambio de jugadores.

Kageyama que no entendía a que se refería si senpai y mucho menos entendía el porque, accedió con desconfianza por la actitud del mayor. Así pues, cuando sucedió el cambio, Sugawara ya hiba con un objetivo claro en la mente: enfrentar a Akaashi.

El de Fukurōdani entendió sus intenciones y le siguió el juego deseoso de poder deshacerse de su competencia. Y lo hizo, por lo menos en aquel encuentro, pese a la depresión espontánea y típica de Bokuto.

Quedando al final, un frustrado Sugawara, aún con las palabras de aliento de su entrenador, aunque su frustración ni había sido perder el partido como tal, sino el saber que muy posiblemente tu elegirías a Akaashi por sobre de él.

Así acababa la concentración, oficialmente. Pero, extraoficialmente acabaría después del banquete de comida que les prepararon sus entrenadores por su arduo trabajo.

-¿a dónde creen que van? - te detuvo a  Yumeko y a ti, Daichi cuando las vio intentar salir del gimnasio - ¿no se les olvida algo?

Ambas hicieron una mueca y alcanzaron al pobre Kenma en el proceso de limpieza del gimnasio. Al principio les pareció raro a los entrenadores que dieran ustedes las que se postularán para limpiar, pero las dejaron hacer lo que querían, o más bien a lo que estaban obligadas. 

-si, bueno las risas no faltaron - dijiste mientras con ayuda de Yumeko recogían las redes de las canchas.

-¿risas? No pudimos hacer ruido para que no nos descubrieran - se quejo Yumeko - y fue tan buen trabajo, que sólo hasta las 2:30 am nos encontraron.

-al menos a ustedes se las llevaron dormidas - se quejo a su vez Kenma mientras aparecía con los trapeadores. - y no les quitaron sus teléfonos.

Yumeko dejó su actividad de un salto y rebusco en sus bolsillo con pánico, segundos más tarde se palemeo la frente.

-¡que tonta! - se dijo a sí misma y siguió con lo suyo.

-¿qué sucede? - preguntaste confundida.

-mi teléfono se cayó cuando Kuroo levantó a Kenma y Tsukishima lo recogió - explicó tu amiga con una mueca.

-eso me recuerda, ¿te enteraste de tu castigo? - dijo Kenma comenzando a limpiar el suelo.

-ni se lo menciones que se suelta a llorar de nuevo - bromeaste ganandote una mirada asesina de la castaña.

Entre los 3 acabaron de limpiar casi una hora después y cuando terminaron, salieron al jardín donde estaban asando la barbacoa. Apenas salieron Bokuto apareció con Kuroo.

-me dolió lo que hiciste, pero igual te guarde comida - te dijo el capitán de Fukurōdani con un expresión de cachorrito herido.

-Kōtarō... - dijiste conmovida y con voz chillona.

Tomaste el plato y de no se porque estaba lleno de carne habrías abrazado al de cabello bicolor. Tetsurō les paso los platos a sus dos amigos aún con expresión sería, Yumeko antes de eso le hizo una reverencia completa.

-lo siento, Tetsurō... - le dijo a su amigo de Nekoma con profundo arrepentimiento.

Yumeko alzó la mano y obligó a Kenma y a ti a que hicieran lo mismo que ella.

-lo sentimos - dijeron Kenma y tu antes de que Yumeko les diera un golpe para que lo hicieran.

-ufff, no puedo enojarme contigo gatita - dijo Kuroo mientras ustedes se enderezaban.

Yumeko tenía los ojos llorosos de nuevo.

-ven aquí... - le dijo el capitán de Nekoma extendiendo los brazos para que tu amiga corriera a abrazarlo.

Tu ya tenías un bocado en la boca, así que solo le alzaste el pulgar al de Nekoma y te alejaste con Bokuto por más comida. Más allá todos los chicos de todos los equipos convivían, comían y bebían animadamente; o casi todos porque había un trio de chicos que parecían guardias de seguridad detrás de Shimizu y Yachi, el PPPC estaba en su maximo esplendor.

Tu te escabullias aquí y allá robando la carne de los que ya estaban preparandola, algunos se quejaron pero al verte lo dejaron pasar, eran muy indulgentes con las chicas. Estabas planeando tu próximo robo cuando alguien llegó y te puso unos trocitos de verdura en tu plato.

-¿a tu también te tengo que recordar comer verdura? - te sermoneo el ojiazul recién llegado.

Diste un brinco y lo volteaste a ver nerviosa.

-Akaa... Keiji, no, no, ya hiba a servirme - mentiste con nerviosismo.

La verdad esque la razón por la que hibas de aquí y allá, hiba más allá de conseguir la mejor carne, en realidad querías mantenerte en movimiento para que no te encontrarás con el armador de Fukurōdani. Pero ahí estabas, frente a él, queriendo que la tierra te tragara y él parecía querer decirte algo. No querías oírlo, así que aprovechaste que más allá Yachi tenía problemas:

-oh, el deber llama, regresó... - le dijiste corriendo a ayudar a la manager novata.

La sacaste del pequeño círculo de chicos que la había rodeado y la habías llevado con Yamaguchi quien estaba con Tsukishima cerca de la puerta del gimnasio.

-gracias, Mitzuki - te dijo Hitoka con el alma saliendosele del susto.

-de nada - le dijiste aliviada de escapar del ojiazul. Pará olvidarlo bromeaste con tus amigos- oigan deberían cuidar mejor a su manager, casi se la devoran los gigantes de allá.

-¿qué no ese era el trabajo de Tanaka y Nishinoya? - pregunto Tsukishima con fingido interés.

-estaban alejando a los de Shinzen por allá - explicó Hitoka ya más calmada.

-ah, pues puedes quedarte con nosotros, Yachi-san - sugirió Yamaguchi con timidez.

La chica rubia se sonrojo un poco, pero aceptó la invitación. Le guiñaste el ojo al pecoso y este también se sonrojo. Luego miraste por encima de tu hombro buscando donde se había metido Keiji para evitar ese lugar.

-parece que si recuerdas tu vergüenza de anoche - se burló Tsukishima con una sonrisa malvada.

-¿dime que no escuchaste? - le dijiste caminando hasta el y sentandote a su lado.

-lamentablemente si - confesó el de lentes con una mueca. - Sawamura-san también...

-oh genial - dijiste escondiendo tu rostro entre tus manos.

-pero si te sirve de consuelo, Sugawara-san no - añadió Tsukishima sin quitar la mirada de cierta castaña.

Más allá, sentada en la colina de los castigos, Yumeko tenía la cabeza gacha mientra recibía un gran sermón de Daichi y Sugawara, el primero estaba realmente decepcionado y el segundo deseaba poder preguntarle a tu amiga por ti (pero no lo haría).

-o si, eso ayuda mucho - dijiste con sarcasmo, negaste con la cabeza - bueno si ayuda, suficiente tengo con Keiji besándome y pidiendo que regresemos, es un alivio que Suga no lo sepa.

-¿besándote? - pregunto Tsukishima realmente sorprendido.

Suspiraste, habías olvidado contarle todo a tu amigo y ya que no tenías una mejor cosa que hacer, le contaste en resumen todo lo relativo a Akaashi.

Sugawara's love (Haikyuu!!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora