🏐TRES🏐

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Para cuando sono la campana de salida, tu ya estabas desfalleciendo en tu asiento, el no comer tu pan te había dejado en ti un vacío rutinario y por si fuera poco, mientras recogias te llegó un mensaje de tus padres: “Tardaremos más de lo esperado en el nuevo trabajo, adelantate a casa y te veremos por la noche. Con amor, mamá.”

Tu única respuesta fue: “Esta bien, me quedaré un rato en la escuela entrenando.”

Suspiraste, una de las condiciones para aceptar el cambio tan repentino de vida, esque ellos prometieron convivir más contigo, pero tampoco mantenidas grandes expectativas al respecto, el mensaje era la prueba. Tu día acababa de empeorar solo un poco, lo que te quitaba el ánimo de volver a casa, por lo que miraste a Yumeko, ella revisaba su maleta de deporte. Lo decidiste, era lo mejor para matar el tiempo.

-oye, Yumeko - le llamaste un poco dudosa.

La nombrada te miró en cuanto lo escucho, aunque habías hablado casi en voz baja, pudiste sentir la mirada de los mismo chicos que antes, no sabias si era bueno o malo, solo te sentías incomoda con la insistencia de ellos.

-¿crees que tengan una muda de ropa deportiva que me presten? - preguntaste inocentemente haciendo un puchero.

-¡por supuesto que si! - respondió animada y dando saltitos, era imposible que no te contagiara si felicidad y comenzaste a reír.

Apenas terminaste de recoger tus pertenencias cuando la chica te tomó de la mano para nuevamente jalarte a toda velocidad por los pasillos de la escuela. En el camino golpeaste a varias personas y a todas solo pudiste gritar una disculpa rápida antes de seguir corriendo. “¿Desde cuando tiene tanta energía?”, te preguntaste mentalmente ante la velocidad de tu amiga.

-¿Donde está el fuego? - pregunto Daichi un poco irritado por qué estaba prohibido correr en los pasillos, pero lo dejaría pasar.

Tu ya estabas demasiado lejos para escuchar y saber que pasaba a tus espaldas, pero eso no cambiaba el hecho de que al pasar habías empujado ligeramente a Sugawara y al capitán del equipo varonil.

-ufff si, esta que arde - dijo Tanaka apareciendo detrás de Daichi, hiba acompañado de Nishinoya.

-¡Tanaka! - lo sermoneo el capitán.

-es bastante linda - comentó Nishinoya mirando con añoranza el lugar por el te habías ido. - también es inteligente y divertida...

-¿la conocen? - pregunto Sugawara sorprendido, ese par solía observar chicas hermosas y halagarlas a la distancia en la mayoría de los casos.

-es nuestra nueva compañera de clase - explicó Tanaka pensativo - dijo que su nombre era Nakamura Mitzuki y que venía de Aoba Jōsai.

-¡¿de Aoba Jōsai?! - interrumpieron los mayores al unísono.

-si y por lo que escuchamos también juega vóley - respondió Nishinoya haciendo memoria.

-ojalá usarán esa memoria para estudiar - se quejo Ennoshita apareciendo detrás de los de segundo, haciéndolos dar un salto del susto.

Sugawara sonrió divertido por la acción de los jóvenes, pero casi por instinto miró la dirección por la que te había llevado Yumeko a toda velocidad. “¿Era ella la chica que me había observado fuera de la cafetería? Apenas si la vi en esta ocasión, así que dudo que sea ella”, converso consigo mismo el de cabello grisaseo.

No pasó mucho antes de que los chicos decidieran ir al salón del club para cambiarse y finalmente ir al gimnasio con los impacientes alumnos de primer año. Por otro lado, por pura suerte llegaste sana y salva a los vestidores de mujeres para el equipo femenino; Yumeko te paso uno de los uniformes nuevos que sobraban y luego, una vez listas, te arrastró al gimnasio 2.

-oh, Nakamura, viniste - saludo sorprendida la capitana del equipo y luego miro a tu amiga - espero que no te haya obligado.

-para nada, solo vine a una prueba gratis - respondiste medio en broma, lo que la hizo reír a la capitana.

-pues bienvenida - aceptó Michimiya y te dejó entrar a ver el lugar.

El lugar era diferente a los gimnasios de Aoba Jōsai, era más pequeño y el suelo era de madera. Pronto Michimiya llamó al equipo y una por una se fueron presentando: la más alta era Aihara Mao, las que parecían gemelas pero que no lo eran, se llamaban Kikuche Moe y Aoki Manami, la más pequeña era Watabe Nozomi, la segunda más alta era Sudou Rinko y la de cabello corto hasta la mandíbula era Sasaki Chizuru. De principio veías varios problemas, uno de ellos era que eran 8 exactas, solo tenían chances de hacer 2 cambios, además de que no eran especialmente altas y se veía que les faltaba entrenamiento... Te detuviste a la mitad de tu análisis, no querías seguir haciendo lo mismo que en Aoba Jōsai. Vida nueva, nuevos hábitos.

Saludaste a todos y te presentaste antes de que comenzarán a calentar y luego practicarán recepciones y remates. Al ser libero te pidieron recibir los remates de cada jugadora, algunos eran especialmente fuertes, otros hiban muy rápidos y unos cuantos eran promedio, igual recibiste la mayoría. Así fue el entrenamiento del día.

-eres buena - comentó la chica alta, Aihara.

Estaban dando los estiramientos finales del día, no había sido un entrenamiento muy demandante y mucho menos intenso, pero había logrado distraerte un poco. Eran apenas las 7 y ya habían acabado, les faltaba disciplina.

-gracias, la verdad esque sus remates me tomaron por sorpresa al principio - confesaste en un intento de halago, no se te daba muy bien ya que pocas veces lo llegaste hacer en Aoba Jōsai.

-¿y han bastando para convencerte? - pregunto entrando a la conversación Yumeko.

-ah, bueno, aún no me decido - respondiste un poco nerviosa.

-la verdad nos vendría bien un poco de tu habilidad de libero - interrumpió Michimiya.

-me divertí hoy la verdad, pero tendría que pensarlo bien - dijiste más firme que antes - denme unos días para adaptarme y les tendré una respuesta

-bueno me parece lo justo - aceptó Aihara dandote su apoyo con una sonrisa.

La verdad todas eran muy amables pero habias decidido algo al mudarte y difícilmente podrías cambiar de opinión.

Entre todas recogieron el gimnasio y se fueron a cambiar. Mientras tanto, en el gimnasio 1, el equipo varonil de Karasuno practicaba una y otra vez los remates con el entrenador Ukai Keishin, el nieto del famoso y gran entrenador Ukai Ikkei.

-¡una más! - gritaba el entrenador - ¡Hinata piensa antes de golpear! ¡Asahi más altura! ¡Kageyama menos velocidad, no te están alcanzando!

-comienza a recordarme al entrenador Ukai - comentó Ennoshita en la fila de los remates.

El prodigio de primero, Kageyama estaba levantando el balón para todos, mientras que Nishinoya recibía cada uno; mientras que Sugawara observaba la técnica de su rival de posición.

-la verdad esto es más tranquilo - dijo Sugawara encogiendo los hombros.

Estaban por morir de cansancio cuando por fin su entrenador les dio un descanso. Su manager Shimizu Kiyoko, les paso las toallas y las botellas, y todos se dispersaron un poco dejándose caer en el suelo o saliendo a tomar aire como fue el caso de Kageyama y Sugawara.

Yumeko y tu salían del salón del club y caminaban riendo por la historia de la castaña sobre su primer entrenaniemiento; obligatoriamente tenían que pasar por delante del gimnasio 1, pero cuando vieron a un par de chicos en la puerta del gimnasio se detuvieron a media risa. Enseguida reconociste al chico que le gustaba a Yumeko, cansado y sudoroso se veía aún más peligroso que antes; por otro lado, el chico a su lado, aquel de cabello grisaseo que se robo tu pan favorito capturó tu atención.

Sugawara's love (Haikyuu!!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora