Sugawara's love (Haikyuu!!)

🏐SESENTA Y CUATRO🏐

Tan solo una media hora después de aquel momento un tanto incómodo, habían reanudado su recorrido con normalidad, por lo menos tanta como les fue posible, hasta que por fin salieron del evento. Pasaba de medio día, el clima era más cálido que por la mañana y ya no había tanto caos.

Una vez fuera del observatorio, Yumeko se encaminó a la estación, sumergida en las últimas emociones de aquel último juego de la exposición.

-¿a dónde vas? - le cuestionó Tsuki deteniéndose sin seguirla.

-¿eh? Pues a la estación - le respondió la chica en tono de obvio deteniéndose también.

-todo el día, ¿lo olvidas? - le recordó el chico de lentes.

-no lo olvide, solo que te veías irritado hace unos momentos y crei que preferirías que nos fuéramos ya - respondió Yumeko cruzandose de brazos.

-no estaba irritado - mintió Tsuki. Si se había molestado, pero no precisamente por estar en aquel lugar, sino más bien, porque varios chicos habían intentado acercarse a Yumeko para coquetearle. El rubio estaba celoso, pero no quería que el día terminará así. - intentaba resolver el juego antes que tu.

-¿te molesto perder? - cuestionó Yumeko insinuante, en un intento de provocarlo, para volver a entrar.

-no, estaba concentrado - le repitió Kei.

-entonces volvamos por la revancha - sugirió Yumeko con emoción, regresó en sus pasos y pasó aún lado del de lentes.

Tsuki, la tomó de la mano y la jalo consigo.

-¡Hey, la entrada es por allá! - se quejo la castaña dejándose llevar.

Tsukishima suspiro con fastidio pero siguió llevando a Yumeko, hasta que ella dejó de resistirse y siguio a la altura de él.

-ya entendi... ¿A donde vamos, entonces? - pregunto Yumeko cediendo por completo.

-a un lugar que seguro conoces si dices que viviste aquí - le respondió Tsuki sin dar demasiada información a propósito.

-oye, genio, puedo conocer cientos de lugares, ¿cómo sabre a cuál te refieres? - se quejo la castaña.

Ambos seguían sin notar que aun caminaban de la mano, quizá lo sentían tan normal que no le prestaban atención.

-sólo hay uno que es el mejor lugar para comer algo - le dio una pista el alto.

-¿iremos a comer? - pregunto Yumeko, no se le había ocurrido que más podría decir.

-si, a menos que quieras morir de hambre el resto de la exposición - respondió Tsuki con sarcasmo.

-que agresividad, bastaba con decir si - se quejo Yumeko haciendo drama.

Siguieron caminando, sin añadir nada más. Tsuki durante el silencio recordó que la llevaba de la mano, pero ella parecía aún no haberlo notado, así que fingió no darse cuenta, hasta que llegaron al lugar donde comerían.

-ah, así que era este lugar - comentó Yumeko viendo el gran letrero fuera del local - es bueno, pero lo mejor es su tar...

-tarta de fresa - completo el rubio con una sonrisa, la más honesta que le vio Yumeko en todo el día.

Un salto, el corazón de Yumeko dio un salto, había visto a Kei burlarse, bromear, fanfarrónear y muchas cosas más durante todo el día, pero no había tendió tiempo de observar su sonrisa más pura y sin otro propósito que expresar su emoción y felicidad, eso la hipnótizo un momento, hasta que él la jalo para que entrarán. Fue entonces que noto que seguían de la mano y su corazón volvió a dar un salto nervioso.

-ejem... - carraspeo Yumeko, mientras seguía a Tsuki dentro del lugar, cuando este la volteo a ver, añadió medio en broma- necesitaré mi mano...

Tsukishima la soltó con suavidad y desvío la mirada rápidamente, de nuevo su cuerpo lo traicionada con un poco de rubor.

Una vez dentro, el mesero les asignó una mesa y tomaron asiento, Yumeko mientras le llevaban la carta se quito el abrigo sintiendo que se quitaba un peso de encima, la caminata les había dado calor a ambos, o quizá habían sido ese pequeños incidentes vergonzosos. Tsuki la imitó y se arremango las mangas de su camisa. Ordenaron con normalidad y para matar el silencio mientras comían comentaron sobre la exposición, habían visto tantas cosas unas tras otras que no habían tenido tiempo de comentarlas. Reían y criticaban sin detenerse lo que acababan de ver, así hasta que terminaron su comida y llegó la hora del postre, ambos estaban llenos pero quieran una rebanada de la famosa tarta del lugar, así que sin pensarlo bien pidieron una cada uno.

El mesero reaparecio con su postre y una malteada con dos popotes, les dejo la orden con una sonrisa insinuante y se marchó sin decir más.

-¿qué no pedimos dos bebidas? - cuestionó Yumeko, le ardía un poco la cara y sentía que había un calor infernal.

-se habrá confundido - intento explicar Tsukishima del mismo modo.

Ambos intentaban hacerse los tontos, pero si habían entrado al restaurante tomados de la mano y habían estado comportándose como si fueran los más cercanos del mundo, era obvio que el mesero mal interpretará las cosas.

Se quedaron atónitos un momento, pero antes de que Yumeko pudiera llamar al mesero, vio entrar a un par de jóvenes, a uno de ellos lo reconoció enseguida. Tsukishima que seguía distraído no noto el titubeó de la chica, con los recién llegados.

-¿lo de siempre, Tobio? - pregunto una de los recién llegados.

Ella y el joven armador (su acompañante), habían ido directamente a la caja para ordenar para llevar, el restaurante era más conocido por ser pastelería que un restaurante en realidad.

-siempre es lo mismo - le respondió Kageyama con cierta obviedad.

La chica se acercó a quien atendía y ordenó un pastel completamente diferente al que degustaban Tsuki y Yumeko, a los cuales Kageyama aún no veía.

-¿por qué no pedimos que lo llevarán hasta nosotros? - cuestionó de la nada, después de que la chica ordenara.

-porque últimamente no pasamos tiempo juntos y es importante que lo hagamos - le recordó la chica con cierto tono de reproche.

Yumeko no escuchaba toda la conversación, pero si pequeños fragmentos que la desanimaron completamente, llamando la atención del rubio, el cual volteo disimuladamente y vio que había afectado el estado de ánimo de la chica.

-el Rey faltó al entrenamiento, ¡Vaya! - comentó sin pensar, sintiendo una punzada de celos. - y por salir con...

-evitemosle vergüenza al mesero - comentó Yumeko para cambiar el tema abruptamente - ¿no te molesta compartir, o si?

Aquello dejó a Tsukishima confundido, hasta que recordó porque se había alejado de Yumeko en primer lugar: sabía que a ella le gustaba Kageyama desde hace mucho y, por ello, comprendió que lo mejor era hacer como si no acabarán de verlo.

-siempre y cuando no te lleves todas las fresas - respondió Tsukishima con fingida normalidad.

Ambos siguieron comiendo y charlando, como si de verdad no hubieran visto a Kageyama (aún cuando el ambiente había cambiado un poco), pero sólo cuando este dejó el lugar, el estado de ánimo de Yumeko volvió a ser el mismo que antes de que el apareciera.