🏐CIENTO DIEZ🏐

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Para cuando llegaron al dormitorio de chicas, Shimizu los esperaba preocupada, le explicaron donde estaban y luego los ayudó a que las dejaran en sus respectivos futones. Tsukishima dejó con sumo cuidado a Yumeko, sobre todo cuando puso la cadera de la chica en el suelo pues sabía que aún debía estar algo adolorida, cuando terminó antes de levantarse hizo una mueca al ver que la castaña tenía el cabello sujeto, le quito la liga y le removió unos mechones de la cara. Mientras tanto, Akaashi te dejo con el mismo cuidado y te arropo con la cobija, procurando que estuvieras bien acobijada y cómoda; además, aún dolido por tu comentario de antes, te miro con melancolía y antes de partir te dio un beso en la frente a sabiendas de que al día siguiente no lo recordarias.

Luego todos se fueron a dormir, o más bien, algunos por lo menos lo intentaron.

Al día siguiente, Yachi las despertó con amabilidad mientras que Shimizu las miraba mal.

-ja, al final si nos rescataron - dijiste apenas despertaste y después de ver a tu alrededor.

Yumeko te miraba desde su futon, pero no parecía nada feliz.

-pues claro, ¿por qué se escondieron? - comenzó a decir la manager con indignación.

-queríamos un momento de paz y tranquilidad - respondiste estirandote sin arrepentimientos.

Yumeko se escondió en sus cobijas sin decir nada.

-pues su momento casi nos mete en problemas a todos - siguió diciendo kiyoko. - pero Daichi las juzgará durante el desayuno.

Pusiste una mueca, la noche anterior te había parecido solo un sueño, de hecho quizá no entendías la magnitud del problema y no lo hiciste en un buen rato; pero antes, kiyoko se adelantó con Yachi en lo que ustedes se cambiaban y empacaban todo para su regreso más tarde, o por lo menos eso empezaste a hacer con una sonrisa en el rostro.

-oye, Yumeko, tuve el sueño más lindo que puedas imaginar - dijiste en tono alegre, mientras recogidas tu futon - verás, soñé que Sugawara era quien me encontraba en el armario y cuando lo hacía me cargaba y me traía hasta acá, todavía hasta me arropaba y me daba un beso en la frente, ¡era tan lindo!

Tu amiga no respondió nada, seguía hecha un ovillo en su cama.

-oye, ¿te volviste a dormir? - preguntaste molesta por cómo te había ignorado. Seguiste sin respuesta y te acercaste- Yumeko, despierta ya, se nos hará tarde...

Y de nuevo nada, la sacudiste un poco, te pusiste de pie y desde la altura tomaste su cobija y se la Jalas te de un tirón.

-¡YUMEKO! - le gritaste en el acto.

La cobija sobrevoló tu cabeza y cuando dejó de estorbarte la vista, te encontraste con una Yumeko de ojos rojos de tanto llorar y hecha totalmente un desastre.

-¿pero que paso? ¿Estas bien? - preguntaste enseguida con preocupación.

Tu amiga solo tomó nuevamente su cobija y se escondió en ella negándose a hablar.

-oye, Yumeko... - insististe acercándote a ella mas amable.

-por favor, solo quiero estar sola un momento - te suplico en voz baja y entrecortada.

-pero...

-¡por favor!

No tenias idea de lo que pasaba, pero tampoco podías insitirle demasiado o se molestaría contigo y sería peor, así pues accedíste y saliste del dormitorio en dirección a la cafetería. Hibas tan absorta en tus pensamientos que no notaste que Shimizu te esperaba en la puerta del lugar.

-¿y Yumeko? - pregunto apenas te vio.

-se quedó en la cama, le dolía un poco la cadera - mentiste a medias. - le llevaré el desayuno más tarde.

Kiyoko dudo en creerte o no, pero al final lo hizo. Ambas entraron a la cafetería, recogieron sus alimentos y se sentaron delante del capitán de Karasuno ( o por lo menos lo hiciste tu). En la mesa frente a ti, estaba el capitán de Shinzen, Kuroo, Sawamura, Akaashi, Bokuto, Sugawara y Tsukishima (los últimos dos eran los más lejanos a ti); Kenma estaba a tu izquierda y quedaba libre tu derecha, para la ausente Yumeko.

-¿y Yumeko? - pregunto Tetsurō apenas llegaste.

-le dolía la cadera, se quedó a descansar - mentiste nuevamente.

-bueno, más tarde hablaremos con ella - dijo Daichi en el tono más serio y aterrador que podía hacer. - mientras tanto, podrían ser tan amables de decirnos porque desaparecieron.

Kenma y tu se miraron sin saber que decir; al pobre chico su capitán le había quitado el teléfono y sus videojuegos, así que estaba obligado a responder. Entre ambos se las arreglaron para explicar que había pasado, por tu parte evitaste mencionar que Yumeko y tu se escondían además de Akaashi y Tsukishima por motivos personales.

-¿solo por eso? ¿Tienen idea de lo preocupados que estábamos? ¿Saben todos los problemas que pudieron ocasionar si no los encontrábamos? - los comenzó a sermeonear Kuroo cuando terminaron de explicarles.

-los sentimos... - dijeron Kenma y tu al unísono.

-con un lo siento no arreglaran nada, den gracias porque fuimos nosotros los que lo notamos antes que los profesores, sino justo ahora estarían en serios problemas - le siguió Daichi.

-lo sentimos... - repitieron ustedes con la cabeza agachada.

-como castigo se encargarán del aseo de los gimnasios al final del día - dijo Ogano, que había esperado toda la noche para decirlo. - dirán que ustedes se ofrecieron voluntarios para no llamar la atención, ¿entendido?

-si... - aceptaron.

-Kenma, ademas nada de teléfonos o videojuegos en todo el día - añadió Tetsurō a su colocador.

-y nada de entrenamiento para ti en todo el día - te dijo Daichi - y en cuanto a Yumeko, cuando volvamos hablaré con su entrenador para que la suspenda una semana de ser capitana, ella no puede ser así de irresponsable...

-pero ella solo me siguió - interviniste- además ella está lesionada...

-precisamente, al estar lesionada y ser capitana tenía la obligación de procurar que no se metieran en problemas y poner el ejemplo de buen comportamiento por una lesión-explicó tu capitán con severidad. - dormir sentada en su condición pudo ser muy malo si hubiera sido algo más grave, debió pensar en ello...

Abriste la boca para protestar, pero no podías decir nada más. Miraste a Sugawara esperando piedad pero le chico simplemente te ignoraba. Y Akaashi pese a que estaba de acuerdo con los capitanes, no parecía tampoco muy feliz con el resultado, al menos el si te prestaba atención. Más allá Tsukishima te lanzó una sonrisa burlona, a la que respondiste mostrándole la lengua. A Bokuto le habían explicado lo sucedido desde temprano, así que estaba al tanto, pero parecía más ofendido por su falta de honestidad que por la preocupación que causaron. Que gran cierre para la concentración.

-oye, Mitzuki... - te llamo el colocador de Nekoma tras un prolongado silencio. Lo volteaste a ver - ¿me pasas tu ID de jugadora?

-¿¡es enserio Kenma!? - le regaño Tetsurō.

-¡por supuesto! - le dijiste con emoción - aunque no suelo jugar a menudo...

Los capitanes de Karasuno y Nekoma se quedaron impactados por la falta de efecto de sus sermones, mientras tu le anotabas tu nombre de usuario a Kenma en una servilleta.


Sugawara's love (Haikyuu!!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora