🏐CIENTO VEINTITRÉS🏐

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La conversación con Akaashi siguió un poco más, pero ahora lejos de lo sucedido en tu familia y lejos de su relación. Mientras tanto también leíste la gran historia de Yumeko y Tsukishima sintiendo emocion y alegría por ambos. Fue entonces donde una idea recorrió tu mente demasiado deprisa para cacharla y demasiado rápida para ser la respuesta a todo: te hacia feliz ver feliz a tus seres queridos. Lo sabias, por algo habías ocultado tantas cosas a Oikawa e Iwaizumi, por algo habías fingido estar bien con Akaashi y por algo siempre tratabas de solucionar todo por tu cuenta, pero seguía sin ser suficiente para decir que tu te definias por únicamente eso.

Así pues, pensando nuevamente en las palabras de Takeda-sensei, dejaste el teléfono de lado y miraste el techo de tu habitación hasta que el cansancio te venció.

El miércoles, con un ánimo neutral te levantaste y te preparaste para ir al entrenamiento.  Tu actitud pudo haber sido la misma, si una media hora más tarde, cuando tus padres te dejaron en la entrada de la escuela y una vez en el gimnasio, no te hubieras encontrado con Sugawara como el día anterior. No podías evitarlo por siempre, así que entraste al gimnasio ganadote una de sus miradas de sorpresa.

-buenos días - saludaste con normalidad.

No recibiste repuesta y aunque eso te partió el corazón fingiste estar tranquila.

-se que no quieres hablar conmigo no entiendo porque, pero lo respeto y prometo que de ahora en adelante tratare de no causarte problemas - te atreviste a decirle mientras dejabas tus cosas y te encaminabas a la bodega para preparar el gimnasio.

Sugawara hizo una mueca de disgusto y se volteo para evitar verte, pero no respondió. No era exagerado el que recordará tu beso con Akaashi cada que te veia y eso le molestaba más que el estar molesto contigo. Aunque también le dolía, pues te habías vuelto muy importante para el y siempre se había esforzado para que lo supieras.

Ambos sentían su corazón romperse. Tu aquella noche antes decidiste dejar de intentar hablar con él. Y Sugawara había decidido sacarte de su vida antes de que me rompiera más el corazón.

20 minutos de silencio más tarde, poco a poco los chicos comenzaron a llegar, todos te saludaron animosamente, pero fue cuando apareció cierto rubio de lentes cuando sonreíste honestamente.

-Tsuki, Tsuki, Tsuki... - dijiste acercándote a él con una sonrisa burlona. - ¿qué tal tu asunto urgente de ayer?

-buenos días, capitana - te respondió con sarcasmo.

-si, definitivamente son buenos ahora que el TsukiMura se confirmó - te burlaste dando saltitos.

-¿de donde sacaste eso? - pregunto Tsukishima sonrojadose un poco, aún con su mala cara.

-oh, aquí está la mitad del TsukiMura - dijo Yamaguchi apareciendo por la entrada del gimnasio a tan solo un par de metros de ustedes.

-callate, Yamaguchi - se quejo Kei.

-no lo creo - se negó Tadashi con la misma sonrisa que tu consevabas en tu rostro.

-oye, Tadashi-kun... - le hablaste a Yamaguchi acercándote a él en modo confidencial - Yumeko me contó todo ayer, pero tu saber la versión de Tsuki...

-pues claro, me fue a buscar después de dejar a Yumeko a su casa - respondió el pecoso.

-Yamaguchi - amenazó Tsuki.

-vamos Tsuki, entre más te resistas, más te molestaremos - añadiste en un intento de provocarlo para que hablara - incluso Tadashi me va a ayudar.

-por supuesto, está oportunidad solo se da una vez en la vida - aceptó el peliverde.

Tsukishima suspiro exasperado y cruzó caminando entre ustedes dando a entender que no le importaba en lo absoluto lo que hicieran porque sencillamente los hiba a ignorar. Y dicho y hecho, cualquier intento de sacarle información fue en vano durante todo el día.

Por otro lado, el día de entrenamiento fue tan pesado como el anterior y aunque muchas de las jugadas comenzaban a perfeccionarse, interviniste con todos para darles consejos, excepto en el caso del armador de tercero que siguió evitandote disimuladamente. Aunque como solución para seguirle ayudando recurriste a las únicas 2 personas que sabias que escucharía:

-Kiyoko, ¿crees que podrías decirle a Sugawara-San que mantenga su postura al colocar el balon más neutra para que sea menos monótona la jugada? - le decías a la manager - iría yo, pero necesito explicarle a Hinata como mandar correctamente el balón al colocador...

-claro, yo le digo - acepto la manager sin mayor explicaciones.

Luego más tarde, como la chica de tercero estaba ocupada, te acercaste al capitán que descansaba no muy lejos de su vicecapitan.

-Sawamura-senpai, ¿no le parece que Sugawara-san ataca menos por la derecha? - le preguntaste disimuladamente.

-si, creo que lo hace porque quiere practicar más sus pases para Asahi - explicó el de tercero.

-entiendo, pero no debería cuidar descuidar sus otras opciones, si lo hace podría restringir las jugadas que puede hacer y sería más predecible durante un partido - añadiste pensativa.

-en eso tienes razón... - razonó el mayor - se lo comentaré para que trabaje en ello.

Sonreiste satisfecha y le agradeciste, para luego pasar a sugerirle un par de cosas a él.

Y así pasó tu día, entre burlas para el rubio de lentes y consejos a todo el mundo. La verdad todo eso te borro de la mente cualquier idea o futuro posible sobre dejar o no el equipo.

Pará cuando llegó la noche, después de la cena con tus padres y después de prepárate para dormir, te dedicaste a volver a hablar con Akaashi, quien está vez solo preguntó por tu estado y por tu día, una platica normal en pocas palabras. Así había empezado todo y volver a ello te hacha sentir tranquila.

El resto de la semana fue igual, la nueva rutina se adapto a ti, o más bien tu te adaptaste a ella, incluso más rápido de lo que esperabas: tus padres te dejaban en los entrenamientos y te recogían de ellos, molestaba a Tsuki junto con Yamaguchi y Nishinoya (que se entero el jueves de que lo habia pasado), acercabad a Yachi con Tadashi, aconsejabas a todo el mundo para prepararlos para el torneo de primavera, ayudabas a las managers y el viernes y sábado te quedaste hasta tarde entrenando con el libero y los monstruos de primero. Tus noches resaltaron por las conversaciones con Akaashi y uno que otra llamada con Yumeko o con Oikawa e Iwaizumi (que reaparecieron solo para recordarte que debías seguir cumpliendo tu castigo por perder la apuesta de meses antes). El caos de un fin de semana antes parecía haber quedado en el olvido, o casi en el olvido, pues debía darle paso a él siguiente gran caos que te haría dudar sobre seguir y enfrentar lo que venias arrastrando desde Seijoh o dejar todo y volver a escapar esperando que no se repitiera nada.

Sugawara's love (Haikyuu!!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora