🏐TREINTA Y DOS🏐

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Aquella noche, fue bastante tranquila para todos, exceptuando por el hecho de que después de la cena con tus padres, recibiste una llamada de tus queridos amigos de Aoba Jōsai:

-¡CONEJITA! - grito Oikawa apenas respondiste la llamada.

-¡IMOTO! - grito a su vez Iwaizumi.

-¿qué pasa, chicos? ¿Por qué los gritos? - preguntaste comenzando a preocuparte, algo te decía por donde hiba la cosa pero debías confirmar.

-¡conejita! - volvió a lamantarse Oikawa, comenzabas a oír como le temblaba la voz.

-me están asustando chicos, no me digan que... - comenzaste a decir cada vez más preocupada.

-Shiratorizawa, nos volvió a ganar - se quejo Hajime, parecía al borde de las lágrimas de nuevo.

Eso no era bueno, aquella seguramente sería la última oportunidad para ellos de vencer a su eterno rival, además habían prometido llegar a las nacionales este año.

-pero, ¿cómo es posible eso? Esta vez hiban más motivados y preparados, ¿qué paso? - insististe intentando hacerte la fuerte para ellos, aunque podías sentir que se te partía el corazón.

-no sirvió de nada, conejita - respondió Oikawa, oíste cómo sonaba su nariz - me equivoque, perdí muchos saques y mis colocaciones fueron leídas por ese tonto de Ushijima...

-nuestros remates no fueron suficientes, nuestras levantadas siempre terminaron a favor de ellos, no es justo - se quejo Iwaizumi - ni siquiera se inmutaban, siempre es lo mismo...

-chicos... - se te quebró la voz, los habías visto perder muchas veces contra Shiratorizawa, pero aquello no te hacía acostumbrarte al sentimiento de ver como se derrumban un poco - se que hicieron un juego excelente, sabemos que Shiratorizawa no se anda con rodeos, pero eso no quiere decir que todo lo hicieron mal, yo más que nadie se cuanto entrenan y cuanto se esfuerzan, así que no digan que siempre es lo mismo o que no sirvió de nada, en cada encuentro están a un paso más de ganarles, solo deben seguir jugando...

Querías estar ahí para abrazarlos, eran como niños pequeños cuando perdían, podían incluso deprimirse por meses. Por ahora, como no era posible lo anterior, tenían que conformarse los 3 con sólo tus palabras. Los chicos se quedaron unos segundos en silencio, sólo se oían sus leves sollozos y sus narices congestionadas.

-tienes razón, conejita - dijo Oikawa siendo el primero en romper el silencio - aún nos queda una oportunidad más...

-pero Tooru, somos de tercero estamos por graduarnos - le recordó Iwaizumi ya más tranquilo.

-y eso que, no somos malos estudiantes, estoy seguro de que a la escuela no le molestara, además ellos saben que tenemos el potencial de llegar a las nacionales - Tooru sonaba más animado y decidido - además sólo viviré tranquilo hasta que le meta su “debiste venir a Shiratorizawa” por su bloqueo al idiota de Ushijima.

-¿de nuevo te lo dijo? - dijiste intentando contener la risa, siempre que se encontraban era lo mismo.

-si, ese idiota, si hubiera querido ir, habría ido y punto - se quejo Tooru, ya estaba bien.

-bueno si ese es el caso, más vale que te tomes en serio este tiempo, dejaras de hacerme perder el tiempo, ¿okay? - condicionó Iwaizumi.

-okay, okay - aceptó Oikawa de mala gana. - oh, hbalndo de condiciones... Conejita, enserio te necesitamos, dinos que podrás venir a ayudarnos...

-ah, bueno... Lo que pasa es que... - respondiste comenzando a sentir ansiedad - me gustaría Tooru, pero ya me uní a un club en Karasuno, ya no tendré las tardes libres...

-¿te uniste al club de voley? - pregunto Hajime sin dejar responder a su amigo.

-si... - dijiste suspirante, debías decírselo, no podías guardar más ese secreto - pero eso no es todo, también entrenare a los chicos...

-¿qué qué? - gritaron ambos chicos haciendo que te lastimaras el tímpano.

Suspiraste y no te quedó de otra que contarles todo lo que había estado pasando el Seijoh cuando te volviste libero titular, cuando pasó lo de tu novio (ahora ex novio, claro) y también lo de los partidos. El tiempo pasó volando y cuando miraste el reloj estaba por dar la media noche.

-¿y se puede saber porque no nos dijiste nada? - se quejo Oikawa, su desesperanza había desaparecido y ahora la suplantaba la furia.

-se supone que somos tu amigos, debiste decirnoslo, pudimos haberte protegido - añadió Iwaizumi, ambos habían escuchado todo lo que tenías que decir, pero ahora no podían contenerse más.

-quise decírselos, pero temía que eso empeoraba las cosas, además sabía que se preocuparía y no quería que eso pasara porque a ustedes les hiba muy bien - explicaste en voz baja, ahora eras tu quien lloraba.

-conejita, así nosotros seamos los más felices o infelices del mundo, también queremos tu felicidad - respondió Oikawa - por ello, no nos molesta que estés en Karasuno o que los apoyes...

-exacto, siempre nos apoyas a nosotros y sabemos que no eres nada de lo que te dijeron aquí - siguió diciendo Iwaizumi - si nos lo hubieras dicho antes, no te habríamos presionado tanto, ni tampoco habría dejado que el tonto de Oikawa te pusiera esa apuesta.

-¿tonto yo?... - se quejo Oikawa de mala gana, hubo una pausa- lo dejaré pasar - seguro Iwa-chan lo había amenazado - es cierto, de haberlo sabido no te habría llamado traidora o te habría obligado a ello, ¿por qué no confiaste en nosotros antes?

-no es que no confiara... Es solo que... - comenzaste a decirles.

-que querías protegernos, como lo hiciste hace un rato cuando dijimos que perdimos, como quieres proteger a los de Karasuno - concluyó Iwaizumi.

-así es... Perdón si no fue lo correcto, pero no sabia que hacer - soltaste intentado contener un sollozo para no llamar la atención de tus padres.

-no te disculpes - dijo Oikawa, cuando estabas mal siempre usaba un tono de voz amable y calmada, algo que sólo tú podías escuchar - también fue nuestra culpa por no darnos cuenta de que algo pasaba, fuimos malos hermanos...

-pero, ahora que nos lo contaste sabremos como apoyarte y aún mejor, estarás segura de que estaremos para ti sin importar que - dijo Iwaizumi, querías ahora un abrazo de ellos, pero sólo te quedaba escucharlos hablar.

-exacto, incluso si le ayudaras a mi joven Kohai y aquel monstruo de los rápidos, o al señor refrescante - añadió Tooru lo que te hizo reír un poco.

-chicos, no se que haría sin ustedes - comentaste conteniendo las lagrimas y sonriendo un poco.

-regla número 1 del código de amistad - comenzó a decir Iwa-chan...

-¿no que no teníamos un código? - se quejo Tooru antes de recibir un golpe.

-cuando alguno nos necesite para lo que sea, siempre estaremos para el y lo apoyaremos - concluyó Hajime sonriendo también.

-y por esto es que merecen ir a las nacionales, chicos, son los mejores - los animaste volviendo al tema de los partidos.

-¡lo haremos! y tendrás que usar mi camiseta sudada - añadió burlon Tooru.

-ni hablar, Tooru, no volveré a usar ni aunque me paguen - te negaste enseguida.

-le temes al éxito - bromeó Oikawa.

Los tres soltaron una carcajada. Ahora estabas mejor que nunca, sentías un peso menos con el que cargar y además, los habías ayudado también a ellos a despejarse un poco y recuperar los ánimos. Lo que estaba por venir debía ser bueno.

Sugawara's love (Haikyuu!!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora