SAMANTHA
Daba vueltas, y vueltas en la cama, no llevaba la cuenta de todas las veces que mire la hora en reloj en la mesita de noche, tenía entendido que Jace viajo para hablar con Nikky, según Maco estaba completamente decidió con dejar de mantenerla, lo que me parece un excelente idea, “si excelente pero aun así estas dando vueltas como maniática”, me queje suavemente, si es una excelente idea pero una parte de mi seguía pensando que él podría arrepentirse en algún momento, lo que solo me dañaría más.
Frote mi vientre.-Bebe, has un esfuerzo, ¿quieres?, muévete una vez, solo una vez, estas preocupando a mami-. Le rogué, antes de que Maco se fuera llame a mi doctora, explicándole mi situación, sorprendentemente comprendió todo, yo no pensaba volver, por lo menos no todavía, ella no quería que me descuidara, menos después de los calambres de la última vez, por lo que me remitió a otra doctora, su hermana menor, imaginen mi cara cuando me dijo que tenía cita para mañana.
“¡Mañana!, mañana, voy a conocer si es niño o niña!”, por mañana quiero decir hoy, porque según mi reloj son las once de la mañana, casi el día siguiente, bueno ustedes entienden, todo esto me tiene en un estado de alerta sin fin, me remuevo incomoda, “estúpida vejiga”, mencione que tengo que ir al baño todo el tiempo, una de la ventajas de estar embarazada, “aplausos por eso” gracias a que él bebe hace presión en mi vejiga.
Me doy la vuelta, de la manera menos agraciada debo decir, me apoyo en mi brazo derecho para levantarme suavemente de la cama, estiro la mano para abrir la mesita y sacar mi lámpara, “maldición voy a orinarme”, me detengo de golpe al escuchar una clase de sollozo al estilo ultratumba, trago pesadamente, no veo ni mi propia mano, a tientas busco la mini perilla para abrir el cajo y sacar mi lámpara. La enciendo recorriendo mi habitación, me detengo, en la esquina de mi habitación se encuentra un bulto envuelto en una manta gris.-Samy-. Musita con voz ronca, “ya me orine”.
Pego un grito cuando el bulto se quita la manta, mi corazón late a mil por hora, Val tiene el cabello desordenado al punto de parecer una demente, sus ojos están rojos al igual que su nariz, tiene puesta la ropa con la que se había ido del apartamento, solo que estaba mojada.-¡Pero que…….-.
La puerta de mi habitación se abre de golpe de par en par, grito otra vez cuando Marcus salta con un bate de béisbol en tan solo un ajustado bóxer negro.- ¡Sal puto!-. Grita, Lín aparece detrás de él con una cosa verde en todo su rostro y barios rollitos para enrularse el cabello, parte del material está en la entrada de la puerta, estoy a punto de decir algo cuando un desesperado Drake sin camisa, con cabello desordenado, se resbala en la entrada de la habitación, gracias a la cosa que Lín tiene en el rostro.- ¡Joder!-. Grita al caer de espaldas.
Todos hacemos un “uuuuuuuuuuh”, Val sorbe por la nariz.-Samy-. Me dice.
-¡Pero qué demonios pasa con ustedes!-.Les grito levantándome de la cama, pongo las manos en mis caderas, señalo primero a Val.-¡¿Qué estás haciendo a esta hora en la esquina de mi habitación, llorando como alma en pena?.- Luego a Marc.- ¡¿Por qué demonios estas en bóxer y con un bate de béisbol vas a sacarle el ojo a alguien o qué?!-. Mire mal y señale a Lín.- ¡¿Qué rayos tienes en el rostro?! y dime ¿quién demonios se enrula el cabello a las once de la noche y que sea hombre?-. Luego señale a Drake, que seguía en el suelo.- ¡Drake!-. Me acerque un poco a él.- ¿Estas bien?-. Le pregunte con voz calmada.
El asintió.-Tal vez me disloque algo-.Me respondió.
Resople, mire de regreso a Lín.-Vez lo que provocas pudiste a verle roto el cuello-.
Lín se quejó.-Es una mascarilla para quitar las imperfecciones y me enrulo el cabello porque a diferencia de este par de idiotas mi cabello no quiere ondularse-. Se quejó como un niño de cinco años cuando no tenía el juguete del vecino.
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Lo tomas o Lo dejas (EDITANDO)
Teen FictionJace Maxfield es lo opuesto a responsable en realidad ni siquiera conocía el significado de la palabra teniendo chicas por montón no solo por su físico encantador y condenadamente ardiente el hecho de que tu padre sea un famoso cantante de una de la...