SAMANTHA
Abrí lentamente los ojos, me estire pero mi espalda choco con el firme pecho de Jace, sonreí, “¿Cuánto tiempo mas piensa dormir conmigo?”, pensé, desde lo del ultrasonido lleva durmiendo conmigo, después de explicarme lo que sucedió no puedo culparlo tanto. Ya tengo cuatro meses y mi pancita tiene una curvita en la parte baja del ombligo ya sobresale un poco más. Jace me abraza colocando su mano en mi pancita, la frota suavemente, “¿A caso hay algo mas dulce?”, “No lo creo Samantha” concuerda mi conciencia.
-Hueles muy bien-. Jace acerca su nariz a mi nuca y aspira lentamente, me provoca cosquillas por lo que me muevo. Sonrió como una tonta.
-Me agrada que te guste pero tengo hambre sabes-. No miento tengo bastante hambre.
-¿Cuándo no?-. Me responde con un tono burlón.
-Oye, me estás diciendo gorda-.
-Nooo, quien dice-.
-Vaya así que andas de buen humor hoy-. Ríe, se levanta de la cama lentamente.
-Un poquito pero tengo que darte el crédito duermo mejor contigo a mi lado-. Me da una sonrisa descarada y se pavonea fuera de la habitación, ¡Dios!, lo que no le haría a ese cuerpo. Me levanto rápidamente para llegar al majestuoso baño, tomo una ducha lenta, me enjuago para salir de la ducha me enrollo en una toalla blanca y me amarro una en el cabello para secarme lo. Me pruebo un pantalón, todo bien hasta que trato de cerrarlo, el estúpido pantalón no sede y el cierre no ayuda en nada.
-¡AH!-. Grito ya completamente frustrada.
-Samy, ¿Estas bien?-. Jace entra a la habitación con pasos rápidos, salto y corro para esconderme detrás del ropero.
-¡Que haces estoy en ropa interior!-. Le grito, “como se le ocurre no tocar”.
-No hay nada que no haya visto ya Samy-. Cruza los brazos.
-¡Chu¡,¡chu!, fuera Jace-.
-Ya, ya me voy, oye tus pechos se ven más grandes-. Me tira una sonrisa de oreja a oreja, para luego salir de la habitación. Suspiro fuerte y ruidosamente. Busco entre mi ropa hasta encontrar un pantalón de talle bajo que me quedaba un poco grande, hago la prueba, sonrió cuando puedo subir el cierre, obvio abrocho el botón, ¡buala!, queda muy bien, cómodo, por alguna razón mi pelvis y parte de mi cintura no ha cambiado pero si el tamaño de adelante de mi estómago, tomo una camisa rosa pálido con estampado de rosas rojas, que en otra ocasión me quedaba larga pero ahora delinea toda mi figura de embarazada y sospecho que si levanto mucho los brazos mi pancita saldrá a la vista, unos zapatos bajos café y salgo de la habitación triunfante.
Me encuentro a un Jace todavía en un pantalón de pijamas gris y sin camisa.
-Tan tarde y todavía en pijamas-. Le digo con tono burlón, él se da la vuelta para verme, su sonrisa desaparece, me recorre con su mirada lentamente, lo que me provoca un cosquilleo, puedo jurar que estoy ruborizada.
-Te vez….-. Se detiene mordiéndose el labio, siento un ligero jalón en mis partes bajas.-Jodidamente ar-di-en-te-. Trago saliva pesadamente.
-Um, gracias-. Sonrió sintiendo el calor en mis mejillas.
Él se apoya en la barra de la cocina-Estoy tentado a encerrarte aquí conmigo, Samy, Samy-.
-oh, no, hoy es viernes, Jace, Jace-. Imito su tono, es ahí cuando recuerdo que tengo que preguntarle-Oye, este, Mmmm-. Tomo un mechón de mi cabello, mientras lo jalo me muerdo el labio-Vas, vas a ¿trabajar este fin de semana?-.
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Lo tomas o Lo dejas (EDITANDO)
Teen FictionJace Maxfield es lo opuesto a responsable en realidad ni siquiera conocía el significado de la palabra teniendo chicas por montón no solo por su físico encantador y condenadamente ardiente el hecho de que tu padre sea un famoso cantante de una de la...