JACE
No puedo negarlo estoy sufriendo con esta estúpida venda pero me mantiene alerta, escucho a Samy caminar de un lado a otro.
-¿Qué sucede?, no sabes que hacer corderito-.
-¿Corderito?-. Me pregunta en tono desconcertado.
-Sí, Samy eso es lo que eres, demasiado inocente para este tipo de cosas como un dulce, pequeño he inocente corderito, porque aceptémoslo aquí el lobo soy yo-. Sonrió, no necesito ver para saber que Samy estaba frunciéndome el ceño, la escucho caminar, abre y cierra la refrigeradora. Siento su mano sobre la venda, la baja ligeramente del lado de mi ojo derecho dejando me ver un poco mientras el izquierdo sigue tapado. Tiene una lata de cerveza en la mano.
-¿Qué vas a hacer?-. Me sonríe descaradamente, pone la lata sellada de lado en su boca mientras se coloca detrás de mí.
-Sabias que si dejas una superficie el tiempo suficiente sobre algo de temperatura baja la superficie lo absorberá tomando la temperatura de la otra-.
-Puedo saber por qué necesito saber eso ¿acaso viene al caso?-.Siento su respiración en mi cuello, toca mis hombros con la yema de sus dedos, “esperen, sus dedos están….helados”, me muevo por el ligero frio, sus manos bajan por mis abdominales, me tenso, “están jodidamente helados”, pero es un tipo de frio tortuosamente placentero, me remuevo tratando de alejarlos, besa mi cuello, “joder también están helados”, manda una descarga eléctrica por todo mi cuerpo.
-Listo para rogar lobo-. “De ninguna puta manera”, Samy no me va a ganar esta.
-Tendrás que hacer algo mejor que eso-. La reto esperando su próximo movimiento.
El frio de sus dedos se desvanece, tengo que decir que estoy destilando calor aquí, son cuatro jodidos meses sin sexo después de todo.
-Bien, dime Jace eres más ¿táctil que visual?-. ¿Por qué pregunta una cosa así?, “que voy a estar sabiendo”.
Da la vuelta para quedar justo en frente de mí, abre mis piernas con la suya, su rodilla presionando mi miembro, alzo la vista para ver el rostro de Samy, jamás había visto esa mirada en ella, la mirada de una depredadora lista para capturar a su presa, sin alejar sus ojos de los míos roza mi miembro ligeramente, tengo que correr mi rostro o su mirada me hará suplicar, “!¿QUE?!, ni se te ocurra Maxfield ten huevos joder”, me regaño a mí mismo, no debo ceder.
Me toma de la mandíbula para que la vea, se acerca creo que va a besarme, pero saca su lengua para tocar con la punta mi labio inferior, abro mis labios ligeramente por instintito, se retira, lo repite otra vez solo que esta vez pasa su mano de mi pecho y sigue, se detiene en el comienzo de mis pantalones, se aleja para agacharse entre mis piernas acerca su boca a mi pantalón “Joder, Samy esta poseída por algún espíritu lujurioso”, toma la punta de la tela entre los dientes, “estoy perdido”, desabrocha el botón, no me había dado cuenta que estaba aguantando la respiración hasta que suspire para luego aspirar bastante aire.
-Vamos Jace solo tienes que suplicar-.
-Que te jodan-. Dije jadeando, ¡santo infierno!, si sigue así sufriré alguna embolia critica, trato de zafar mis manos que están atadas, pero la estúpida cuerda no me lo permite, “!de dónde demonios saco eso!”, tengo mierdas en mi casa y ni siquiera sé que existen.
-Podrías follarme tú-. No, no si comienza a hablarme sucio suplico, “no maldita sea”, mi puta resistencia es una mierda cerca de ella “¿Por qué me afectas tanto Samy?”.
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Lo tomas o Lo dejas (EDITANDO)
Teen FictionJace Maxfield es lo opuesto a responsable en realidad ni siquiera conocía el significado de la palabra teniendo chicas por montón no solo por su físico encantador y condenadamente ardiente el hecho de que tu padre sea un famoso cantante de una de la...