SAMANTHA
—Oye preciosa, no estés triste por favor—.Dijo Mitch con voz triste, trataba de calmarme pero mis sollozos no paraban, no era de las que lloraban, pero ahora me sentía tan usada.
—Hijo de puta, te dejo sola, cualquiera pudo entrar en esa habitación mientras dormías, no tuvo la decencia de llamarnos siquiera—.Val estaba furiosa realmente furiosa.
—Y, y, yo, hay, qu, que, hi, hice Val—. Sollocé torpemente y con hipo, "genial, las pocas veces que lloraba me daba hipo, maldición".
—No, haber, tu no hiciste nada malo, solo te dejaste llevar pequeña, pero esto es mi culpa, dije que te cuidaría la espalda y mira como estas, sino te hubiera dejado sola, lo siento samy soy una idiota perdóname—.
—Mitch, tran, tran, tranquilo, yo, f, f, fui la tonta aquí—.
—Nada de eso, el idiota fue él, a pero espera que lo encuentre, voy a patearle el trasero—.Val estaba en modo de mama gallina, por alguna razón necesitaba a mama gallina ahora, mi madre se fue cuando yo tenía dos años, dejando a mi padre con una niña pequeña y tres chicos problemáticos .
—Ya sé, ¿qué te parece si vamos abajo a comer algo?, he, ¿qué dices peque?—.
—En realidad, quie, quie, quiero en, en cerrar, rar, hay, maldi, di, to, hip, hipo—. Lloriquee. —Solo vayan sin, sin mí, esta, ta, bien—.Me coloque las sabanas de mi cama y me cubrí por completo, no quería salir, ni ver a nadie o hablar con alguien, pero lo peor es que cuando cerraba mis ojos veía esos hermosos ojos azul acero, "¿Por qué, Jace, porque?".
—Es mejor que la dejemos sola Val—.Le dijo Mitch en forma de susurro.
—Tal vez si, oye amor, estaremos abajo si nos necesitas, ¿está bien?—.No respondí, no quería decir nada más. —Okey Mitch y yo ya nos vamos, llámanos si nos necesitas, te dejo café en la mesa de noche—. Me beso por encima de las sabanas, luego escuche la puerta, me sentía cansada, "genial parece que me quiere dar gripe y el olor del café me está matando".
JACE
Tome una ducha fría porque enserio que la necesitaba, no podía dejar de pensar en Samantha, ya debería de estar despierta, debe de odiarme, "y como no canalla si la dejaste sola".
—Maldición, desgraciada conciencia—.Dije mientras me sentaba en el sofá de mi sala.
—Que ya te diste cuenta del pedazo de mierda que eres y que debiste dejarle siquiera tu número—. Me dijo Josh mientras se sentaba a mi lado.
—Me estas juzgando, tu a mí, tu que te follas a Megan siempre en un maldito baño—. Le reproche.
—Oye, oye, eso es muy diferente, Megan sabe desde el principio que solo la quiero para un polvo, además la muy desgraciada siempre me mete la mano en el pantalón y....... —.
—Oh no, viejo, no quiero detalles asquerosos de tu y Megan gracias pero ya tengo suficientes traumas en mi vida como para que tú me des uno más—. Le interrumpí y sí que no quería saber.
Josh me miro muy serio para luego estallar en carcajadas. —Tu, eres una pequeña princesa delicada, amigo mío—.Me dijo mientras tomaban su celular.
—Voy a pasar por alto ese comentario, pedazo de muñeca mal hecha—.
— ¿Qué?, que mi verga es enorme, si, si, ya lo sabía—.No pude sostener la carcajada que se me escapo, el desgraciado siempre sabía que responder.
—Tu mi amigo, tienes una autoestima muy alta—.Le dije, no me vio porque estaba respondiendo el mensaje que le llego a su celular. — A que es Megan—. Dije, más como afirmación que como pregunta.
—Sip, esa misma, te lo digo hermano creo que la he vuelto adicta a mi miembro—.
—iUhg!, tan temprano y ya estás hablando de miembros Josh—. Dijo Lexie desde la puerta de mi apartamento, yo nunca la cerraba porque siempre había gente entrando y saliendo de mi apartamento.
—Hola Jace, ¿puedo entrar en tu jodido apartamento?, no deberías decir eso—. Le digo a Lexie, es divertido porque sé que la cabrea que yo la corrija.
— ¡Púdrete Jace!—. Grita Lexie, ella es alta, pero seguía siendo pequeña a mi lado, tiene el cabello tan largo que le llegaba debajo del trasero, uno muy bien dotado, bueno en realidad Lexie estaba bien dotada en todo sentido, la conocí en el primer año de universidad, para ese entonces tenía pecas en la cara, se volvió mi amiga cuando le patio el trasero a Josh por tocarle el trasero era como la hermana mayor que nunca tuve y no quise al mismo tiempo, el cabello de Lexie es dorado con pequeños mechones castaños y unos ojos ambarinos muy interesantes.
—Bueno, bueno, te veo muy serio mi amigo—.Dijo Lexie con tono preocupado.
—Una chica—.Hablo Josh, todavía estaba mensajeando con Megan.
—Así, ¿y qué?, cuenta Jace—. Insistió Lexie.
—No es nada Lexie, no quiero hablar de eso—.
—Okey, okey, no me digas, que poca confianza me tienes—.Dijo Lexie levantándose del sofá.
—No te enojes, solo te diré que me dejo hecho una mierda—.
—Oh, oh, bebe eso suena serio, y, ¿porque no la llamas?, digo la invitas a salir, no hablo de follar—.Me acuso Lexie mientras me señala con el dedo.
—No tiene su número—.Respondió Josh antes de que yo pudiera responder.
—Que, como rayos no tienes su número—.Respondió Lexie colocando las manos en su cadera.
—Porque no, ella necesita a alguien que esté listo para una relación, además eso de relaciones es demasiado serio para mí, mucha responsabilidad—.Conteste desinteresadamente.
—Dios Jace, cuando vas a madurar—. Dijo Lexie mientras se dirigía a la puerta. —Solo espero que madures antes de que la vida te golpe más viejo amigo—.Lexie dio media vuelta y se fue.
— ¡Adiós lexie!—. Grita Josh desde el sofá.
— ¿Tu qué crees?—. Le pregunto a Josh mientras me dirigía al refrigerador.
—Hagamos algo, dale tiempo, si no pregunta por ti es porque es mejor así, pero si pregunta la buscas, ¿te parece?—. A mí me sonó razonable.
—Está bien, esperare—. Dije mientras tomaba un sorbo de mi café, por alguna razón me gustaba el olor del café, me tranquilizaba, me recordaba los viejos tiempos con papá después de un concierto agotador, se preparaba un café y decía "la vida es muy solitaria hijo, pero el café me hace sentir como en casa y contigo aquí me siento completo", sonrió, el viejo podía ser profundo cuando quería.
SAMANTHA
—Samy, ¿estás bien?—.Pregunto Mitch detrás de la puerta, el olor del café me afecto tanto que tuve que correr al baño a vomitar, como eso era posible, me encanta el café y su aroma, nunca me provoco náusea.
—Mitch en realidad, no me siento bien—. Respondí, tal vez mi tolerancia al alcohol era más que una mierda, si eso debía ser.
—Oye princesa, te traje unas aspirinas, tal vez eso es lo que necesitas—.Dijo Val.
—Sí, gracias—.Salí del cuarto de baño del sótano, tome la pastilla y Mitch me ayudo a subir por el ascensor, estaba tan cansada que no podía subir tantos escalones.
—Deberíamos llevarte a un médico—.Dijo val con tono preocupado.
—No solo necesito descansar—. Dije porque en realidad estaba muy cansada.
—Lo que tú quieras Samy—. Dijo Mitch, subimos hasta la habitación y me desplome sobre la cama para poder descansar, cerré los ojos y deje que el sueño y la oscuridad me abrazaran.
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Lo tomas o Lo dejas (EDITANDO)
Novela JuvenilJace Maxfield es lo opuesto a responsable en realidad ni siquiera conocía el significado de la palabra teniendo chicas por montón no solo por su físico encantador y condenadamente ardiente el hecho de que tu padre sea un famoso cantante de una de la...