Capitulo 35: Luz

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JACE

Le había dicho a la doctora que los salvara a ambos, los quería a ambos, los amaba, los necesitaba y sabía que no podría reponerme si los perdía, la cruda necesidad de una botella de Ron me golpe de tal forma que me sentía como un drogadicto desesperado por su siguiente dosis.

Estaba sentado en el frio sofá blanco de la sala de espera, no confiaba en mis piernas para mantenerme de pie, hace tan solo un par de horas todo estaba bien, yo no me estaba cayendo a pedazos, mi hijo no estaba en peligro y Samy no estaba entre la vida y la muerte. "¿Cómo demonios se fue todo al carajo tan rápido?", mire el reloj de la pared habían pasado una hora talvez hora y media desde que la doctora corrió, atravesando las puertas blancas, apenas eran las siete.

Estaba solo, cuando llame a Marc, el cual me respondió completamente desesperado cuando lo dije lo que había sucedido, me informo que él, Lexie, Josh, Penny, Colín, Drake y Val estaba fuera de la ciudad, habían optado por un paseo largo por lo que estaban a cinco horas y media del hospital, pero hace unos minutos me llamaron para decirme que estaban atorados en una estúpida presa. El viejo venia en su avión privado pero estaba en el jodido Japón, por más avión privado que tenga la va a tomar un tiempo llegar hasta acá, irónico, le había dicho que no estaría a tiempo para el nacimiento de su nieto por esa misma razón, diferentes circunstancias, mismo resultado.

Llame a Mitch y Clare hace un par de minutos, más por insistencia de Val que por mí. Supongo que estaba asustada de que me volviera loco aquí. Suspire, pasando mis manos por mi cabello, me detuve de golpe al ver una figura conocida, demasiado conocida para mi gusto y frágil cordura.

Sebastián Crowe estaba paralizado frente a mí, su cabello naranja-rojizo estaba más largo, llegaba un par de centímetros más abajo del mentón, llevaba una sudadera verde, jeans de mezclilla desteñidos y semi-ajustados se aferraban a él, por ultimo unas vans azul oscuro. Sus ojos de diferentes colores me miraban con sorpresa. - ¿Qué haces aquí?-. Pregunto sin poder quitar esa mirada de sorpresa.

Desvié mi mirada tratando de ignorarlo, no necesitaba esta mierda en estos momentos, lo sentí moverse hacia mí. -Pregunte, ¿qué haces aquí?, espero una respuesta Maxfield-.

Levante mi vista lentamente, él sostenía un vaso de pastico que suponía contenía café. -No tengo por qué responderte una mierda-.

El frunció el ceño, pero entonces sus ojos se iluminaron con comprensión, casi pude escuchar el click en su cabeza, miro las puertas blancas de forma nerviosa, que yo llevaba horas viendo. -Ella-. Trago saliva. -Ella está dando a luz-. Bajo su mirada hacia mí frunciendo el ceño. - ¿Pero no es antes de tiempo?-.

Me reí sin gracia. -Dime algo que no sepa-.

-Deberías estar ahí, ¿por qué no estás ahí?-. Me dijo con urgencia.

-Piérdete Sebastián-. Me levante dispuesto a moverme lejos de él pero me sostuvo del brazo, mire su mano, luego a él.

Me sorprendí al ver su rostro desesperado. - ¿Qué está mal?, ¿qué está pasando con ella?-.

- ¿A ti que demonios te importa?-.Escupí empujándolo lo suficientemente fuerte para hacerlo dar dos pasos hacia atrás. -Maldito imbécil, para que quieres saber, deseas regodearte, ah-. Lo empuje de nuevo, señale las puertas. - ¿Quieres saber?, así puedes disfrutar con mi dolor-. Lo empuje esta vez los suficientemente fuerte para hacerlo votar su vaso. - ¡Ellos podrían morir!-. Mi voz sonó desgarrada y podía sentir como me derrumbaba justo ahí, enfrente del chico que lo único que desea es verme sufrir.

-Podría perder lo más importante en mi vida-. Alce los brazos a mí alrededor. -Así que adelante, disfrútalo, debes de estar más que feliz, porque si lo de tu hermana no me mato de sufrimiento esto lo hará-.

Lo tomas o Lo dejas (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora