Tenía algo en la cara.
Olía a ceniza.
...¿Fuego?.
Harry parpadeó y vio que la habitación seguía a oscuras. El fuego de la habitación estaba apagado, pero seguía ardiendo. El olor a semen, sudor y otros fluidos corporales entró en la nariz de Harry. Hizo una mueca, aunque el olor no era terriblemente desagradable, también había una especie de matiz agrio que Harry quería eliminar. Su piel estaba seca, pero al extremo; en su estómago había un rastro de semen seco, que ahora caía como una forma extrema de caspa desde su vientre.
Arrugó la nariz y curvó el labio en una expresión de asco. Sólo entonces sintió que algo se revolvía en su pelo que había caído hacia atrás debido a sus movimientos. Miró la sombra oscura en sus mechones negros y vio la pequeña forma de Jormy. Miró a la descarada serpiente que le miraba directamente a los ojos sin pestañear.
Harry no dijo nada y se limitó a mirar fijamente a la serpiente. Jormy yacía inmóvil en su almohada, justo al lado de un Rabastan que dormía plácidamente y que olía -de una manera extraña e imposible- a la brisa fresca de la primavera y no a semen seco. El afortunado bastardo.
Jormy aún no se había movido y Harry no podía saber nada por su comportamiento o expresión. Harry era muy consciente de que había humanizado a Jormy, de que atribuía emociones humanas a la serpiente. En la situación actual, Harry le dio a la serpiente una expresión estoica. Imperturbable y no afectada por la situación en la que se encontraba su amo. Y eso preocupaba a Harry.
Porque Jormy no era estoico, era audaz, extravagante y lleno de sí mismo. El Jormy que Harry conocía no era una serpiente estoica, sino que se había aprovechado de la situación y posiblemente la había empeorado con comentarios falsos y sexuales.
Pero ahí estaba Jormy. Inmóvil, quieto como una estatua, sobre su almohada. Sólo el parpadeo de su pequeña lengua gris le decía a Harry que la pequeña serpiente seguía viva.
Parpadeó. Jormy no lo hizo.
Inclinó la cabeza para ver más de cerca a la serpiente. Jormy no lo hizo.
~"¿Jormy?"~ Preguntó Harry en voz baja, pinchando a la serpiente.
Pero Jormy no parpadeó y miró atentamente a Harry.
Harry empezó a preocuparse por su pequeña serpiente. ¿No había estado en el fuego lo suficiente? ¿Había comido demasiado poco, o el duro clima de enero se había apoderado de la serpiente?
~"Jormy, háblame", le suplicó Harry a la serpiente. ~"Siento no haber tenido mucho contacto contigo en los últimos días, pero es que estaba ocupado. Tenía trabajo escolar, y estaba investigando mi tatuaje. Y estuve con Rabastan... Oh Jormy, tengo tanto que contarte"~.
Las lágrimas comenzaron a fluir y Harry acarició la suave piel de su amigo con la mano. Los ojos no parpadeaban y parecían mirar profundamente en su alma. Harry empezó a sentirse incómodo bajo la mirada de la serpiente y buscó la forma de provocar una respuesta. Sin embargo, no encontró nada que despertara el interés de la serpiente, así que empezó a hablar de nuevo al azar.
~"Lo siento", susurró suavemente, con sus labios en la piel de la serpiente. ~"Siento haber estado fuera todo el día de ayer. Siento no haberte visitado justo después para hablar contigo. Estaba un poco distraído"~, añadió Harry un poco avergonzado.
~"Siento mucho no haberte visto antes cuando..."~
~"Jormy te vio"~ la pequeña serpiente interrumpió sin pestañear. ~"Jormy lo vio todo, y sabe que han copulado"~.
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A CHANGE OF FEELING
FanfictionHarry es abandonado por sus amigos en la oscuridad. Tras un par de semanas sin noticias del mundo mágico, Harry recibe una carta de un tal R. Singulier. Después de esta carta, Harry por fin empieza a pensar por sí mismo y en el mundo en el que se en...