-Su aspecto es un poco exagerado. Tan oscuro, con el ceño fruncido y frustrado, pero ¡oh, esa irritabilidad! ¡Casi puedo saborear la rectitud y la búsqueda de respuestas! Hmm, ¿quieres tener una discusión apasionada sobre la verdad?-.
Harry se frotó la cara con fastidio y suspiró.
Draco esbozó una sonrisa torcida. -¿No? Qué pena-, dijo, casi enfadado. -¿Tal vez sobre el honor?, ¿Orgullo familiar?-.
Harry miró directamente al chico de pelo rubio platino, sin pestañear. Draco lo miró imperiosamente, sin evitar la mirada de Harry.
Harry estrechó la mirada y observó a través de la enorme pila de libros a Draco, que ahora pasaba las manos por el título superior.
Sin embargo, Draco le devolvió la mirada.
Harry sintió que le temblaba la boca, las comisuras de los labios se curvaron ligeramente contra su voluntad.
Draco puso los ojos en blanco y le dio una palmada en el hombro al mago de pelo oscuro, inclinándose sobre la enorme pila de libros, haciendo que varios rollos de pergamino cayeran al suelo.
-¡Oye! ¡Cuidado, quieres! Tenía un sistema en este caos-, dijo Harry, agachándose rápidamente para recoger sus notas.
Draco olfateó con desdén. -La existencia es un caos. Pero incluso la existencia tiene sentido, pero eso...- Señaló el desorden que rodeaba a Harry. -No se puede poner orden en este desorden. Espolvorea unas gotas de limón por encima y tendrás el despacho de Dumbledore. Es una monstruosidad-.
Harry echó la cabeza hacia atrás y soltó una sonora carcajada. Esto le valió una mirada de reproche de Madam Pince, que pasó arrastrando los pies junto a los dos Slytherins. Harry miró conspiradoramente a su amigo y le dio una palmada en el hombro con un rollo de pergamino.
-¡Draco, pórtate bien!- dijo Harry, golpeando de nuevo al chico rubio.
-¡Ay! Harry!- dijo Draco exageradamente, frotándose el hombro derecho con violencia. -¡Espera, Potter! Mi padre se va a enterar de esto!-.
Le siguió una sonrisa burlona, llena de dientes blancos. -¿Tu padre? Estoy temblando de miedo!-.
Draco se dejó caer en la silla opuesta a la de Harry e hizo un gesto para que se olvidara de su comentario. -Mi padre- tu padre- hoy en día es casi lo mismo. Recibí una carta de mamá, donde compartía una historia que me ponía los pelos de punta-.
Unas manos llenas de gracia se cerraron sobre las de Harry, cuyas uñas se habían mordido por el estrés. -Harry, mi madre entró en el estudio de mi padre anteayer. Esto, en sí mismo, no es un suceso extraño. No, lo que encontró en el estudio fue muy... inquietante-.
Harry suspiró y puso los ojos en blanco. -¡Cuéntame, Draco, oh gran contador de historias! Qué pasó aquel fatídico día en que tu madre se atrevió a entrar en la cueva de hombre de tu padre?- dijo Harry burlonamente.
-¿Cueva de hombre?- preguntó Draco con las cejas fruncidas. -¡Argh! ¡Eso no importa! ¡Escucha, Harry! Encontró a Sirius sentado en el escritorio de padre con mi padre entre las piernas-.
Harry empezó a farfullar, tras lo cual Draco le golpeó fuertemente con un rollo de pergamino, que a estas alturas ya estaba muy abollado por los numerosos golpes de los chicos.
-¡Harry, saca la cabeza de la alcantarilla! Como si mi padre fuera a tener ese tipo de relación con ese saco de pulgas!- Draco rió suavemente y sacudió la cabeza como si la sola idea fuera demasiado absurda para contemplarla.
Harry se cruzó de brazos. -Todavía no has contado lo que tu madre encontró en el estudio de tu padre. Para ser un narrador épico eres un poco prolijo, déjame adivinar; ¿todas tus historias románticas son de combustión lenta? Para una escena caliente, primero tienes que surcar una enciclopedia, lo que te deja con una erección a las cuatro de la mañana que estás demasiado cansado para tratar-.
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A CHANGE OF FEELING
FanficHarry es abandonado por sus amigos en la oscuridad. Tras un par de semanas sin noticias del mundo mágico, Harry recibe una carta de un tal R. Singulier. Después de esta carta, Harry por fin empieza a pensar por sí mismo y en el mundo en el que se en...