Harry observó distraídamente cómo Jormy era acariciado por Bellatrix. La pequeña serpiente estaba tumbada de espaldas en el regazo de Bella, que le daba un extenso masaje en el vientre. Jormy siseaba de placer y parecía retorcerse más de vez en cuando, para conseguir también algo de fricción en su espalda. Bella disfrutaba de las atenciones que la pequeña serpiente le brindaba, a veces Harry sentía que ella también había etiquetado a la serpiente como "suya", casi más que Harry.
-¿Harry?- dijo una voz tranquila a su lado. Harry se apartó del cuadro burgués que hacían Bella y Jormy y miró a Remus.
-Tenemos que irnos, cachorro. Hemos pensado que lo mejor es que te deje en el tren, así nadie se sorprenderá, toda la comunidad mágica ya sabe que fui un buen amigo de tus padres-, dijo Remus con algo en la voz que sonaba a arrepentimiento.
Harry le dedicó una sonrisa acuosa. -Remy, sabes que me gusta que me dejes. Claro que me hubiera gustado que Basty y Siri vinieran, pero una figura paterna no es realmente un paso atrás. Tú también eres mi familia-.
Remus asintió y apartó la mirada, sonrojado. -Despídete, nos vamos por Floo en diez minutos-.
Harry se tomó su tiempo para despedirse de su extensa familia. Empezó por Rodolphus, que le tiró con fuerza del pecho y le dio una varonil palmada en la espalda. -Será mejor que nos escribas, hermanito, no agradecerás que tenga que venir-, gruñó entre sus mechones de pelo alborotados.
Harry asintió tímidamente mientras era atraído hacia el suave pecho de Bella. -¡Oh, Harry-pooh, te echaré de menos! Dile al pequeño Draco que la tía Bella lo verá este verano. Sí que echo de menos a mi familia-.
Harry no contestó pero le dio un beso en la mejilla. Le dio un suave apretón de manos antes de alejarse.
Corvus ya le estaba esperando, con su máscara de Lestrange bien puesta. Sin embargo, cuando Harry se acercó a él, vio que los ojos oscuros centelleaban; incluso un poco de humedad se había acumulado en las esquinas de sus ojos. Cogió a Harry por el brazo y tiró de él hacia un rincón de la habitación.
-Harry, me gustaría que no volvieras a Hogwarts-. Levantó la mano a la defensiva mientras Harry intentaba abrir la boca. -No, Harry, no te detendré (me malinterpretó). Sólo quiero pedirte que tengas cuidado. Temo por tu seguridad ahora más que nunca. No te fíes de Dumbledore, me temo que no respondería positivamente a tus nuevas afinidades. Si tienes alguna duda, ponte en contacto con el profesor Snape inmediatamente. Él podrá entonces ponerse en contacto conmigo directamente. ¿Me lo prometes, Harry?-.
Harry asintió.
-Realmente necesito una confirmación vocal, joven-, dijo Corvus con severidad.
Harry tragó saliva: -Sí, señor. Lo haré. Si no confío en algo, o si mis nuevos, um, poderes me molestan, me pondré en contacto con el profesor Snape-.
Corvus asintió con satisfacción, y en ese momento Harry pudo ver claramente el parecido entre padre e hijo. Ambos eran personalidades dominantes, que buscaban el control total. Sin embargo, este control no se sentía opresivo, Harry se sentía amado.
-Entonces está bien, Harry. Creo que ahora es mejor caminar hasta tu padrino, él también parece tener muchas ganas de hablar contigo. Además, mi hijo parece cada vez más impaciente- dijo Corvus con una sonrisa.
Harry miró brevemente a Rabastan y vio a su novio apoyado impacientemente contra la pared. -Tienes razón, Corvus. Hablo contigo pronto-.
Harry caminó rápidamente hacia Sirius, que lo esperaba con una sonrisa traviesa. -¡Chico! Antes de que te vayas tengo algo para ti-.
ESTÁS LEYENDO
A CHANGE OF FEELING
FanfictionHarry es abandonado por sus amigos en la oscuridad. Tras un par de semanas sin noticias del mundo mágico, Harry recibe una carta de un tal R. Singulier. Después de esta carta, Harry por fin empieza a pensar por sí mismo y en el mundo en el que se en...