-3-

15.3K 821 60
                                    

" Hablas de amor como si un monstruo como tu supiera que es."

— Bienvenida otra vez Morgan, aún sigues pintando?— pregunta, sonrió.

— Deje de pintar en cuanto mi papá se dio cuenta que pintaba las paredes de la mansión, ahora toco el piano. No es algo perfecto pero, se me da.— digo, ella me brinda una sonrisa pequeña hasta que desaparece por completo.

No entiendo el cambio de humor de todas hasta que siento como alguien toma mi mano con cariño, aquel tacto suave me hace temer y más cuando veo que es el rostro de mi padre. Su mirada me hace entender que estaré en problemas pero aun así controló mis nervios.

— Si me disculpan, vuelvo en un segundo.— digo, dejo mi copa de vino para ir con mi padre, sus guardias me rodean. Caminamos por ciertos lugares que hacen llamar la atención de algunos hombres, incluyendo la mirada de Vicent que me mira sabiendo que algo está mal.

Logramos entrar a una habitación sola, me tenso al ver a mis guardias ahí con ciertos golpes. Cierro mis ojos para tomar el frente entre ellos dos, miro a mi padre con tranquilidad.

— Se puede saber qué sucede?— preguntó, el me mira con asco para alzar su mano y golpear mi mejilla. El ardor es fuerte, cierro mis ojos sintiendo las lagrimas salir por si solas, el calor en mi mejilla crece cuando vuelve a golpearme pero con más fuerza.

Subo mi cabeza y abro mis ojos viendo como acomoda su anillo, acaricio mi mejilla notando la sangre en ella.

— Eres una maldita zorra.— dice, yo solo veo como alza su mano otra vez pero la controla para tomar su nariz. Respira hondo varias veces hasta que su pecho se calma y puede hablar.

— Tu... te acostaste con un mocoso que ya tenía damas en espera. — dice, yo junto mis cejas.

— De qué hablas?— pregunto para ver su sonrisa, puedo jurar que disfruta de mi dolor. El pone una computadora enfrente de mi la cual deja ver un video que se reproduce, en el se encuentra Vicent con varias mujeres, luego se ve como él y yo entramos a una habitación, salimos unas horas después con la ropa aún sin acomodar.

Mi pecho se contrae de dolor por un segundo, varias emociones cursan por mi pecho.

— Todos saben que te metiste con un hombre que ya tenía amantes así que dicen que eres una cualquiera. Nadie, absolutamente nadie te quiere ahora. —  me mira con detenimiento hasta que una risa ronca aparece, puedo sentir su mano acariciar mi mejilla.

— Soy un buen padre así que, conseguí que puedas ir con uno de los señores. Mientras, me encargare de que ese tal Vicent jamás te vuelva a ver en la vida— murmura, sale de la habitación dejando el video en mi pecho, sus guardias se alejan sin verme a los ojos mientras que los míos siguen en su lugar.

Me volteo a ambos para hacer una reverencia, ambos miran al suelo.

— Lamento que los castigaran por mi culpa, no volverá a suceder.— digo, ellos me dan una sonrisa pequeña para salir detrás de los guardias de mi padre para poder darme espacio.

Miro la tableta sintiendo mi pecho latir dandome una advertencia de un posible ataque, sigo deslizando los videos hasta que veo varios en donde Vicent se encuentra con varias mujeres, en algunos las besa y en otros van a la misma habitación en donde yo estuve, una lagrima cae por mi mejilla seguido de otra con más fuerza.

El ruido de llanto no tarda en llegar haciéndome sentir sucia, estúpida y como una cualquiera, me acerco a la puerta para abrirla y salir. Mis guardias me miran mientras que yo sorbo mi nariz y camino aún sin limpiar mis ojos provocando que choque con alguien.

Puedo jurar que mis guardias iban a regañar al sujeto hasta que por alguna razón, retroceden.

Yo solo limpio mis ojos llevando consigo un poco de maquillaje regado, subo mi mirada encontrando unos ojos azules que me miran con detenimiento.

— Se encuentra bien?— pregunta, puedo sentir un poco de diversión en su voz y a la misma vez curiosidad.

— Claramente estoy bien señor, lloro de tanta felicidad.— mi voz se escucha con sarcasmo y enojo, el alza una ceja y mis guardias toman mi mano cubierta por el guante  con suavidad.

— Señorita, debemos ir con el sujeto que la espera.— dicen, doy un paso hacia atrás sintiendo la mirada del hombre sobre mi mientras murmura algo, su sonrisa divertida no se borra en ningún momento.

Aun cuando desaparezco de su vista, un sentimiento de inquietud crece en mi pecho por sus ojos.

Azules, como el cielo.

Pero fríos como el hielo.

— Hay una camioneta afuera, ahí esta el señor. Ve sin tus guardias, los necesito para un trabajo.— mi padre me acompaña hasta afuera de la mansión, por milagro que no entiendo nadie me mira.

Cosa que me preocupa pero tranquiliza.

— No hagas enojar a este sujeto, cualquier cosa que te pase hoy tómalo como tu castigo por ser una cualquiera, entendido?— muevo mi cabeza en un si lento mientras la puerta de la camioneta se abre.

Mi abdomen se contrae provocando una arqueada de náusea, solo siento algo pinchar con fuerza mi costilla notando como es mi padre obligándome a tomar la mano del hombre enfrente de mi. En cuanto tomó su mano puedo sentir su suavidad por las arrugas en ella, no era tan viejo pero sin duda alguna me doblaba la edad.

Entro a la camioneta para sentir su mano por sobre mi vestido, sus dedos rozan contra mí piel ya descubierta para apretarla y darme una sonrisa.

— Disfrutaremos mucho esta noche cariño, tengo varios planes para ti.— dice para que la camioneta arranque dejándome sin salida alguna.

Mi pecho solo se contrae de dolor cuando su mano acaricia el borde de la manga del vestido, ella cae haciéndome sentir su mano acariciar mi clavícula con suavidad, sin importar la mirada o la presencia de su guardia se acerca a mi para dejar unos cuantos besos húmedos en ella.

— Mmm cariño... a penas te toque y y estoy duro por ti. ¿Qué tal si comemos un poco antes de llegar? Podemos dejar el postre para después. — trago nerviosa y el ríe escandalosamente.


— No se preocupe señorita, puedo aguantar un poco más.— dice,yo solo le doy una sonrisa amarga.


Incluso ahora, no hay peor maldición que me pueda arrastrar con ella.


•••

Capítulo dedicado a: Clalinive


Debes confiar más en mi, ya no soy así 😔✋🏽

Casada con el Diablo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora