" El amor es doloroso, pero tener que atacar a quien una vez amaste, es peor. "
- Señorita Morgan... debe levantarse, ya paso bastante tiempo desde que estamos aquí.- mi guardaespaldas toca la puerta por sexta vez en la semana, yo solo sigo escondida entre mis sábanas hasta que el logra abrir la puerta. Veo como deja su navaja en la mesita de noche mientras le doy la espalda para poder seguir ignorandolo como lo hice desde que me drogo para poder subirme al avión.
- Se que es difícil, señorita Morgan... realmente no soy bueno dando consejos. Solo puedo hablarte por que se lo que se siente perder a alguien que amas, mi hija y mi esposa fallecieron hace unos uñas..., es doloroso y más cuando piensa en que usted ahora tiene la misma edad que ella podría tener.- dice causando que me destape y lo mire.
Veo su mirada perdida en dolor por lo que suspiro, me levanto de la cama aún tapándome con la sábana.
- Perdí a mi madre a los siete, se quito la vida por no aguantar a mi padre. Ella fue una dama en espera y mi padre era su dueño por lo que no podía escapar, en cuanto ella se quito la vida quede desprotegida. Mi padre aprovecho y me metió en la mansión de apuestas para saldar sus deudas, desde los siete soy alguien que es vendida, usada y tocada, todo por hombres. Cuando por fin me enamoro, resulta que el tipo tiene una amante psicópata al igual que su madre, todos en mi vida me lastiman y lamento, si no se si me lastimaras o me cuidarás.- admito mientras el sonríe de forma pequeña.
La forma en que sus arrugas se hacen pequeñas al el sonreír me hace sentir ternura, suspiro.
Me acerco a él para abrazarlo sintiendo como duda, puedo escuchar como intenta no llorar pero yo solo le doy palmadas en la espalda para poder escuchar como me pide comer.
Salimos de mi habitación y yo solo puedo ver la otra parte del hotel con gran detenimiento. Miro la mesa con una bolsa, camino hacia ella viendo unas tijeras junto con un tinte de cabello.
- El señor Alexander dijo que estaria aquí por un tiempo indefinido y por eso debe cambiar su apariencia, tome el tinte que menos llamativa la haga ver. Si quiere puedo llamar a alguien que le corte el cabello.- dice, yo solo toma las tijeras para mirarme en el espejo. Sonrío recordando cuando le corte el cabello a Ágata.
Tomo un gran mechón de cabello para cortarlo y ponerlo en la bolsa, sigo cortandolo con cuidado viendo como lo subí a por encima de los hombros. Dejo las tijeras para mirar a mi guardia.
Tomo el tinte para poder encerrarme en el baño y empezar a pintarlo notando como el rubio desaparece poco a poco dejando ver mi rostro pálido, retiro los guantes cuando estoy lista para lavarlo, dejo mi cabeza en la ducha viendo el agua mancharse de negro.
Cuando terminó de lavar bien, aplico los productos para poder sacarlo y pasar el secador, cuando estoy lista solo puedo tomar mi bolsa de maquillaje y mirarme en el espejo.
- Quiero ir a un lugar, prepárate.- digo, el asiente mientras que yo voy a mi cuarto a buscar mi ropa.
Me visto con delicadeza solo para verme en el espejo mientras coloco labial rojo en mis labios, cuando terminó solo me queda tomar mi bolso y las gafas, salgo de la habitación caminando hasta la sala viendo a mi guardaespaldas.
- Cuál era tu nombre?- pregunto, el me da una sonrisa mientras va a abrir la puerta.
- Soy Liam.- asiento para salir del cuarto mientras pido que deje de llamarme señorita y me diga Morgan, el acepta no muy convencido. Ambos caminamos hacia el elevador por lo que yo me entretengo viendome en el espejo, me coloco mejor las gafas mirandome de nuevo, no me reconocia y era todo lo que queria.
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Casada con el Diablo
RomanceDicen que el deseo de la libertad es mas fuerte que el amor, yo puedo hablar de ello por que no hay algo más que mi alma desee más que el poder ser libre. Otros dicen, que ni el amor, ni el deseo corrompen lo que es ser amada por el diablo. Tambié...