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" Todos esperan algo de mi y yo, yo nisiquiera se que espero de mi."

— Solo faltan unos días para la boda, serian tres en total. Tendras una dieta líquida, agua, batidos y jugos, nada más. El vestido es muy importante y ya les mande tus medidas exactas.— la madre de Alexander mira una revista, yo solo me sostengo de la silla mientras la mujer detrás de mi apretaba el corsé.

Puedo ver la cara de Alisa expresar el trauma mientras yo solo me veo en el espejo odiando por completo este corsé,  respiro hondo.

No había visto a Alexander desde aquella incomoda situación y eso, me quitaba un peso de encima.

De igual forma, Ágata y Tessy estaban castigadas por ende no estaban en la mansión si no en un departamento que tenían ambas, lejos de la mansión hasta la boda.

Cuando terminan de aplicar el maquillaje y probar todo en mi, se retiran al igual que la señora Ivanoov, yo solo me miro al espejo con bastante asco. Mi guardaespaldas abre su boca para decir algo pero la cierra en cuanto alguien en traje aparece, miro a Alexander entrar con una sonrisa arrogante que hoy, me sacaba de mis casillas.

Puedo ver en sus ojos como prepara un comentario sobre como estoy vestida y maquillada, yo solo lo señalo con mi dedo bastante enojada.

— Abres tu maldita boca, para decir algo y te juro, que te caigo encima.— digo para quitar y tirar los estúpidos tacones y irme caminando con bastante enojo.

Cada paso que doy se marca, mi pecho sigue apretado por el corsé por lo que intento soltar el nudo que hizo la señora pero solo quedó desesperada. Llegó a mi cuarto cerrando con fuerza la puerta, tomo asiento quitando todos los adornos y el maquillaje dejando mi rostro al natural.

Me coloco una coleta bastante mal hecha hasta que la puerta se abre, puedo ver a Alexander mirarme desde la puerta. Sus manos se posan en el borde del corsé el cual jala haciéndome quedar en su pecho, sus dedos quitan el nudo que hace el aire llegar a mis pulmones y relajarme.

Respiro aliviada quitando y dejándolo sobre la cama, Alexander me mira cruzado de brazos haciendo notar sus brazos trabajos mientras que yo sujeto mis manos detrás de mi espalda, ante su mirada seria solo me queda rascar mi nuca y sonreír.

— Si bueno, lamento haberte tratado así, mucha ira encima y no podía respirar. No solo me casare en unos días, debo usar un corsé apretado y un maquillaje que no me gusta para nada.— digo para notar como el se acuesta en mi cama sin decir nada.

— Madre es así, le gusta acariciar la perfección con la yema de sus dedos. Ni importa cual sea el costo o como deba hacerlo, ella siempre va a querer que todo sea perfecto. No importa si sufre, no importa si te duele, ella no dejará que seas tu.— dice, su voz es de puro sentimiento nostálgico, suspiro hondo para acostarme a su lado. Ambos miramos el techo de mi habitación en un silencio causado por sus palabras.

— Mi padre no queria una hija, quería un hijo que pudiera traer dinero al hogar y hacer que todos nos conocieran. Eso, hasta que supo que una Dama en espera es tan importante como un Rey. La primera vez que fui a esa casa, tenía 7. Era la única de mi edad y todos se enloquecieron por ello.— digo, juego con el anillo en mi dedo mientras que el me escucha atento

— Un hombre logró pagar la cifra que puso mi padre, perdí mi dignidad, mi virginidad, mi amor, mi inocencia, cuando tenía 7. — mi voz se convierte en un murmuró que es apagado con suavidad, los recuerdos llegan a mi mente recordando con cuantos hombres estuve sin yo quererlo

— Siempre fue así, hasta que conocí a alguien. Era uno de los tantos hombres en ese casino, Vicent. Creí que era amor, le di lo poco que me quedaba pero al final resultó que solo era una más de sus mujeres.— digo, su cabeza voltea a mi al igual que la mia hacia la suya

Ambos nos miramos pero yo solo cambio mi vista por una pequeña risa.

— No te gusta que un hombre tenga mujeres?— pregunta, yo solo niego.

— No me molesta que tengan mujeres, entiendo que es algo que los padres eligen para sus hijos. Solo me molesta, que alguien sea mi todo cuando yo no soy su todo.— murmuró, el chasquea su lengua.

Otro silencio se hace en la habitación, ambos seguimos en nuestros pensamientos hasta que el habla.

La forma en que usa la seguridad en sus palabras y le añade un toque de maldad al final me hace entender que.

No hay ningún mal en el, solo es

Un alma rota igual que yo.

— Si no quieres usar el corsé, ni el maquillaje. No lo uses, madre necesita que la pongan en su lugar también, no dejes que te quite tu voz por que jamás la tendrás de vuelta si ella la toma.— menciona, yo solo asiento.

Subo mi cabeza a su pecho notando como su corazón palpita un poco más rápido, sonrió para sentir como acaricia mi cabello dejando que el silencio, se vuelva en una capa de paz que nos cubre

Esto no era amor.

Pero daba una seguridad, enorme.

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Podía sentir el rayo de sol de la tarde justo sobre mi párpado, el cansancio se apodera de mi cuerpo por lo que prefiero no pararme a cerrar la cortina y solo darle la espalda. Mis ojos se cierran en cuanto doy la vuelta pero los abro en cuanto siento la respiración de alguien más en mi nariz.

El rostro de Alexander luce relajado, puedo ver sus pestañas largas y oscuras debido a la luz de la que antes me quejaba. Observo su rostro por un rato para chasquear mi lengua y levantarme de la cama, con cuidado de no levantarlo salgo de mi habitación. Encuentro a Alisa la cual me mira con una sonrisa enorme que crece más cuando ve a Alexander en la cama.

— Durmió con el Señor? — pregunta aguantando un chillido de la emoción, alzo una ceja para poder caminar con ella casi saltando desde atrás.

— No me di cuenta, solo nos quedamos hablando y el se durmió primero, yo me aburrido y me dormí.— digo, me detengo en las escaleras para bajarlas con cuidado.

— Eso significa que van en serio? Le dará una oportunidad?— la miro curiosa, yo solo sonrió para negar, Alexander me agrada pero empiezo a creer que si me quedo a su lado tendré que pasar por muchos dolores de cabeza.

Justo cuando estoy por bajar la última escalera, la puerta de la mansión se abre dejando ver a Tessy con un rostro cansado. Mis puños se aprietan esperando ver a Ágata, me relajo al ver que ella no estaba y solo era Tessy.

Esto era lo que me faltaba.

Casada con el Diablo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora