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" Todo diablo tiene un enemigo pero, quien diria que el enemigo de este diablo es mi amigo."

Puedo sentir la mirada de todos sobre mi mientras la mujer enfrente de mi me mira, su mano toca mis dedos unos por unos para luego tocar mi rostro y abrir mi boca. Junto mis ojos para  ver a Alexander mientras el solo se mantiene en su lugar sin decir nada más.

— Eres hermosa, tienes una piel suave y perfecta, dedos suaves pero trabajados, tu cabello está cuidado al igual que tus dientes. — limpia sus manos para tomar su taza de café, su mirada analiza mi postura que no pude cambiar desde que puso un dedo sobre mi.

— Tu vientre, tus ovarios y tu útero, están bien? Puedes ser madre?— la mirada que me brinda me hace tensar al igual que a Alexander, yo solo sonrió un poco.

— Mi vientre esta en un buen estado al igual que mi útero y mis ovarios pero, ser madre... no es algo muy común en mi ADN.— su rostro se alza un poco,complacida con mi respuesta. Me da una última mirada para tomar su bolso y sacar algo de el, una caja negra.

Las mujeres que estaban a la par de Alexander intentan hablar y quejarse pero solo son calladas por las manos de Alexander que se posan en sus muslos, puedo ver como el aprieta su agarre haciéndolas callar. Yo solo me quedo viendo a la mujer abrir la caja dejando ver un anillo de compromiso, Dios...

— Eres perfecta, puedo sentir el futuro de los Ivanoov en ti y por eso, serás la que se case con mi hijo.— dice, yo solo veo como las amantes de Alexander me miran con odio,un odio profundo que hace la señora Ivanoov las mire peor.

La madre de Alexander toma mi mano, deja el anillo en mi dedo para dejarle el otro a Alexander, el cual no aparta su mirada arrogante de mi. El tenía razón, su madre me había elegido.

Pero esto, no me hacía sentir más segura, para nada.

▪︎                  ▪︎                   ▪︎

— No lo puedo creer señorita Morgan, esto definitivamente la cuidara en esta casa.— Alisa mira el anillo con gran emoción mientras que yo solo me aseguro de que la puerta esté bien cerrada.

La señora Ivanoov ya se había ido y si no hubiera sido por que Alisa y mi guardia me sacaron con rapidez, un florero hubiera impactado contra mi cabeza.

— Es que no lo entiendo... llegue hoy mismo y pasaron muchas cosas, nisiquiera pude dormir una hora y ya me voy a casar?— pregunto, ella asiente para dejarme un espacio en la cama el cual tomó apretando la almohada contra mi pecho.

— La señora Ivanoov fue reina, su esposo era el hombre que dirigía la mafia rusa hasta que murió en un accidente. Resulta que hasta los reyes tienen problemas normales y pueden morir por un conductor ebrio, la mafia me fue pasada al señor Alexander pero, sin una reina el no puede heredar toda la mafia por completo.— Alisa hace una pausa y yo me voy a mi mente.

Por eso lleva hablándome desde que choque con el y pedí disculpas.

— La señora Ivanoov nunca había elegido a alguien, todas las chicas que vinieron por acuerdos terminaron volviendo a sus casas por las amantes del señor Alexander, son dos viboras que quieren el tronó pero jamas logran convencer a la señora Ivanoov pero usted, usted lo hizo y a la primera.— habla, sus ojos me miran con administración pero yo solo me pierdo en mi mente.

Era una dama en espera, era notorio que sabía aparentar varias cosas a la misma vez.

Suspiro tocando mi vientre el cual aun suena de hambre, Alisa lo escucha haciendo que se levante y salga diciendo que traerá el desayuno. Yo solo miro el diamante en el anillo, se veía caro y viejo.

Me quedo acostada hasta que varios minutos pasan, decido quitarme los aretes y los demás anillos hasta que veo el de compromiso y recuerdo que la señora Ivanoov me dijo que jamas lo quitará.

Dejo mi cabello suelto para poder ver la hora notando que ya es tarde para desayunar, voy al baño para lavar mi rostro y de paso cambiar el pantalón por uno corto, salgo del baño al escuchar la puerta abrirse.

— Dios, que bueno que llegaste Alisa, muero de hambre...— mi comentario queda en el aire cuando veo a las amantes de Alexander, una de ellas tiene la puerta tapada para que nadie entre mientras que la otra me mira con ira.

Su color de piel era un poco más bronceado que el mío, su cabello era en ondas y estaba suelto mientras dejaba su cuerpo a la vista por su atuendo. Su mano impacta contra mi rostro haciéndome mirar al suelo por unos segundos hasta que siento como toma mi cabello y lo tironea hasta dejarme en el suelo y tener un mechón rubio en sus manos.

Me toco el área adolorida mientras mis ojos arden, me quedo en el suelo viendo como la chica de la puerta mira todo con una sonrisa hasta que la mujer enfrente de mi saca una navaja afilada que la hace borrar su sonrisa.

— Ágata...  dijimos nada de armas.— cierro mis ojos con miedo en cuanto siento el filo de la navaja en mi rostro, no me corta el rostro pero si me mira con una sonrisa retorcida.

— Vamos Tessy, podemos quitarla del medio de una vez. En cuanto me ponga el anillo y sea la señora, todo será mejor.— ambas chicas se miran, mi pecho sube hasta que la puerta es abierta con fuerza. Mi guardia aparece detrás de Alisa, tiene mi comida en sus manos pero al verme en el suelo la deja aún lado para llegar a mi.

— El señor Alexander no estará feliz si ve esto, deberían irse si no quieren meterse en problemas.— el comentario de mi guardia hace reír a Ágata, la otra chica sale corriendo al instante mientras que ella solo lo mira firme.

— Tu no eres nadie para decirme que hacer.— murmura, mi guardia sonríe de lado.

— Usted tampoco es nadie para lastimar a la prometida del señor.— Alisa sonríe y yo solo me levanto con su ayuda mientras que Ágata mira a todos con una sonrisa para murmurar un " Patéticos."

Justo cuando sale de mi cuarto, yo tomo asiento en la cama para dejarme caer hacia atrás y esconderme entre las sábanas.

Qué tipo de mal debo estar pagando como para tener una suerte tan horrible?

Casada con el Diablo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora