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" Arderás en tu fuego y te juro, que lo voy a disfrutar."


Alexander Ivanoov



- Cuanto durará esto?- pregunto observando como bebe de su copa sin hacer mueca, sus ojos me miran demostrando lo rojo de ellos por llorar al enterrar a Alisa.

- Durará lo que tenga que durar, por qué? Ya te cansaste?- pregunta con una sonrisa arrogante, sonrió un poco para acercarme a ella y tomar su mejilla. Una lagrima cae de su rostro por lo que la limpió mientras ella me mira.

- Estas tan rota.... solo por el deseo de venganza. - aleja su rostro, le sirvo más del licor para volver a mi asiento, ella se queda pensando en la nada hasta que ríe y saborea su vino.

- Recuerdas lo que dijiste el día de nuestra boda?- pregunta, me mira directo a los ojos demostrando su ira. —  Me dijiste que, si no quería usar un corsé no lo usará, que debía retar a tu madre y ponerla en su lugar, yo. Yo la rete y por eso estoy aquí, eso justo ahora me hace pensar, en donde estas tú?—  espeta. Acaricio mi cabeza con mis dedos solo para verla acercarse a mi.

- Me pides que rete a tu madre pero tu nisiquiera puedes retar a tu propia madre. Me pides dejar la venganza pero, nisiquiera me apoyas en ella. ¿En la salud y enfermedad? Eres un mentiroso de mierda, un traidor y te juro, que vas a caer en algún momento.- sentencia dispuesta a irse, sostengo su mano levantándome.

- No me perdonarás nunca?- pregunto, ella solo me mira.

Ya no había amor...

Había decepción.

- Dejaste morir a todos los que amaba, Alexander. ¿Quieres que te perdone? Dame los papeles de Isabella y de Liam, dame sus papeles de libertad.- dice, suelto su mano poco a poco sintiendo mi garganta quemar de tanta impotencia.

Me volteo hacia mis papeles importantes poniendo la contraseña, saco todos al suelo para tomar los de Liam y Isabella, en cuanto los tengo se los entrego viendo como sonríe a ellos y a mi solo me mira.

Se marcha de mi despacho sin mirar atrás, cierro mis ojos sintiendo las lagrimas bajar por mi rostro. Con fuerza tiro todo mi despacho al suelo, para poder tomar la botella de whisky y darle un sorbo.

- Qué crees que haces, Alexander Ivanoov? - la voz de mi madre es de enojo, yo solo aprieto mi cabeza sintiendo las palabras de Morgan chocar en mi cabeza cada vez más fuerte.

- No le hagas caso a lo que dice esa perra, escucha. Hable con un sujeto llamado Vicent, espera el momento exacto para matar a Morgan y yo lo apoyo. Será cuestión de nada para que muera.- dice, miro a la pared dejando de tapar mis oídos. Me volteo para verla incrédulo.

- Qué mierdas dices, madre?- pregunto tapando mi boca mientras suelto una risa. Pasó mi lengua por mis dientes mientras ella me mira y me amenaza.

- Me amenazas... en mi hogar, en mi terreno, en mis tierras? Qué harás ahora, amenazarme con matar a Morgan?- pregunto acercándome a ella, la veo retroceder asustada mientras que yo tomo mi arma de mi espalda y le apunto directo a la cabeza.

- Ambos sabemos que la única razón, por la que no fui por Morgan fue por que la tenías rodeada de guardias que la matarían en un segundo. - digo, ella traga nerviosa mientras miro sus ojos azules.

- Eres mi hijo... me matarás por una mujer?- pregunta, yo solo sonrió.

- No te mataré mamá, no por amenazar a Morgan si no por mi padre. ¿Cuanto creíste que tardaría en saber que fuiste tu quien lo mando a matar?- pregunto viendo su rostro pálido.

- Yo... todo lo hice para que tuvieras tu corona... Ale-xander por favor.- su voz es de puro miedo, yo solo abro la puerta  viendo a Morgan ahí parada de nuevo.

Vuelvo a mirar a mi madre sin darle importancia a Morgan, dejo pegado mi arma a su cabeza para hablar.

- Te irás de mi casa y jamas volverás, te iras de Rusia y olvidarás que alguna vez tuviste una corona. Olvidarás que tienes un hijo y que tienes dinero, lo olvidarás todo. Cruzas, el aeropuerto de cualquier parte en este país y me encargare de cazarte hasta por debajo del mar. - espeto.

Ella asiente para irse, veo como corre directo a la puerta de la mansión para salir. Mi mirada vuelve a caer en Morgan quien, me mira asustada para sostenerme en el momento exacto en donde mis piernas fallan.

Recuesto mi cabeza de la suya sintiendo como intenta soltarse del agarre de mis muñecas. Suelto una risa ronca para respirar hondo y poder soltarlo.

Tantos años reprimidos...

Tantos años, dejando pasar todo.

Tantos años y al fin.

Soy libre.

- Morgan...- la llamo, acaricio su mejilla para poder inclinarme a ella y poder besarla.

Puedo sentir como lo duda por un tiempo hasta que lo acepta tocando mi mejilla, me separo de ella para mirarla.

- Morgan. - vuelvo a llamarla.

- Te amo.- sentenció viendo sus ojos volverse rojos, siento como me abraza al igual que yo a ella mientras que ella dice lo mismo que yo.


Y si el Dark Love a de venir.

Que venga sin miedo.

Casada con el Diablo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora