21. [ Ser infiel es de dos +18 ]
Eliot:
Después de una jornada larga y pesada, me apetecía volver a mi casa, el departamento que Leanne compartía conmigo.
Lamentablemente no se pudo al instante, una reunión se dió en el último momento y desilusionado por no poder ir con mi futura esposa, ni cenar con ella le escribí:
Leanne no llegaré temprano a casa, juro que te compensaré. Te amo ♡
Aún le había mentido sobre que estaba con mamá, no fui a cenar con mamá en ningún momento, me había quedado hasta tarde en mi oficina trabajando, terminando de ver los detalles que faltaban para iniciar mi proyecto millonario.
La señorita Amanda había convocado una reunión conmigo, haberla conocido en Aspen, me llevó a querer tener contratos con ella. No más allá de lo profesional claro.
Aunque su trato indecente seguía repitiéndose en mi cabeza, no caería por una mujer.
Salí de la oficina a las 9:30 p.m. camino al restaurante, cenaríamos y luego hablaríamos de trabajo.
Al llegar, dejé mi auto, pregunté por la reservación y entré, era un restaurante muy elegante, tenía buena pinta, olía a deliciosa comida y con el hambre que tenía de seguro hasta pedía un poco más.
« Quedarse tanto en la oficina no era bueno »
Leanne siempre decía que el hombre debía de descansar, al igual que la mujer.
Un día fuerte de trabajo terminaba para nosotros como una noche de masajes, ella me relajaba a mí y yo la relajaba a ella.
« Quería eso para hoy »
— Eliot, siempre es un placer verte — Al llegar Amanda besó mis mejillas, muy cerca de mi boca, me dió un caluroso abrazo y luego me invitó a sentarme.
— Gracias señorita Jiménez. — Sonreí un poco incómodo.
— Amanda, no me gustan las formalidades — Esta llevaba un vestido verde, era largo, casi le llegaba a los tobillos, el vestido no llevaba tiras por lo que su cuello se apreciaba muy bien.
— Pues déjeme decirle que en el trabajo se deben de tener formalidades.
— ¿Por qué? — Preguntó.
— Porque nunca hay que olvidar la relación entre empleado-jefe, sino se pierde todo el respeto mutuo.
— Por supuesto. En su caso es el jefe ¿Cierto?
— Exacto. — Asentí.
— Pues con jefes así, yo encantada de ayudarlos. — Admitió la morena, nuestra comida ya había sido servida, ahora estábamos abriendo el vino.
— Gracias pero... — Quise hablar.
— Lo sé, se casará, eso no quita que le falta la despedida de soltero. — Dijo Amanda — Yo puedo ayudarle con eso, soy muy buena en las despedidas — Admitió en tono sugerente.
— Vivo con mi novia, no necesito una despedida informal. — Dije y odié mi imaginación, ya estaba pensando en su forma de despedirme.
« ¿Qué haría para mí? »
— Su mujer es muy afortunada, muchas matarían por estar con usted.
— El usted suena mejor.
— Hablaré de usted si eso le hace sentir confianza, puede confiar en mí.
— Lo hago señorita Jiménez, eso es lo importante de una colaboración entre nuestras empresas, la confianza. — Resalté.
— Por supuesto, dicen que sin confianza no se puede hacer nada, es igual en la relación de pareja, si no hay confianza y honestidad no se llega a ningún lado — Dijo Amanda, tenía toda la razón, para mi buena suerte en mi relación si había confianza, aunque a veces Leanne no me contara sus secretos, yo sabía todo de ella.
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Oscuros Pecados ©
Teen FictionLeanne es una chica que tiene una vida perfecta, madre soñadora con su boda, prometido leal y algo cerrado de pensamiento. El dinero nunca había sido problema y menos cuando ya casi iba a pasar a ser la dueña de la fortuna de su prometido. Pero una...