CAPÍTULO 8: Alucinaciones

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El camino de regreso se hizo realmente tedioso. Reinaba un silencio incómodo, cargado de decepción e infidelidad. La confianza se había roto; ya todo era impredecible, y de poco fiar. Katherine se aferraba al volante con tanta fuerza que sus nudillos estaban blancos y las manos le sudaban. Niall se sentía frustrado. ¿Cómo podría arreglar todo ese embole? ¿Cómo podría borrar todos sus errores y hacer que el ceño fruncido de su novia desapareciera?

  -Emm, Kat… -comenzó Horan.

  Ella lo ignoró, apretando los labios con saña.

  -Por favor, escúchame…

  -Ya me explicaste todo lo que tenías que decirme, Niall. Sé que te gusta Zayn, sé que él te ha… -Hizo una pausa. Oh no, ¿acaso sabe del beso? No, no, es imposible…, pensaba él con temor-… sé que él también te incitó… -acabó ella, suspirando.

  -¿In-incitarme?

  -Pues sí… A Zayn le atraes… y tengo miedo que tú te vuelvas alguien demasiado importante para él… Temo que te aleje de mí. –Sus esmeraldas estaban cristalizadas y Niall quiso abrazarla, mas no lo hizo.

  -Oh, Katherine… No, no digas eso… Él no me alejará de ti, yo no me dejaría…

  -El problema es, Niall, que a veces no puedes resistirte… Lo que dices ahora es lo que tal vez deseas, pero creo que sabes que no podrás hacerlo.

  Niall la observó atónito. ¿Es que ella perdió absolutamente toda su confianza?

  -No… No puedo creer que pienses eso…

  -Ojalá no fuera así… -sollozó Katherine.

  -¿Por qué diablos te cuesta tanto entender que yo sólo amo a una persona? Tú, Kat, eres tú. No podría dejarte, eres todo para mí. Me das sonrisas, besos, cariños, me haces sentir querido, y haces que mis días no sean tan… difíciles.

  Ella soltó unas lágrimas y él se las limpió con la yema de su dedo.

  -Vayamos a comer a un restaurante, divirtámonos, seamos felices y olvidemos este tema, por favor… -le rogó.

  Katherine mordió su dedo. Meditaba sobre lo que su novio le decía. ¿Sería capaz de cumplir su promesa y no abandonarla nunca? ¿Podría olvidarse de Zayn? Ella de verdad que no sabía qué hacer. Si lo perdonaba, podría arriesgarse de que la lastimara nuevamente, y si no lo hacía… la joven viviría con la consciencia sucia, arrepintiéndose una y otra vez…

  -De acuerdo –aceptó finalmente. Niall la miró con una sonrisa, aliviado y con un peso menos de encima.

***

Se encontraban en uno de los restaurantes más lujosos de Mullingar, ambos apuestos y aseados. Ella lo tomaba de su brazo, sonriendo falsamente. Él estaba nervioso, y se pasaba la mano por el cabello rubio. La tensión no había desaparecido del todo entre ellos.

  Se sentaron en una mesa que daba contra la ventana y hojearon el menú. Niall cada tanto observaba a Katherine por encima de este; ella seguía algo contrariada, pero al menos ahora sonreía.

  -¿Por qué no compartimos el pollo a la sal? Dicen que es enorme… -comentó Niall, curvando sus labios hacia arriba.

  -Sí, seguro –corroboró Kat, cerrando con fuerza el menú y haciendo tintinear sus aros de diamantes.

  Niall se encogió en la silla, abochornado, y le hizo una seña al camarero. Este se acercó, con aires de soberbia, y sacó su pequeña libreta sofisticada.

Frontera mental [Ziall] (Oficial)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora