CAPÍTULO 19: Ayuda

242 28 0
                                    

El rubio abrió los ojos casi con un crujido, similar al del vidrio cuando se rompe. Su corazón le latía de una manera inhumana. Lo sentía sangrar, pequeño, marchito. Se lo imaginaba de un color oscuro y que no inspiraba bondad. Se lo proyectaba negro, gris... en toda esa gama sombría y lúgubre.

  Se pasó una mano por la frente totalmente húmeda por su sudor, frío del miedo. Las gotas le caían por su nariz, sus mejillas hundidas. Los sueños eran cada vez más horrendos. Lo atormentaban en cada segundo de la noche. Revivía una y otra vez la muerte de Rosie, sólo que desde distintos planos. Había veces en el que él era la joven, así que se veía así mismo morir. Otra, sino, era simplemente el enfoque de su bella cara, cómo se tornaba de a poco azulada, cómo sus ojos perdían paulatinamente su vida, su destello típico. Las venas marcándose y delineando ramificaciones en su piel...

  Niall se llevó una mano al corazón, reanudando sus sollozos tan fuertes. Su mente ya se estaba pasando de la raya. El remordimiento formaba gran parte ella. El irlandés lo sentía como un puñal muy filoso clavándose constantemente en el interior de su cabeza. Puntadas asquerosas, puntadas que mandaban la cordura por la borda; que sacaban su otro yo...  

  Luego de ese momento tan frustrante, se acostó con cuidado sobre el colchón, humedeciendo la funda de la almohada. Se mordió los labios con impotencia. Si le harían la autopsia a la joven... ¿podrían averiguar que fue él el asesino? Me... me llevarán a la cárcel... y me alejarán aún más de Zayn...

  Tanta contradicción lo inquietaba. Se sentía responsable de la muerte de Rosie, mas la idea de estar tras las rejas le daba náuseas. Y lo peor de todo, es que no era por Katherine... sino por él... Ya... Ya no puedo vivir sin Zayn, no pueden arrancarlo de mí así, sin más...

  Se giró, dándole la espalda a la figura esbelta de Kat. Cerró los ojos, sumergiéndose nuevamente en el mar de las pesadillas. Muerte, muerte, muerte... con esos pensamientos, terminó durmiéndose.  

 

***

Una cálida tarde de domingo, la chica caminó a un paso bastante tranquilo hacia Calmwood. El viento azotaba su cara. Era bastante refrescante, la verdad. El sol estaba muy fuerte.

  Ella ingresó en la institución. Observó a la nueva secretaria con cierto rencor, no obstante se acercó a ella con una sonrisa.

  -Buen día, quisiera hablar con el doctor Brian Olivier.

  -Ajá, ¿su nombre es? –La joven comenzó a teclear en la computadora. Sus ojos ni se fijaron en ella.

  -Emily Henderson –respondió  con sequedad.

  La secretaria al fin se centró en la muchacha.

  -¿Tú... no trabajabas aquí?

  Emily dudaba responder con la verdad, o mentir descaradamente sobre su identidad. Decidió optar por ser sincera:

  -Sí, trabajaba en este hospital, pero me despidieron.

  -Me enteré de eso... -contestó la secretaria con recelo, apartándose un mechón de cabello de la frente. Tomó un teléfono inalámbrico y llamó a la oficina de Brian.

  -¿Hola?

  -¿Doctor Olivier? Aquí hay una... persona que desea verlo –murmuró la joven mirando con cierto desprecio a Emily.

  -¿Nombre? ¿Es un paciente nuevo?

  -No... su nombre es Emily Henderson.

  Del otro lado de la línea sólo se escuchó silencio. Algo que erizaba el vello de los brazos... Al fin, el doctor respondió.

Frontera mental [Ziall] (Oficial)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora