CAPÍTULO 2: Acoso

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“¡Sal de mi cabeza!”

  El rubio no podía, no podía sacar de su cabeza los rasgos de Zayn. Esos rasgos exquisitos y que atraían tanto al joven… Pero, ¿qué diablos quiso decir con eso de que pronto estaría tan loco como él, y que le pediría más? ¿Más de qué? No tenía sentido. Zayn estaba loco y divagaba con sus palabras para asustar a Horan. Sólo era eso…

  -¡Niall!

  El rubio sacudió su cabeza y arropó a la niña. Ella lo observaba con curiosidad y con sus manitas, tocó la cara de Niall.

  -¿Estás bien, rubito? –preguntó ella, preocupada. Él pasó sus dedos en el cabello lacio y negro de Clara, y forzó una sonrisa.

  -Sí, Clarita. Estoy bien, sólo pensativo, nada más…

  La niña levantó un poco su espalda y besó la nariz del rubio. Él recibió su caricia con una sonrisa tierna. Amaba a Clara, esa pequeña de siete años, más astuta que muchos otros médicos de allí.

  -¿Sobre qué piensas, rubito?

  El joven volvió a acostarla en su cama y deslizó su mano por su frente.

  -Sobre muchas cosas… Mmmm ¿sabes que hoy le propondré matrimonio a Katherine?

  Ella esbozó una sonrisa que dejaba ver sus dientes de leche. Era tan hermosa, tan delicada.

  -¡Qué bonito! Pero así ya no serás mío, rubito…

  Él rió y abrazó el cuerpecito de la niña.

  -Siempre seré tuyo, mi amor.

  -Hasta que me vaya de aquí… -replicó Clara con un matiz de tristeza en la voz.

  -No digas eso. Si te vas del hospital, iré a visitarte a tu casa.

  -Y yo no te recordaré.

  La respuesta se le trabó en la garganta del rubio. Esa pobre pequeña estaba bien al tanto de su problema con su memoria. La perdía cuando pasaba apenas diez horas. A pesar de que olvidaba a todos sus seres queridos, recordaba su enfermedad, y aceptaba que la ayudaran, aunque de alguna forma, se tranquilizaba más con Niall a su lado.

  -Tienes que dormir, pequeña –musitó él, con la voz tomada.

  -Te quiero, Niall… Espero acordarme de ti cuando despierte…

  -Lo harás –mintió Horan, desprendiendo una lágrima, que goteó de su nariz.

 

***

-¡Niall! ¡Llévale la cena a la 69!

  El rubio llevó sus manos a la cara. “No, ¿por qué, por qué?”, maldijo en su mente. Eran las nueve treinta, y a esa hora se les llevaba a los pacientes su cena. ¿Por qué tenía que tener la mala suerte de tener que llevarle la comida él? ¿Por qué no lo podía hacer Josh? ¿O Jared? ¿Por qué él?

  Horan se dirigió a la cocina, tomó la bandeja llena de comida con sus dos manos y emprendió el camino a la habitación de Zayn. Los cubiertos tintineaban contra el plato de porcelana. A Niall le temblaban sus brazos. Estaba nervioso, y de nuevo, ese sentimiento de intimidad invadió todo su ser, causándole una comezón en su nuca, y un cosquilleo en sus piernas.

  Llegó al pasillo.

  Sus pasos eran cortos, inseguros, temerosos. Su labio inferior tiritaba. Su comezón empeoró, y, para sorpresa del irlandés, una ansiedad se adueñó de él. Una cierta emoción de apurar el paso, abrir la puerta y ver a ese moreno… ¿Qué?

Frontera mental [Ziall] (Oficial)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora