CAPÍTULO 21: Ángel sexual

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  La secretaria caminaba con su vista clavada en la tableta, ignorando lo que ocurría a su alrededor. Pasó de largo por la sala de medicamentos y de pronto, la puerta de una habitación que quedaba más adelante de abrió. Por ella salió un médico con expresión desesperada.

-¡Johanna! ¡Tráeme somníferos ya!

La joven clavó los tacos en el piso y pegó media vuelta, corriendo hacia la sala. Para su sorpresa, la encontró mal cerrada, como si alguien hubiera entrado. Ingresó con cautela, observando las pastillas esparcidas por las baldosas y los medicamentos chorreando en las estanterías. ¿Qué diablos había pasado?

Tomó los somníferos y su mente se detuvo en un joven rubio; en sus ojos inyectados en sangre; en su historia tan controversial y en su corrida tan repentina hacia los baños. Ese joven tenía usa seria obsesión con uno de los pacientes de allí, y la chica supuso millones de cosas a la vez.

Salió disparada del cuarto y le llevó los calmantes al médico. Justo en ese instante, un muchacho realmente precioso salió de un cuarto, acomodándose el cuello de su camisa negra. La joven se mordió los labios y maldijo por tener pareja. Marchó, ignorando los pensamientos lujuriosos que la atosigaban.

Harry se pasó una mano por el cabello, sintiendo ganas de pasar al lavamanos. Avanzó lentamente hacia el baño, poniendo una mano sobre la manilla y tirándola abajo. Se encontró una imagen que lo dejó helado: envases vacíos de píldoras en el lavamanos; un joven con la boca llena y las manos cerca de la misma, a punto de cometer algo irremediable.

-¡Escúpelas! –dijo, exaltado, cerrando la puerta de una patada.

Niall clavó sus ojos desmesuradamente grandes en el doctor, sintiendo que un escalofrío bajaba como un rayo por su espalda. Su lengua acarició la superficie dura de una pastilla, dudosa.

Harry se acercó a Horan con una mano extendida.

-Escúpelas... -repitió con suavidad.

El enfermero recordó el abrazo, la sonrisa de Zayn y de Brian, los ojos conectados... ¿Para qué continuar viviendo, si lo único que se gana en la vida es dolor, ingratitud y desdicha? Sus pensamientos eran una maraña de estambre que lo volvía loco, con las hebras distintas y contradictorias. Una suave y sutil vocecilla le gritaba que no, que no había pasado nada entre ambos hombres. Pero el vozarrón potente que casi siempre perduraba en su mente la amortiguaba. Le proyectaba una y otra vez la imagen del moreno con sus brazos rodeando la espalda de Olivier, pero distorsionada. Más provocativa y dolorosa.

-Por favor...

La voz de Styles lo arrancó del ensimismamiento. Lo miró y una gota de sudor bajó por su sien, dejándole un caminito de nervios y aprensión. Vio reflejado en sus ojos un miedo que llamó su atención. ¿Acaso ese hombre se estaba preocupando por la vida de él, que ni lo conocía? Sintió una desconfianza abrumadora. Algo planea... El rubio entrecerró los ojos.

Sin más qué pensar, escupió las al inodoro y tiró la cadena. Su "gran idea" se marchó en ese remolino de agua turbia.

-Bien, ahora. ¿¡En qué estabas pensando, eh!? –El joven con melena rizada clavó sus manos en los brazos de Niall, quien se encogió por inercia.

-Yo... Yo... ¡Y a ti qué mierda te importa! ¡Es mi problema si quiero hacer esto o no!

-¿Por qué querías suicidarte? ¿Qué situación merecía tu muerte?

Niall tragó saliva. ¿Por qué ese hombre lo acosaba tanto? Él no deseaba contarle sus pensamientos tan confusos, ni hablar de sus sentimientos.

Frontera mental [Ziall] (Oficial)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora