Zayn cada vez estaba más cerca de Brian. Sus ojos ardían como dos llamas indomables. El doctor retrocedió hasta que su espalda golpeó contra un árbol. Miró desesperado hacia sus costados, pero estaba rodeado de gente... No podía escapar.
-¿Me quieres alejar de Niall? –preguntó respirando pesadamente el moreno, acortando la distancia que había entre ellos. Golpeó con fuerza la madera del tronco.
-N-no entiendes, Zayn...
-¡Ohh claro que lo entiendo! –Malik rió con crueldad, negando con la cabeza.
-Déjame explicarte, por favor...
-¡No me vas a separar de él! ¿¡Entiendes!? –El moreno, sin más que añadir, tiró su brazo atrás y le plantó un puñetazo en la cara del doctor. La sangre brotó de su nariz rota, perdiendo el equilibrio y cayendo sobre la hierba, moteada de roja en esos momentos.
Zayn retrocedió, echando humos y se acercó a Niall, quien observaba petrificado el cuerpo de Brian. El moreno lo tomó de la barbilla y le besó los labios con delicadeza, apenas rozándolos.
-Te amo, y nadie nos va a separar... Nadie.
-¿Niall? ¿Estás ahí?
El rubio sacudió la cabeza, saliendo de su imaginación tan extraña e inverosímil. ¿En qué mundo Zayn le diría "te amo"? Lo suyo no era amor... Bueno, en este mundo, el amor ya ni existía.
Sus ojos celestes se alojaron sobre el joven inglés, quien también reposaba en el pasto, sonriente, bromeando con otro enfermero. Se veía demasiado sensual, demasiado apetecible, con sus brazos al descubierto, fibrosos y del color de la avellana. El vello castaño brillando bajo los rayos del sol. Seguramente, su cuerpo estaría tibio, como siempre. El rubio se mordió los labios, regresando la vista a la pequeña en su regazo.
-¿Qué te pasó? ¿Soñabas despierto?
Él le dedicó una media sonrisa, colocando un mechón de cabello detrás de su oreja.
-No, no pasó nada, preciosa... Tranquila.
-P-pero... estabas mirando al morochito lindo de allí... -Clarita señaló a Malik, quien le sonrió cálidamente. Ella se sonrojó.
-¿Ah sí? Bueno... Cómo no mirarlo, ¿no?
La niña y su enfermero compartieron una sonrisa maliciosa, cargada de una lujuria inocente y deseos acalorados. Se tomaron de la mano y se pusieron de pie. Volvieron a Calmwood, dirigiéndose a la habitación de Clara. Niall le aclaró en pocas palabras que pronto volvería que lo esperara allí, sin moverse. Ella asintió, obediente, sacando unas barbies de un cajón rosado y comenzando su juego. Qué curioso que en cada una de sus fantasías típicas de pequeña, siempre hubiera alguien con un problema... un problema mental.
El joven rubio caminó con las manos metidas en los bolsillos, a un ritmo calmo y despreocupado. Gracias a su suerte, se encontró al moreno caminando con ese mismo enfermero del parque. Él le guiñó un ojo, sonriendo. Niall se lo devolvió, gustoso. De pronto, se sentía de un humor increíble. A pesar de que no pudiera besarlo tan seguido o sentir el contacto de su piel tersa frotándose contra la suya, al menos compartir una mirada o una sonrisa lo alentaba, le aceleraba el corazón.
¿Qué sería de mí si nunca más lo viera?, pensó, ahora atemorizado.
"¿Qué serías? Serías un completo desquiciado que mataría de nuevo para conseguir al menos un cabello de él", le respondió mordaz la vocecilla. Hacía bastante que no se le aparecía. No la extrañaba.
Niall llegó hasta la oficina de Brian, quien lo recibió con cara de cansado.
-Ah, hola, Niall... -saludó, sin mucho ímpetu.
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Frontera mental [Ziall] (Oficial)
FanfictionUna persona persistente, gentil, alegre, feliz y sana era Niall Horan. Trabajaba como enfermero en el hospital psiquiátrico "Calmwood", aunque su mayor sueño era recibirse de médico, como lo era su fiel amigo y compañero Brian Olivier. Niall llevaba...