Se fumó un último cigarrillo antes de entrar a Calmwood. Se pasaba las dos manos continuamente por el torso, luego subía hasta la cara y llegaba al cabello. Se lo tiraba con el corazón latiendo como desquiciado. Ya hacía como un mes que había decidido hacer esto. No podía dudar más. Es ahora o nunca, se dijo.
Paró en seco en el medio del pasillo. Abrió su boca y luego volvió a cerrarla.
Tal vez nunca...
-¿Zayn?
Apenas giró la cabeza, se encontró con ese rostro que hacía tanto tiempo que no veía. Tenía unas marcadas arrugas alrededor de sus ojos, sutilmente rasgados. Sonreía. Zayn no pudo evitar devolvérsela.
-Brian... -Este se aproximó con los brazos extendidos y ambos se estrecharon muy fuerte. Cuando se separaron, el hombre mayor aún mantenía su sonrisa.
-Oh, ¿hace cuánto que no te veía, chico? ¿Cinco años?
-Siete –corrigió con voz apagada Zayn, haciendo una mueca.
-¿Siete? Vaya... Oh, ¿por qué no vamos a sentarnos allí? –Señaló una banca blanca, pero ya con varias grietas marrones propias de la vejez de la madera.
Zayn caminó duro hasta allí y casi escuchó que sus articulaciones crujían cuando se sentó. Brian lo hizo con más energía e ímpetu. En este momento era bastante difícil adivinar quién era el de mayor edad de los dos.
-Así que... Si han pasado siete años, tú ya debes tener...
-Treinta –respondió quedamente, tocándose la barbilla. Levantó la vista-. ¿Y tú?
-Oh, bueno... Sabes que siempre fui un hombre grande... Tengo cuarenta y ocho años.
-No eres viejo –sonrió Zayn.
-No, pero... -Extendió sus manos, mirándoselas con reproche- El peso de estos años se me nota... -Se tocó las pocas manchitas que tenía el dorso.
-Oh, vamos... -Le rodeó los hombros con su brazo, riendo.
-Ya, como sea... ¿Qué tal tu vida, Zayn? Recibí tu correo que decía que te habías recibido de profesor de literatura, y que tenías en mente escribir otro libro...
-Ah, bueno sí. Doy clases en una universidad en Londres. Bradford ya me... sofocaba. Y el libro... Hum, aún no lo he terminado.
-Todo a su tiempo. –El hombre curvó sus comisuras hacia arriba-. Dejemos a un lado tu vida profesional... ¿Qué tal el amor, eh? –Lo codeó.
-Ah, emm... -Zayn comenzó a sudar y a ponerse sumamente nervioso. Las manos le temblaban cual gelatina y sus piernas parecían pesar una tonelada-. La verdad, no he... tenido mucha suerte.
Brian lo miró extrañado.
-No te creo, Zayn. Eres atractivo y buena persona, y no lo digo por compromiso... Es imposible que nadie se haya fijado en ti.
-Pero... Es decir, tuve algunas aventuras con chicas... y hasta chicos, pero...
-Aún no la has encontrado... a esa persona especial.
-No, y no creo que la encuentre. –Rodó los ojos, bajando los hombros.
-Oye, no digas eso. El amor siempre llega, aunque se tome su tiempo. ¡Mírame a mí! Me di cuenta que amaba a Emily cuatro años después de conocerla, ¡a los cuarenta y un años! Eso te da la pauta que el amor siempre toca tu puerta para presentarse... Y que puede estar justo frente a tus narices, aunque tardes en darte cuenta.
-¿Sabes, Brian? –Lo tomó de las manos, con ojos brillosos- Creo que lo he encontrado... Justo enfrente de mí.
El hombre, en vez de reírse y darle una buena paliza, se puso blanco como la cal y una capa de sudor cubrió su rostro. Zayn pronto paró de sonreír y le dio una sacudida.
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Frontera mental [Ziall] (Oficial)
FanfictionUna persona persistente, gentil, alegre, feliz y sana era Niall Horan. Trabajaba como enfermero en el hospital psiquiátrico "Calmwood", aunque su mayor sueño era recibirse de médico, como lo era su fiel amigo y compañero Brian Olivier. Niall llevaba...