Niall ingresó al pequeño pueblo con la sien palpitándole muy lentamente. Se notaba que era muy antiguo, con las casas en estados deplorables y casi sin comercios. La gente transitaba por la calle como si ningún peligro existiese, saludándose y sonriendo.
Zayn ya había perdido toda la sensibilidad de su pierna; apenas y podía moverla. La remera de Niall anudada a la herida estaba teñida de rojo y comenzaba a gotear. Era muy incómodo y molesto.
-Niall... Me duele la cabeza –gorgoteó, cerrando los ojos.
El rubio lo miró con miedo y sin pronunciar palabra, torció el auto hacia la acera. Se acercó a una viejita de aspecto bonachón, sentada en una banca de madera descascarada. Bajó la ventanilla, no sin antes colocarse unos lentes de sol y una gorra.
-¿Disculpe? Somos nuevos aquí y quisiera saber dónde podría ubicar el hospital más cercano.
La mujer soltó una risa algo sarcástica, pero para nada cruel. Es más, a Niall le pareció agradable y hasta maternal.
-Aquí sólo hay un hospital, querido. Sigue dos cuadras derecho y dobla a tu derecha. Allí lo verás.
-Muchas gracias. –Le sonrió coqueto y volvió a subir la ventanilla. Se giró a Zayn y su sonrisa se deshizo en un abrir y cerrar de ojos.
Estaba demasiado pálido, con la cara cubierta por una delgada capa de sudor, y temblaba cual papel. Se abrazaba a sí mismo, castañeando los dientes.
-P-perdiste demasiada sangre –murmuró gélido.
-Tengo f-frío...
-Ya vamos, bebé, ya vamos... -Arrancó desesperado el motor y condujo el corto trayecto hasta el hospital. Volvió a colocarse la gorra y los lentes y bajó a Zayn, sujetándolo de la cintura. Los espasmos de su cuerpo se transmitían como ondas al de Niall. Entraron a la institución y el hombre pidió casi a gritos que los atendieran. Una enfermera cuarentona de curvas prominentes se acercó, asustada.
-¿Qué le pasó?
-Tuvimos un inconveniente en el camino y... lo apuñaló un ladrón –susurró, tratando de esquivar cualquier otra pregunta.
-Oh mi Dios... -Tomó una camilla y junto con la ayuda del rubio, subieron a Zayn. Lo llevaron rápidamente a un pequeño consultorio. Niall tuvo que resistir el impulso de gruñir. Todo allí le recordaba a Calmwood.
La enfermera, que al parecer se llamaba Susan, limpió con un paño húmedo el rostro del herido y retiró con delicadeza el torniquete improvisado.
-Qué bueno que le hayas hecho un torniquete, sino hubiera perdido mucha más sangre.
Soltó una exclamación al ver tan profundo corte. Tomó de un estante un líquido rojizo, similar a la sangre, y se lo esparció por toda superficie. Rifocina, observó mentalmente Niall. Zayn frunció el ceño y ahogó un gemido. Tranquilo, en realidad no arde, es sólo tu herida.
Susan terminó de limpiarle la herida y la envolvió con habilidad con gasa. Tocó con el dorso de la mano la frente morena.
-Ya está, cielo. Perdiste más sangre de lo que pensé, pero por ahora estás estable. Descansa y no te esfuerces mucho, ¿bien?
Zayn asintió, aún siendo dominado por unos sutiles espasmos. Niall tocó su mejilla y lo ayudó a bajarse de la camilla. Se despidieron de Susan y finalmente volvieron al coche.
-Hay que buscar una casa, Niall.
-¿Una casa? Zayn... No podremos quedarnos aquí por demasiado tiempo...
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Frontera mental [Ziall] (Oficial)
FanfictionUna persona persistente, gentil, alegre, feliz y sana era Niall Horan. Trabajaba como enfermero en el hospital psiquiátrico "Calmwood", aunque su mayor sueño era recibirse de médico, como lo era su fiel amigo y compañero Brian Olivier. Niall llevaba...