Emma
Hablar con amigas en una cafetería, acompañadas de chismes y café, es una de las tantas cosas que siempre deseé experimentar cuando vivían en Hale y posteriormente cuando ingresé a la universidad. Por desgracia he pasado gran parte de mi vida rodeándome de amistades falsas e hipócritas, gente que solo piensa en apariencias o viven alimentando envidias.
Ahora todo es diferente, tengo a tres amigas maravillosas que brillan con luz propia por algo que la mayoría de las personas pretenden ocultar o negar: sus defectos.
Jane es mi loca pervertida carente de discresión y que dispara directo a la yugular sin anestesia. Mery es mi dulce y amable trituradora de pies que no lo piensa dos veces antes de decirte tus verdades a la cara y en caso de que no entiendas, te lo hace ver. Y Vanessa, la última persona con la que creí que forjaría una amistad por razones que todos conocen, la chica fría y tajante que no cree en el amor, o al menos no para ella.
Esas son mis amigas, las que me ocultan secretos importantes de sus vidas, defienden a mi novio que ''me fue infiel'' y se meten con mis ex. Pero que también estuvieron para apoyarme cuando más lo necesité y me han hecho sentir que soy parte de algo increíble.
—El otro día discutí con Fátima en una tienda —comentó Vanessa a lo que las gemelas y yo suspiramos cansadas, típico de esa sanguijuela—. Tomé un vestido para probármelo y ella aseguraba que lo vio primero y que le quedaría mejor que a mí —rió—. Pero como yo no soy el tipo de chica que se pelea por algo tan básico como eso, le propuse que ambas nos probáramos el vestido y que las encargadas hicieran función de jurado —chasqueó la lengua—. Adivinen quién tiene un nuevo vestido para estrenar en la fiesta de graduación.
Puedo decir sin temor a equivocarme que Vanessa Andrews es la puta ama.
—¿Lo grabaste? —preguntó Jane entre risas—. Dime que alguien lo grabó, por favor.
—Es nuestra prima, no seas mala —la codeó su hermana, intentando contener la risa.
—Y ahí es cuando te das cuenta de los errores garrafales que comete la naturaleza —comenté antes de darle un sorbo a mi capuchino—. Sigo sin entender cómo ustedes dos pueden compartir parentesco con Fátima.
—Sí, la verdad es que... —comenzó a decir Mery antes de quedarse embobada viendo a los galanes que acababan de ingresar al lugar.
Venían los tres juntos, riendo por algo que no alcancé a escuchar y deslumbrando a todos con su presencia y sonrisas. No sé porqué carajo los estaba viendo caminar hacia nosotras en cámara lenta, pero ellos parecían unas jodidas estrellas de cine.
—¿E-es idea mía o Allan, Carlos y Brook lucen aún más guapos estando juntos? —alcanzó a articular Jane sin apartar la vista de ellos.
—Sí, es como si...lo guapos que ya son normalmente por separado se hubiera multiplicado por tres mil ahora —suspiré sonriendo a lo tonto.
—Chicas, sin querer sonar descarada, déjenme decirles que son jodidamente suertudas por tirarse a esos chicos —asintió Vanessa.
—Ellos lo llaman el hechizo ABC Boyz —sonrió Mery, que de todas parecía la más acostumbrada, pero estaba babeando de igual forma.
Los tres modelos de Calvin Klein llegaron al fin y se sentaron frente a nosotras en la mesa, burlándose de nuestras expresiones. Por fin pude comprender cómo se sentía Allan cuando me veía bajar por las escaleras.
Brook le lanzó una sonrisa pícara a Jane—. Te mojaste, ¿verdad?
Y...el hechizo se rompió.
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Love Dúplex
RomantikEmma Wilson no sabe de la existencia de Allan Lerman. Allan Lerman ignora la existencia de Emma Wilson. Eso cambia cuando ambos descubren el mismo día que fueron traicionados por sus respectivas parejas. Y eso no es todo. Un contrato de arrendamient...