Capítulo 66: Graduación

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Allan

Existen mil jodidas formas de despertarse en la mañana, pero tengan por seguro que la peor es ser bañado con agua helada —literal, la puta agua venía con hielos incluidos— y el sonido insoportable de dos sartenes chocando uno contra otro.

Amanecer feliz.

—¡Despierta, cabrón! ¡Hoy te gradúas! —me gritó en el oído para colmo.

¿En qué mierda estaba pensando cuando se me ocurrió venir a vivir con Brook?

Aparté las mojadas sábanas que me cubrían y me sacudí cual perro recién bañado antes de lanzarle una mirada asesina al rubio payaso y ruidoso frente a mí. Mi aparente serenidad pareció asustarlo ya que sujetaba fuertemente los mangos de los sartenes y adoptó una ridícula posición de combate.

—Brook Richard Saunders —la forma tan pausada en la que lo dije y lo calmado de mi voz lo hicieron fruncir el ceño, incrédulo—. Tienes cinco segundos de ventaja, voy a hacer eso por ti.

—Amigo, pero...

—¡Cuatro! —lo interrumpí y fue suficientemente inteligente como para salir corriendo.

Bajé de la cama, en la que me dejó dormir anoche para que ''amaneciera bien descansado'', y busqué mi arma secreta: uno de los tacones sanos de mi novia. Gracias a Jane descubrí en carne propia la potencia de dicha arma.

Saunders, estás muerto.

Lo alcancé en la pequeña sala de estar correteando a pocos metros de mí. Fui más rápido y llegué a alcanzarlo, pero antes de que pudiera interceptarlo, él solito la cagó tropezándose y eventualmente comiéndose el suelo.

—¡Joder! —maldijo.

Aproveché para abalanzarme sobre él y sentarme encima de su cuerpo inmovilizándolo para perforarle a base de taconazos la espalda. De por sí esta de nacimiento está repleta de lunares, ahora encima abundaban marcas rosas, parecía un helado de fresa con pasas.

—No. Vuelvas. A. Despertarme. Así. ¡Cabrón! —le grité entre un taconazo y otro.

—¡Ya entendí, carajo! —chilló—. ¡Suéltame! —alzó ambas manos en son de paz.

Le di una última estocada para dejarle en claro que no debe meterse conmigo y lo dejé tirado en el piso, adolorido. Me dirigí al baño para darme una ducha rápida, hoy era un gran día y por ende debía estar lo más presentable posible, no todos los días te gradúas de la universidad con honores. Al culminar, me vestí con un traje negro sin la chaqueta y en lugar de esta me coloqué la toga color verde esmeralda con su birrete correspondiente.

—¿Cómo me veo? —modelé desde el baño hasta la sala de estar bajo la mirada burlona de mi mejor amigo.

Él ya se había vestido, llevaba un traje negro sin corbata y con la chaqueta remangada hasta los codos, su cabello rubio perfectamente peinado y como siempre no podía faltar su encantadora sonrisilla al estilo de playboy. En resumen, Brook versión elegante.

—Wow —dramatizó, un comentario burlón se avencina, lo presiento—. ¿Cómo haces para verte sexy en una toga? Vas a provocar que Emma te viole antes de que te den el diploma.

A este chico los eventos lo hacen el doble de idiota de lo que ya es.

—Sabes que Emma no verá mi ceremonia.

En Johnson tienen la tradición de que el día de la graduación es general para todas las facultades y las ceremonias se celebran simultáneamente. Por tanto, no podré ver a mi novia ni ella a mí, lo mismo pasa con las gemelas.

Love DúplexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora