Capítulo 47: Los ex, ¿de vuelta?

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Emma

Hay muchas maneras de despertar en medio de la madrugada, pero sin duda una de las peores es escuchando una discusión de tus vecinos.

Traté de conciliar el sueño nuevamente tapándome el rostro con una almohada y otras tácticas de relajación, pero nada, los jodidos innombrables seguían alzando la voz sin importarles el sueño ajeno. Aunque ya me estaba acostumbrando, en los últimos días han discutido bastante y a pesar de que no me interesa en lo absoluto, sus gritos me mantienen al tanto de sus peleas.

—¿Tú tampoco puedes dormir? —pregunta Lan tras de mí, su voz se escuchaba ronca, pero no adormilada, debía estar despierto hace un buen rato.

Me giré quedando frente a frente a mi chico de ojos grises. No sé si es su cabello desordenado, su expresión cansada pero alegre o lo bien que luce sin camisa, pero me encanta verlo a estas horas.

—Creí que estabas dormido.

—Si tú, que tienes el sueño más pesado, te despertaste, imagínate yo —rió por lo bajo.

—¿Por qué gritan a esta hora?

—Por lo que llegué a escuchar, parece que Dave llegó borracho y con una chica encima.

—Será imbécil.

Estas discusiones entre ellos comenzaron hace poco cuando Vanessa descubrió que Dave le está siendo infiel. Se pasan el día entero peleando al respecto y él le echa en cara a ella que ellos ''están acostumbrados a divertirse con otras personas'', como si eso fuera una excusa válida.

Ahora la gota que colmó el vaso es que Dave tiene el descaro de llegar al dúplex con otras chicas y de no ser por las intervenciones de Vanessa, estoy segura de que ya habría tenido sexo con algunas de ellas ahí mismo.

—Esto iba a pasar tarde o temprano. Incluso me sorprende que hayan tardado tantos meses en aburrirse el uno del otro y comenzar a serse infieles.

—Supongo que se lo merecen, pero me siento un poco mal por Vanessa.

—¿Mal por Vanessa? —enarcó una ceja—. ¿Por qué?

—Porque a pesar de que es una zorra que se metió con mi novio, estuve en su lugar, y es muy doloroso que te digan abiertamente que ya no le interesas a la persona que quieres. Además, yo al menos no pasé por la humillación de que me trajeran a casa a las amantes, eso ya es demasiado.

—Yo también lo creo —asintió con algo de empatía—, pero el karma solo le está recordando lo que le ocurre a los desleales. Tanto ella como él pudieron romper con nosotros sin necesidad de engañarnos antes para luego dejarnos con excusas baratas. Lo del dúplex también fue demasiado.

—Opino igual, pero dejemos de hablar de ellos. Si llevamos casi cinco meses ignorándolos y superándolos con éxito, creo que debemos seguir haciéndolo.

—Tienes razón, mi reina —sonrió antes de darme un tierno beso en la frente—. Tengo algo para ti.

Mi reina.

Desde ese día en la casa de campo de Hale, cuando me dijo te amo por primera vez, me hizo el amor y comenzó a llamarme así, me he sentido como la mujer más especial del mundo. Me siento amada como nunca antes me hicieron sentir y muero por decirle te amo también, el problema es que no encuentro el momento; o quizás ni sé cómo hacerlo.

Se giró hacia su mesita de noche y tomó su celular junto a los audífonos.

—Encontré una canción que creo que combina bien con nosotros —sonrió, colocándome uno de los audífonos mientras él se ponía el otro.

Love DúplexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora