Allan
Faltaba poco más de una semana para que finalizara el semestre y, por tanto, estaba a punto de salir de vacaciones. No me emocionaba mucho la idea, no precisamente porque no me gustasen las vacaciones sino porque la presión de los exámenes parciales me distraía de la atmósfera depresiva que ha rodeado el mes de diciembre los últimos años. No tener en qué enfocarme me llevaba de regreso a ese hoyo oscuro y detestaba con todo mi ser estar en él.
Emma me ha ayudado con eso, es genial llegar a casa y ver su radiante sonrisa iluminándolo todo alrededor. No creí que me abriría con ella y le contaría lo ocurrido con mi mamá, pero no me arrepentía de haberlo hecho, gracias a eso pude disfrutar de mi cumpleaños y he de admitir que me quitó un gran peso de encima. También agradezco que ella me haya retribuido la confianza contándome lo que ocurrió con su padre, eso me ayudó a entenderla mejor y me hizo sentir apoyado, aunque suene mal fue bueno descubrir que hay alguien más que ha vivido el dolor de perder a uno de sus padres.
Volviendo a Emma, durante los últimos días ha tratado de mantenerme lo más animado posible con todo tipo de ocurrencias, aunque no lo acepta sé que lo hace con esa intención. Me arrastró a una fiesta, fue con Jane a visitarme al bar donde trabajo, vimos un maratón de películas de Adam Sandler e incluso nos hemos ayudado a estudiar para los parciales el uno al otro. Nunca nadie que no fueran mis amigos cercanos se había esforzado tanto por hacerme sentir bien y...amaba saber que soy tan importante para ella como para esforzarse tanto por contentarme.
Pasar tanto tiempo con ella me ha hecho reflexionar acerca de varias cosas. Es innegable lo mucho que me gusta, pero más allá de eso la he conocido mejor y me resulta imposible no quererla; es única. No sé si es por su risa tan contagiosa o por cómo se sonroja cuando le hago algún cumplido. Quizás sea esa combinación tan sexy y a la vez tierna que la caracteriza o lo impredecible que puede llegar ser. Puede que sean sus ojos, sus suaves labios o su sonrisa. ¡No lo sé! Solo sé que vivir con ella ha sido de las mejores cosas que me han pasado en la vida y no quiero que el tiempo que me queda a su lado se termine.
Es por eso que en este instante estoy tan enojado, mi chica se va a una cita con otro.
Connor, el chico del gimnasio, la ha estado rondando e invitándola a tomar cafés y demás. Eso me ha estado molestando, y mucho, pero no podía decir nada, después de todo no soy más que el amigo y roommate. Emma comenzó a darse cuenta de mi actitud, pero acabé dándole diversas excusas para no complicar las cosas. Ahora el chico le había pedido una cita oficial, ella estaba super emocionada y a mí consumían los celos.
—¿Cómo me veo? —la escuché preguntar y por inercia mi vista se posó en ella.
Esperarla al pie de la escalera hasta que baja se ha vuelto una costumbre muy grata para mí, me gustaría decir lo mismo hoy, pero no era yo el que la llevaría a una cita. Aun así eso no quitaba que esté hermosa. Lucía un vestido blanco sencillo con un abrigo tipo chal del mismo color que daba la impresión de estar fabricado de nieve y algodón. Usaba unas medias panty a juego para proteger sus perfectas piernas del frío y unos tacones que hacían que casi alcansace mi estatura. Su cabello estaba peinado en ondas y su maquillaje no era nada muy exagerado, simplemente ella. En serio se veía hermosísima.
—Estás... —la tomé de la mano e hice que diera una vuelta—. Creo que no hay palabras para describirlo —sonreí, nervioso.
—Gracias... —sonrió sonrojándose.
¿Cómo se las arregla para ser tan jodidamente tierna?
—Ese chico, Connor, tiene mucha suerte —admití haciendo un esfuerzo sobrehumano para no decirle cómo me sentía realmente con respecto a esto.
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Love Dúplex
Storie d'amoreEmma Wilson no sabe de la existencia de Allan Lerman. Allan Lerman ignora la existencia de Emma Wilson. Eso cambia cuando ambos descubren el mismo día que fueron traicionados por sus respectivas parejas. Y eso no es todo. Un contrato de arrendamient...