Capítulo 15: ¿Qué pasó anoche? (parte 3)

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Allan

—¡Carlos Rowsell! Dime qué recuerdas y qué hiciste —le ordené con tono autoritario.

Metió las manos en sus bolsillos y me miró con temor.

—Pues...

—¡¿Pues qué?! —le grité amenazadoramente.

—Bueno...salimos del supermercado y me dejaste conducir —respondió temeroso y con los ojos cerrados.

Apreté mis puños e intenté calmarme. ¿Qué era lo peor que podía pasar? ¿Que me haya roto la camioneta? ¡Si fue así, está muerto!

—Explícame en qué grado de ebriedad me encontraba para que te haya dejado conducir a mi adorada bebé cuando era obvio que no estabas en condiciones para hacerlo —suspiré tratando de relajarme, en vano.

—Amigo, ninguno de nosotros ''estaba en condiciones'' de manejar. Yo solo lo hice porque... —se excusó y se detuvo.

—¿¡Por qué!? —grité harto de tanto misterio, sé que odia que le griten, pero estaba muy molesto.

—¡Porque te estabas besando con Emma en el asiento trasero y ninguno de nosotros hizo nada para impedírselos! —soltó de golpe.

Emma y yo nos miramos con los ojos muy abiertos para después concentrarnos en Carlos nuevamente.

—¡¿Qué?! —gritamos Emma y yo al unísono.

—¿En serio? —sonrieron las gemelas a la vez.

—Te refrescaré la memoria...''Harley, soy tu pudín'' —dijo Carlos imitando...¿mi voz?

—Oh sí, ahora lo recuerdo. Ustedes dos se pusieron...cariñositos —rió Mery apuntándonos.

—¿Qué quieres decir con ''cariñositos''? —preguntó Emma, horrorizada ante la posible respuesta.

—Te refrescaré la memoria...''Oh Joker, tú sí que eres un pudín'' —rió Jane imitando...¿la voz de Emma?

Mi roommate se giró hacia mí con la vergüenza obviamente plasmada en su rostro.

—Ya lo recuerdo —musitó

—Yo también...

Flashback

—¡A LA MÁQUINA DEL MISTERIO! ¡OTRA VEZ! —gritó Emma.

—¿A dónde vamosss? —preguntó Jane.

—Vamos al dúplex...pueden dormir en el sofá conmigo —reí, ¿por qué mierda me reía?

—Buena ideeea, amigo. Vamos, bebé —dijo Carlos sosteniendo a Jane.

—Yo no soy tu bebé, soy tu cuñada. Ella es tu bebé —se quejó Jane liberándose de su agarre para señalar a su hermana.

—Uy...lo ssientoo, chicas. Es que sooon iguaaalesss —se disculpó mi amigo.

—¿Cómo puedes confundirnos? Yo soy ruuuubia...y ella es cassstaña —alegó Mery.

—Yo tengo una duda. ¿Ustedes son rubias o casstañas? —pregunté.

—Somos rubiasss...solo que yo me tiño el cabello porque a Mery le molesssta que nos confundan y yo no quiero que se sieenta incómoda. Para que me perrrdone —respondió Jane tambaléandose un poco, pero su expresión era triste.

—Ya sé qué hacer para animarte, amiga —dijo Emma.

Acto seguido se acercó a mí, acunó mi rostro con sus manos y me besó. Un beso lento, apasionado y delicioso. El vodka de su boca se mezclaba con el whisky de la mía haciendo la combinación perfecta. Estaba borracho, MUY borracho, lo suficiente para hacer algo de lo que me arrepentiría cuando estuviese sobrio, pero que necesitaba. Llevé mis manos a sus glúteos y los apreté. Ella en respuesta soltó un leve gemido sobre mis labios, demasiado sexy para mi gusto.

Love DúplexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora