Capítulo 3

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Kaminari había elegido una cafetería cerca de la universidad que frecuentaba con sus amigos, estar ahí con alguien que no era ninguno de ellos era un poco raro. Aún así, guió al apuesto Todoroki hacía una de las mesas con vista hacia un patio interior —el cual los clientes podían visitar si ponían un poco más de dinero— del lugar, le permitió sentarse dónde le diera la gana y él tomo el lugar que quedaba. Cuando una mesera conocida suya vino a buscar sus pedidos, el rubio pidió lo de siempre y espero a que el bicolor se decidiera mientras leía el menú.

El de ojos dorados había llegado a la dolorosa —no tan dolorosa— conclusión que el joven que tenía delante suyo sosteniendo el menú con tal elegancia como si estuviera en un restaurante cinco estrellas y no en una simple cafetería universitaria, no quería nada con él a un nivel sexual. Por lo que le decían sus instintos.

¡Una desgracia! ¡Estaba tan bueno!

Pero bueno, el rubio no moriría por no probar un bocado de un chocolate fino. Podía vivir sin saber cual era el gusto del bicolor. Lo que no podía hacer era mantenerse al margen de lo que le había pedido.

Sí, sonaba descabellado hasta para él eso de enseñarle a ser un buen novio. Pero su voz cuando dijo eso sonaba realmente afectada, llena de impotencia y dolor que sacudieron el corazón del rubio.

Denki quería ayudarlo y lo haría si lo que le pedía le parecía razonable. O tan razonable como su propio sentido común lo considere.

Finalmente, Shoto termino pidiendo un té junto con unas galletitas en forma de animales que hicieron sonreír al rubio porque eran precisamente del tipo que Eijirou y Mina pedían cuando iban a ese lugar. La mesera no demoró en hacer su trabajo y en menos de dos minutos tuvieron todo sobre la mesa.

El rubio tomo una de las galletitas de su acompañante en forma de perrito y le dio un bocado.

— ¡Hum, están muy buenas! —exclamo satisfecho con el gusto —Kiri y Mina mayormente me golpean antes de que siquiera pueda probar una.

El más alto no hizo comentario alguno pero a el rubio no le importaba mucho. En cambio, observó con atención cuando él probó una de las galletitas y vio un leve destello en sus fríos ojos.

—Parece que también te gustaron —comento divertido viendo los pocos gestos del contrario.

—Son buenas —opinó honesto y secamente el bicolor.

Parece que no le gusta mucho hablar. Oh, bueno, ¡puedo hacer la conversación por los dos!

Kaminari era muy positivo y, en palabras de uno de sus queridos amigos, malditamente terco.

—Bien, ya estamos aquí y yo sigo sin tener la menor idea de qué te refieres con "enseñarte" a ser un buen novio —hizo comillas con los dedos para enfatizar sus palabras —Además, ¿por qué yo?

Todoroki miro hacía la taza de té de jazmín que había pedido y busco la mejor forma que tenía para explicarse ante el chico rubio que tenía frente suyo.

Pero Midoriya tenía razón, no sabía lidiar con extraños. Se sentía incómodo, raro y aunque las galletitas realmente estaban buenas, no ayudaban con su ansiedad latente.

Por lo tanto, no podía evitar el actuar con un poco más de brusquedad y sinceridad de la normal.

—Ví la foto que tenías de fondo de pantalla, con tu novia y pensé que serías un buen maestro. Parece que es sencillo para ti el expresar tus emociones.

El rubio no sabía si le estaba insultando, halagando o dando una opinión analítica. La voz tan carente de emociones, junto con los fríos ojos que le miraban y como su mandíbula se tensaba, le hacían creer que el bicolor estaba molesto. Pese a que una corazonada suya le decía que no era de esa forma.

Clases de noviazgo [TodoKami]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora