Clases de noviazgo [TodoKami]

Capítulo 24

Es genial, es bueno, espero que sea una buena persona. Un buen chico, una buena chica. Mientras puedan cuidar de él y quererlo, entonces estará todo bien. Sí, todo estará bien. Ojalá sea feliz. Lo merece, debe ser feliz después de haberlo buscado tanto.

El rubio quería vomitar pero siguió sonriendo como pudo, estaba apretando tanto sus manos que sentía sus uñas haciéndole daño en sus palmas y su corazón se tambaleó de un lado hacía el otro.

Mierda, había leído que un corazón roto dolía pero nunca creyó que tanto.

—No es necesario que me ayudes, Kaminari —dijo el bicolor en voz baja —Es algo de lo que quiero encargarme por mí cuenta.

Todoroki no quería ser brusco a propósito, solo que ver a Kaminari tan feliz —según su percepción— le hacía mal y deseaba dejar el tema de una vez.

—Oh, de acuerdo, de acuerdo —acepto el menor sin problemas —No me meteré si no quieres, Todoroki. Pero si quieres algún consejo, este maestro con gusto te ayudará.

Una débil sonrisa se forma en el rostro del mayor y asintió.

—Gracias.

—De nada —respondió el de ojos dorados y luego, agrego —Nos queda una última clase de noviazgo, ¿quieres hacerla? Quizás tengas suerte y puedas hacerla con la persona que te gusta. Era la de amigos y familia.

—Me gustaría hacerla, si tú puedes.

El bicolor no quería obligar al rubio a nada que no quisiera hacer. Y si bien la última clase no era necesaria, le hacía sentir cierta seguridad el saber que les quedaba esa conexión entre ellos.

— ¿Y por qué no podría? Lo haré con todo gusto —rió el menor y tomo su celular que estaba sobre la mesa, viendo la hora —Ya es tarde, te acompaño hasta abajo.

El más alto acepto la prepuesta y se dispuso a tomar sus cosas, sin notar que Denki agarró su billetera y llaves para ponerlos en los bolsillos de su pantalón, dejando el celular nuevamente en la mesa sin señales de tomarlo. De haberlo visto, le hubiera preguntado si tenía que comprar algo a esas horas de la noche y si quería que lo acompañara. Pero como no se dio cuenta, salió con el rubio del departamento y bajaron por el elevador hasta la recepción.

La noche otoñal era fría y fresca, el viento helado hacía necesario el uso de una chamarra o buzo e incluso, una bufanda. El mayor al notar que su acompañante solo tenía puesto una remera azul de manga corta, un jean negro y sandalias para usar en su departamento, opto por apresurar su despedida para que volviera entrar al edificio a resguardarse del clima.

—Gracias por la cena, Kaminari. Que tengas una buena noche —miró hacía el cielo nublado y luego al más bajo —Será una noche fría. Duerme con una frazada.

—Sí, mí capitán —imito un saludo militar el menor —Buenas noches, Todoroki.

El mayor no tuvo nada más que decirle, así que se dirigió hasta su auto y se subió para después irse a su casa.