♣ Capítulo 8♣

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Le sonreiste a Ema y ésta te soltó. Caminaste a paso firme hasta Azusa y posando tu mano izquierda en el hombro derecho del gemelo hablaste:

—Si hay algo que te moleste, estás en toda libertad de decirlo.

Una voz madura, retadora y a la vez comprensiva llegó a confundir a Tsubaki. Este chasqueó la lengua y se acercó a ti pero no retrocediste, le hiciste frente y hasta lo mirabas con superioridad.

—Eso es exactamente lo que me da mala espina— dijo mirándote, para luego alzar la vista para encontrarse con los ojos expectantes de sus hermanos —. Actúa de una forma muy extraña, como si tuviera algo entre manos, es como una bruja o algo así.

—¡Tsubaki-kun!

—¡Tsubaki!

La exclamación repentina de Ema y Azusa hicieron retroceder al peliblanco.

—No, déjenlo— tu intervención exasperó aún más a Tsubaki—. Es más que obvio que no puedo quedarme si alguno de ustedes no se siente cómodo conmigo.

Estaba claro que estabas llevando aquel enfrentamiento demasiado lejos. Pero tenías que poner a Tsubaki en su lugar, o seguiría retándote de esa manera.

—No tienes que...— Ema no pudo terminar la frase pues Azusa la interrumpió.

—Eres una invitada, no porque este idiota diga algo vas a irte.

—Al contrario. Esta es su casa, y yo soy una extraña de la cual no conocen sus intenciones— el peliblanco chasqueó la lengua con desagrado— . No saben que podría estar tramando ¿verdad?— dijiste mirando a Tsubaki—No quiero incomodarlo y que sienta que tiene que estar alerta todo el tiempo, así que es mejor irme antes de que esto pase a mayores.

Ema llegó hasta ti y te tomó por el brazo. La mirada de Ema denotaba preocupación. La muchacha no podía descifrar si estabas  actuando o no, por lo que realmente se preocupó. Había mucho de verdad en tus palabras, pero ni aunque te echaran te irías dejando sola a Ema en esa casa llena de lobos.

—Creo que estamos haciendo demasiado escándalo por esto, ¿no crees Tsubaki-nii?— la voz burlona de Fuuto intervino— Ella es mi invitada, y no porque a un idiota no le guste se va a ir. Además si se fuera Nee-san sufriría. ¿Acaso quieres que ella te odie?

Sonreiste. Fuuto te estaba cayendo cada vez mejor. El hecho de que usara a Ema como excusa era muy ruin, tu jamás la usaría así, pero había que admitir que era una buena estrategia.

Tsubaki guió su mirada a Ema y esta le sostuvo la mirada. Estaba realmente preocupada y triste con solo pensar que te fueras a ir.

El peliblanco terminó por suspirar.

—Bien, ustedes ganan. Que se quede— fue demasiado y terminó por rendirse.

Tu actuación  había sido perfecta.

—Lamento el mal momento que te haya hecho pasar— Azusa se disculpó, viendo cómo Tsubaki volteaba la mirada evitando los ojos de su gemelo.

—No es necesario que te disculpes— al verte sonriéndole a su gemelo, chasqueó la lengua.

Azusa tomó del brazo a su imprudente hermano y lo arrastró fuera de allí.

—Tal parece que van a regañar a alguien~— Fuuto se oía divertido.

—Esto fue agotador— suspiró Ukyo —, pero fue bueno ver qué fueron capaces de manejar la situación de una forma adulta.

—Al menos la mayoría— susurró Fuuto. Quisiste reír pero en cambio palmeaste la cabeza de Ema.

¡No Caigas Por Esos Hermanos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora