♣ Capítulo 27♣

251 33 0
                                    

Cuando llegaron a la residencia y pudieron un pie dentro de la casa, notaron en seguida la situación que había en la sala.

Sin quitarse los zapatos llegaron apresuradamente al origen del bullicio y allí vieron a los gemelos junto a Ema y los gatos de Natsume.

Para describir la situación, no hacían falta muchas palabras, con decir que Azusa y Tsubaki estaban peleando por ver quién estaba más cerca de Ema, era suficiente.

— R-regresaron— habló la muchacha algo incómoda al tener a Tsubaki abrazándola por la espalda para cubrirse de su hermano— ¿Cómo les fue?

Ema intentó desesperadamente zafarse del agarre del peliblanco, pero no fue capaz de tener éxito. En contraste, Azusa se incorporó y se alejó rápidamente de la muchacha al ver que tú expresión no era buena.
«Muy sensato»— te atreviste a pensar.

— Fue una salida muy ilustrativa en diferentes aspectos...— Ukyo notó el aura que se comenzaba a formar a tu alrededor e intentó llevarse de escena a Ema— ¿Podrías ayudarme con la cena?

Tus ojos no se apartaban del peliblanco y sus confianzudas manos rodeando a Ema por la cintura. La muchacha se removió y atinó a asentir y solo en ese momento Tsubaki la soltó y Ema paso a tu lado susurrando un sutil: "No los mates"

Sonreiste amablemente para que la muchacha estuviera tranquila y Azusa en ese momento se tranquilizó, pero cuando Ema se fue con Ukyo y dejaste de sonreír, Azusa solo pudo sentir el escalofrío que le recorrió todo el cuerpo.

— Bueno, yo tengo cosas que hacer~— canturreó Tsubaki despreocupadamente mientras su gemelo veía muy cerca la tormenta.

— Tsubaki— hablaste con serenidad completamente fingida. En ese momento y al escuchar su nombre con tal tono de voz, se alarmó— y tú también Azusa, acompáñenme. Hay algo que me gustaría comentarles.

Tus ojos no se despegaron de ellos en ningún momento. Ni siquiera cuando los ojos de Tsubaki buscaron con desespero los de su hermano y solo fue ignorado.

Pasaste por la cocina y saludaste a Ema con una sonrisa mientras los gemelos iban unos pasos detrás de ti cabizbajos como niños a los que iban a regañar.

«Si no corre sangre hoy, podemos decir que ya no lo hará»— el pensamiento de Ukyo se vio interrumpido por la voz de Ema.

— No irá a matarlos...¿O si?

Solo en ese momento y al ver la preocupación de la muchacha, el mayor se preocupó también. Solo quedaba rogar que no pasara a mayores y que para la cena, todo mundo estuviera entero.

 Solo quedaba rogar que no pasara a mayores y que para la cena, todo mundo estuviera entero

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿P-por qué estamos

— Ambos, pasen y siéntense allí— interrumpiste a Tsubaki y apúntate a la cama mientras hablaste con serenidad.

— Escucha, podemos explicarte...

— ¿Explicar que no notaron lo incómoda que estaba Ema con la situación que montaron allá?— dirigiste tu pregunta a Azusa pero fue Tsubaki quien reaccionó apretando sus puños. Soltaste un suspiro.— Parecían dos niños peleando por un juguete— no querías sonar ruda, pero era lo que parecía.

¡No Caigas Por Esos Hermanos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora