♣ Capítulo 42♣

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Natsume había tomado un baño mas largo de lo normal. Azusa y Tsubaki se habían adelantado y para esas alturas el menor de los trillizos esperaba llegar a la habitación y encontrarlos dormidos. Pero grande fue la sorpresa que se llevó al ver que Azusa estaba siendo acorralado en uno de los pasillos por tí.

Esperó a que ambos se fueran. No quería tener que verte junto a uno de sus hermanos, mucho menos con uno de sus hermanos gemelos. Natsume intentó calmarse y cuando volvió a mirar ninguno de los dos estaba en el pasillo. Siguió su camino original y simplemente se acostó a intentar dormir.

—¿Entonces Azusa solo está avergonzado de lo que hizo?— preguntó Ukyo enterándose de todo lo ocurrido en la fiesta de halloween.

— Por eso parecía tan decaído— Masaomi se mostró pensativo mientras Tsubaki suspiraba.

— Por eso lo empujé a ir, sino no volvería a la normalidad.

Ukyo y Masaomi compartieron miradas y al tiempo, regresaste con una reluciente sonrisa acompañada de un Azusa que se veía cuanto menos con las mejillas algo sonrosadas.

Los tres que habían estado allí hablando de repente se preocuparon por tu buen humor y el estado un tanto aturdido de Azusa, pero no dijeron nada y comenzaron a beber.

Pasada la medianoche Ukyo decidió volver a la habitación y llevar a Kaname con él. De los presentes, él había sido el único que se había moderado un poco mas de la cuenta para poder llevar a Kaname de vuelta y así lo hizo.

 Tsubaki había bebido tanto que había comenzado a cantarle una canción a Azusa mientras hipaba de forma graciosa.

— Será mejor dejarlo aquí por hoy, antes de que otro accidente ocurra— Masaomi no lo dijo con maldad pero Azusa se crispó al escucharlo decir aquello.

— S-si, yo lo llevaré a que duerma— batalló un poco, pero cuando por fin estuvieron a solas Masaomi volteó a mirarte.

— El rostro de Masaomi está rojo— sostuviste sus mejillas entre tus manos y el hombre tomó tus manos entre las suyas y suspiró.

— Creo que bebí de mas, pero todavía estoy sobrio— lo miraste, muy fijamente como queriendo verlo flaquear en algún momento. Te hizo soltarlo y te recostaste sobre la mesa.

— Esto no es bueno para mi...—susurraste cerrando los ojos. Masaomi se acercó a apartar el cabello que se había agolpado en tu rostro y sonreíste cuando sus dedos te hicieron cosquillas en las mejillas. Masaomi se detuvo abruptamente y lo que viste al volver a abrir los ojos fue que te miraba con una expresión triste.

— ¿Que no es bueno para ti?—preguntó. Lo miraste un segundo y volviste a cerrar los ojos.

— No es bueno...que todos sean buenos conmigo... solo me hace querer quedarme para siempre — admitiste y a duras penas volviste a sentarte. El mareo ya era parte de ti para ese momento y el sueño comenzaba a ganar la batalla.

— Si te dijera que hay una forma de quedarte para siempre, ¿lo harías aunque fuera una locura?— las manos de Masaomi envolvieron las tuyas y lo miraste pero tu mundo comenzó a dar vueltas. Te apoyaste en su hombro y él atinó a abrazarte.

— ¿Una locura? —reíste acurrucándote  mejor cerrando los ojos.

— Si, solo tienes que elegir a alguno de nosotros— te separaste un poco al escuchar aquello abriste descomunalmente los ojos y echaste a reir.

— No juegues así conmigo— suspiraste llevando tu mano a tu frente para apartar tu cabello— deberíamos ir a dormir.

— Mi cabeza da vueltas— Masaomi se echó el cabello hacia atrás y te intentaste levantar. Si estar sentados era motivo de mareo, levantarse fue demasiado y terminaron tambaleando.

¡No Caigas Por Esos Hermanos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora