Llegas a la residencia y Ukyo te recibió.
— Bienvenida de vuelta— te sonrió.
— Si...— te quitas tus tacones y te pones las pantuflas—¿Ukyo-san no trabaja hoy?
— Hoy trabajo medio día—respondió apuntando a la pizarra en la pared de la cocina.
— ¿Necesitas ayuda?
— Si quieres ayudar puedes colgar la ropa en la terraza y luego continuamos con la limpieza de la sala y los pasillos— Ukyo te miró pensando en tu torpeza en la cosina podía ser a toda la labor doméstica.
— Yo me encargo—te arremangas y fuiste a recojer la ropa de la lavadora. Hacía un día estupendo esa mañana, al parecer podría secar tranquilamente la ropa. Colgaste sin ningún problema toda la ropa.
Llegaste a la sala nuevamente y Ukyo ya había preparado todo lo que usarían para limpiar.
— Toma, un delantal para no ensuciar tu ropa— te tendió uno de volantes color rosa pastel que tenía estampado de lunares blancos, y él traía uno con un gatito.
Pensaste que era muy amplia la gama de delantales que poseía ese hombre y asentiste colocándote el delantal. Ukyo te tendió un trapo y un limpiador y comenzaron a limpiar el salón.
Pasaron la aspiradora por el piso, el sofá y las cortinas. Sacaron brillo a la mesa y las sillas. Dejaron impecable la cocina y continuaron con las escaleras y el pasillo.
Por último se ocuparon de los baños.Antes de darse cuenta ya era tiempo de que Ukyo de fuera a trabajar.
—Queda limpiar las ventanas, pero podemos hacerlo mañana—se quitó el delantal y lo colgó. El impecable traje que llevaba debajo quedó a la vista pero estaba algo desaliñado.
—Todavía falta un rato para mí reunión, así que me ocuparé de las ventanas— Ukyo tomó su maletín y estaba en la puerta por salir. Se volteó a verte y lo observaste detenidamente. Estiraste tus manos y acomodaste las solapas del traje con mucho cuidado—. Ahora sí— sonreiste.
— Gracias— acomodó sus gafas intentando mantener su compostura y agregó—. Los productos de limpieza ya sabes dónde están, no te exijas demasiado. Volveré para hacer la cena— dijo viendo a su reloj. Y salió de la casa.
—Hasta parecían una pareja de recién casados— habló Tsubaki asustándote.
— Tsubaki, no empieces—intercede Azusa intentado que su gemelo no empezara una pelea.
Hiciste como que no escuchaste la voz de ninguno de los dos y pasaste por su lado sin mirarlos.
— Oye, en serio ¿qué planeas?— te tomó del brazo y te obligó a mirarlo.
—¡Tsubaki!—Azusa tomó de la muñeca a su hermano y lo reprendió con la mirada.
—Tsk— chasqueó la lengua y te soltó para terminar por sonreír—, creí que ninguno de nosotros te caía bien. Pero te estás llevando muy bien con todos ¿verdad?
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¡No Caigas Por Esos Hermanos!
FanficEma tiene una amiga de la infancia, a la que considera su hermana. Pero está está trabajando fuera de la ciudad y hace ya un año no se ven. Pero, ¿que pasará cuando se entere que Ema se irá a vivir con sus números hermanastros? Su llegada a la resi...