35. Derrumbe

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MIKHAIL

Tomo otro trago dejando que el líquido caliente arda y se deslice por mi garganta. Las palabras "pendejo" e "idiota" se quedan chicas para describirme ahora. No sólo me traicionó y mintió en la cara esa maldita perra sino que también se atrevió a robarme archivos de mi venta de armas.

¡La maldita me robó!

Lo sé gracias a que Connor me mostró un video captado por las cámaras de seguridad del cuarto de archivadores (sólo él y yo sabemos dónde se ocultan) donde se ve claramente a ella y a su perro guardián rebuscando entre cientos de documentos.

Se llevó dos papeles, documentos donde hay muchas especificaciones que mis enemigos no pueden tener como el material del que están hecho las armas o la forma de maniobrarlas. Aún no sé exactamente de que mes o año son esos papeles, o si quiera el nombre del comprador. Connor está investigando eso aún, dijo que tardaría sólo unos minutos y volvería a buscarme.

Me levanto de mi silla buscando otra botella. La traición de Davina me está golpeando más fuerte de lo que debería y me odio por eso. Vuelvo a tomar asiento cuando hallo lo que busco.

«Confío en ti».

Esas malditas palabras se repiten en mi cabeza. Una y otra vez. Me las dijo al final, después de haberme contado su pasado. O debería decir su supuesto pasado que a estas alturas ya no estoy seguro de si fue verdad, ni siquiera sé si su maldito "te amo" fue verdad y por una extraña razón tampoco sé porque una parte de mí se siente mierda cuando la obligué a verme follar con otra.

Creí que me sentiría mejor, que esta furia desaparecería, pero pasó todo lo contrario.

Me sentí la peor basura cuando vi el mar de lágrimas ensuciar su rostro y no debería ser así. Se supone que en vez de castigarla debí haberla matado ahí mismo, debí enterrar una bala en su cráneo, pero no lo hice. No pude y la detesto más por ello.

La odio porque a pesar de su traición la sigo pensando, la sigo deseando y sigo queriendo matar a quien sea que quiera dañarla o matarla.

«Maldita hechicera».

Maldito su encanto, su sonrisa y mirada hipnotizante.

— ¡Mikhail! —Connor entra corriendo en mi oficina, sin tocar, totalmente preocupado. «Esto no pinta bien» Se detiene a mi lado. —¡Tienes que ver esto! —teclea en mi computador con rapidez para luego mostrarme uno de los muchos documentos de mis ventas.

¿Este es el documento que se robaron?

—No sólo es el documento que se robó. Mira la fecha, hora y el nombre del vendedor.

Mi ceño se frunce en confusión y asombro con los tres datos que veo. «Imposible, yo no pude haber hecho esa venta». Es lo primero que pienso.

—Hay un traidor.—escupo con furia.

He tenido sospechas desde el ataque a la FEME.

—Lo sé. Osea ese día y a esa hora llevamos al hospital a Logan. El idiota se intoxico con no sé que mierda y...

—Lo recuerdo—corto el vómito verbal que estaba a punto de iniciar—No soy retrasado mental. Estuve allí.

—Sí, en fin. El traidor es de Hoffman—suelta mirándome y ruedo los ojos.

«Eso es más que obvio»

En el documento claramente se ve la foto del vendedor. Es uno de los hombres de Reiner sólo que con otro nombre.

—¡Maldita sea! — Me levanto de mi sitio frustrado, enojado y con ganas de degollar gargantas y despellejar cuerpos.

Otro traidor. Genial. El puto universo siempre estando en mi contra.

Caos (Duología Desastre #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora