DAVINA
— ¿Por qué haces esto, Layla? —interrogo volviendo a mirarla.
—Uy si, como si no supieras, maldita mentirosa —espeta con asco al tiempo que baja de la tarima y de la oscuridad de la habitación jala una silla donde yace un arma.
Toma asiento con el arma en mano mientras me repasa de pies a cabeza.
—¿Por qué? —vuelvo a repetirle.
Todavía me cuesta procesar que se haya aliado con el enemigo, pero más me cuesta ver como disfruta verme en el suelo. Desecha y derrotada.
—Lo mismo podía preguntarte yo, ¿por qué me mandaste a un centro de rehabilitación?
—Sabes perfectamente porqué lo hice. Intentaste acabar con tu vida—respondo lo obvio.
Rueda los ojos y niega con la cabeza.
—Por favor, deja de mentir bien que lo hiciste para quedarte con él. Quedarte con el único hombre que amo.
—¡¿Que?! —suelto con sorpresa— ¿Todo esto es por Mikhail?
—¡Sí, maldita traidora! —con más fuerza vuelve a golpearme en la cara, un pequeño chorro de sangre sale de mi boca. —¡Yo te amaba, te admiraba! —grita encolerizada al tiempo que me da un patadón directo a mis costillas pero lo detengo, con las poquitas fuerzas que tengo, alejando su rodilla de mí.
La sorpresa en evidente en sus ojos lo que la lleva a apuntarme.
—¡No te muevas que te dispararé!
Me limpio el rastro de sangre pasando por alto su amenaza.
—No puedes matarme...al menos no hasta que consigan lo que quieran—susurro cuando la garganta se me empieza a secar.
No he comido ni he bebido nada desde que empezaron a torturarme, Henrickson creyó que sería más fácil doblegarme y romperme, claramente quedó como un estúpido. Si bien siento que estoy fragmentándome, quebrándome, no significa que estallaré en mil pedazos, que terminaré rota frente a sus narices. No le puedo dar ese lujo, esa satisfacción que espera con anhelo.
—Tienes razón pero umm...—finge que piensa y continúa mostrándome una sonrisa de oreja a oreja—Puedo pedirle a Reiner y a sus hombres que te cojan a la vez como la perra traidora que eres. Por que hasta donde sé sólo Reiner te ha poseído.
De sólo escuchar su nombre se me revolotea el estómago mientras siento que mi cuerpo está bañado de mugre y lodo. «Me siento sucia».
—Juro que si algo de aquí serás la primera a quien mataré—la amenazo.
—Uy mira como tiemblo—sacude su cuerpo a propósito burlándose. Para y ponerse seria—¿Ahora dime que hiciste para que Mikhail cayera en tus encantos? ¿Cómo lo enamoraste? ¿Cómo llegó amarte?
«¿Enamorarlo?» .Mikhail no es capaz de sentir eso. Me lo dejó muy en claro la última vez que lo vi, él...
—Si crees que me ablandaré por tus lloriqueos estás equivocada. Ahora responde mi maldita pregunta.
Toco mi cara y efectivamente unas cuantas lágrimas caen sobre mi rostro. Ni siquiera sabía que estaba llorando.
—Él no me ama, nunca lo hizo. —el corazón empieza a dolerme.
«y nunca lo hará».
Él no sabe lo que es amar, sólo sabe destruir, aplastar y reducirte a basura que no vale nada.
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Caos (Duología Desastre #1)
Romansa-¡Deja de actuar como si fuese de tu propiedad!-pongo mis manos sobre su torso y lo empujo para que suelte mis hombros. -Sigue repitiendote eso hasta que te lo creas bonita,pero ambos sabemos que tú eres solo mía y que nadie toca lo mio-sonrie con m...