STEVE
¡Demonios, lo había hecho!
Aunque me hubiese gustado que fuese en otras circunstancias mas la jodida vida tuvo planes distintos. Ya no podía dar marcha atrás pues me sentí perdido cuando mis sentimientos se liberaron de las cadenas que yo mismo había creado para reprimirlos en el instante que estampé sus carnosos y sabrosos labios contra los mios.
«Probar sus labios es como estar en el puto cielo»
Muevo mis labios más feroz sobre su deliciosa boca con sabor a vodka permitiéndome retratar y guardar este momento porque sé que no volverá a ocurrir y al mismo tiempo con ayuda de mi lengua intento adentrarle la píldora, fabricada por nuestros químicos farmacéuticos de Skype, para que los efectos del alcohol ingerido se desvanescan en cuestión de minutos y también para evitar que arme otro papelón como lo hizo con la chica de hace una hora. La pobre chica terminó con su muñeca dislocada por intentar enfrentarse a davina debido a que le arruinó el polvo.
Davina resultó ser una mala bebedora después de todo.
Sigo Intentando adentrarle la píldora a pesar de que ella se resiste sabiendo perfectamente que le estoy haciendo un favor y bien en vez de un mal, pero para mala suerte mía de un momento a otro me apartan de sus labios con brusquedad.
—Pero que...—No tengo tiempo de reaccionar cuando siento un puñetazo en mi cara lanzándome contra el suelo. Junto mis antebrazos y ruedo rápido esquivando el golpe que presiento que van a darme en la cabeza y me pongo de pie para ver al infeliz que lo ha hecho.
Grande es mi asombro cuando veo parado y listo para impactar otro puñete al mismísimo Mikhail Pride, hijo de Becker Pride quien fundó la organización Pride. Sé que es él porque salvé su trasero junto al de davina del tiroteo en Dubái.
Pero eso no explica del porque está mirándome como si quisiese matarme.
—Oye, viejo—alzo levemente mis brazos como señal de que se calme—. No quiero problemas con nadie asi que olvidaré que me has golpeado.
Sí, eso es lo mejor, lo último que falta es que yo también arme una bronca y llame la atención de otros cuando lo único que quiero desde que pisé este lugar es solo pasarla bien, olvidarme de mi maldito problema y pasar desapercibido, aunque ya puedo decirle adiós a lo último pues ahora somos el centro de atención de todos.
—Entonces aléjate de ella y te prohíbo volver a acercártele.—demanda con una voz siniestra.
«¡¿Espera que?!»
¿Desde cuándo se toma esas atribuciones con davina? Entiendo que es su jefe y que quizás vela muy bien la seguridad de sus agentes pero hasta ahí llega; no tiene porque inmiscuirse en sus vidas privadas y mucho menos prohibir esas cosas que nada que ver con él.
—No haré nada que salga de tu boca porque en primer lugar tú no eres nadie, asi que toma tu irracional furia y métetela por el culo.—ok eso no es lo que quise decir o más bien si es pero eso sonó mejor en mi cabeza que ahora.
«¡Mierda, creo que lo he jodido más!»
Su mirada pasa de fuego a incendio y sé que no es nada bueno.
—¿Quieres que me la meta por el culo? ¡Bien! ¡La meteré pero en tu culo hijo de puta!
Un nuevo golpe es dirigido hacía mi cara pero esta vez lo esquivo y contraataco.
«Bien si quiere pelea entonces pelea le daré»
Una patada suelto directo a su cara pero se cubre con el brazo a la vez que su puño hace contacto con mi cara haciendo que retroceda unos pasos. No me da ni un respiro cuando corre directo a mí y me toma de un hombro y el otro lo enrolla por encima de mi cuello impactando su rodilla en mi estómago varias veces. Tengo que quitármelo porque a este paso me quedaré sin aire así que aprovecho que tengo su espalda pegada a mi cara y lo abrazo fuerte para luego dejar caer todo mi peso hacia atrás y rodar ambos por el suelo causando que me lo quite.
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Caos (Duología Desastre #1)
Romansa-¡Deja de actuar como si fuese de tu propiedad!-pongo mis manos sobre su torso y lo empujo para que suelte mis hombros. -Sigue repitiendote eso hasta que te lo creas bonita,pero ambos sabemos que tú eres solo mía y que nadie toca lo mio-sonrie con m...