14. No vuelvo a tomar

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DAVINA

—¡Despierta maldita sea!—siento como el tacto de una mano sacude mi hombro.

Abro poco a poco mis ojos y veo un par de ojos azules que se parecen a los de... ¿mikhail? ¿Cómo llegó él aquí? ¿y dónde está Steve?. Lo busco con la mirada y me percato de que el lugar está completamente vacío. ¿A dónde fue todo el mundo?

—No busques a tu amigo, te ha dejado botada.—se burla.

—¡Que! No puede ser, él no haría eso—intento ponerme de pie con las pocas fuerzas que tengo pero fallo porque tropiezo conmigo misma. Mikhail me sostiene de los hombros antes de que mi culo golpee el piso y me vuelve a sentar en el sillón.

—Claro que si lo hizo, huyó como un cobarde.

—¿Porque huiría?—pregunto confundida.— ¿y porque dices que es un cobarde?—añado.

—Peleamos y como supo que no podía contra mí decidió huir.

¡¿Mikhail y Steve peleando?! ¿Pero en qué momento pasó eso? Si lo último que recuerdo es que estaba brindado no sé porque junto a Steve. Maldita sean las copas que me tomé.

—¿Por qué pelearon?—pregunto mientras me saco los malditos zapatos que están matándome de dolor.

—Nada importante. Mejor vámonos ,que aquí no te puedes quedar.—me quita los zapatos de la mano y los arroja como si fuese cualquier cosa. Intento protestar pero una extraña sensación en mi estómago se hace presente.

—Mikhail creo que...

—No tengo todo la noche—me corta. Agarra mi hombro poniéndome de pie y jala de mí arrastrándome hasta fuera del lugar.

La oscura noche y el frio viento nos da la bienvenida. Suelta su agarre y saca de su bolsillo trasero un pequeño control. Presiona unos tres botones que posee este y de inmediato una camioneta se estaciona frente a nosotros.

Frunzo mi seño confundida.

—Es automático. Ahora sube.—demanda. Tomo la manija sin decir nada porque la verdad es que estoy demasiado cansada y mi estómago está bien raro.

—¿Qué haces?—coge mi mano antes de que pueda entrar a la camioneta. Lo miro como diciendo «¿no es obvio?»

—Tú iras adelante conmigo.—aclara— No atrás, ese lugar déjaselo a los ordinarios.

Entonces nos subimos y conduce en silencio a no sé dónde. Minutos después llegamos a un enorme edificio con varios pisos. Se estaciona frente a la gran puerta que hay ,donde un portero parece conocerlo pues levanta su mano saludándolo.

—Bájate que ya llegamos y espérame adentro junto al ascensor.

Sale del auto y no espera a que yo también lo haga. Me bajo dispuesta a acatar sus órdenes.

Entro rogando por no tropezarme de nuevo y hacer el ridículo. Mis ojos captan todo el lugar, es demasiado elegante hasta podría decir que el mismísimo presidente vive aquí. Continúo avanzando hasta llegar al ascensor y lo espero allí. El ascensor se abre pero él aún no llega entonces gritos a mi espalda comienzan a inundar mis oídos.

Giro y veo justo en la puerta una guapa castaña gritándole a mikhail no sé qué cosas mientras él hace lo mismo. No tengo para esperarlo toda la noche, estoy con sueño, mis pies siguen doliendo, y a eso le sumo mi estómago ya que la sensación rara no ha bajado si no por el contrario, ha aumentado. Así que camino por donde vine y en cuanto estoy a un metro de ellos hablo.

—No sé quién seas pero te agradecerías que dejes de molestarlo y dejes que me lo lleve—capto la atención de ambos, me miran y solo me acerco más a él envolviendo mis manos sobre su brazo.

Caos (Duología Desastre #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora