16. Goza y disfruta

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DAVINA

—¡Alto!—desfundo mi arma y pego un disparo al aire demostrándole que no estoy jugando.

Su cuerpo se tensa y para de correr.

—¡Volteate! ¡Y manos a la cabeza!

Acata mi orden. Se gira lentamente hasta que nuestras miradas colisionan. Sus ojos parecen vacíos, oscuros y siniestros demostrándome que no parece temerle—ni importarle —a que una bala impacte directo en su pecho en cualquier momento.

—No dispararás.—dice al tiempo que una sonrisa burlona se le dibuja en el rostro.

—¿Qué?¿Crees que no tengo los ovarios suficientes para dispararte?...¡No te muevas!—le ordeno pegando un tiro cerca a su pie cuando intenta avanzar hacía mí.

Odio que esté tan seguro de sí mismo. Prefiero las escorias que ruegan y piden misericordia por sus vidas cuando la muerte está por alcanzarlos que verlos intentar hacercelas de valiente. Eso lo hace menos interesante.

—Sé que los tienes.—hace una pequeña pausa y continua—Pero estoy seguro que no dispararás a la única persona que puede decirte la verdad sobre ti.

Frunzo el ceño confundida.

—¿De qué hablas?

—¿No te has preguntado alguna vez porque te obligan a usar lentes de contacto para ocultar el verdadero color de tus ojos?

Sus palabras hacen estragos en mí. Se supone que nadie —a excepción de mi madre y ben— saben de ello.

Entonces de un segundo a otro el entendimiento cae como un balde de agua fría sobre mí «Él me conoce y mucho». Él cuerpo se me tensa por completo. Un nudo se instala en mi garganta y el corazón me empieza a retumbar como un tambor.

—¿Sorprendida ,davina?

—Pero a que...

Toda palabra muere en mi boca cuando me percato de su cercanía «¿En que momento avanzó que no me di cuenta?» La pistola toca su pecho e intento retroceder unos pasos pero es demasiado tarde, porque él ya me tiene desarmada y pegada mi espalda a su torso con una navaja en el cuello amenazando con degollarme.

20 horas antes...

Todo el mundo calla ante la presencia del fundador incluyendo el tipo que antes  tuvo la osadía de enfrentarlo.

Comienzan a mirarse entre sí intentando ver que hace el otro mientras yo sigo en el cuadrilátero mirándolo.

Es un hombre muy guapo. Sus ojos son enmarcadas por un par de cejas negruscas bien pobladas, las facciones de su rostro junto a una leve capa de vello que carga como barba le dan un aire más maduro. Bajo mi vista un poco más y me encuentro sorprendida por los abdominales bien marcados que tiene.

A pesar de ser un madurito sabe mantenerse a comparación de otros que a su edad parecen tener más.

—¡¿Esperan una orden para saludar a su máximo jerarca como se debe o que?!

Al oir su grito todos parecen reaccionar del extraño trance —incluyéndome—y empiezan a ordenarse en filas dedicándole el saludo que todos los agentes  brindan cada que se presenta un fundador frente a ti ya sea de tú organización o de las otras.

—¿Y tú que esperas para hacer lo mismo que ellos?—me reclama.

Personalmente no me gusta hacerlo pero no protesto su demanda y solo imito rápidamente la acción del resto. Agacho levemente mi cabeza a la vez que coloco la palma de mi mano en el hombro contrario.

Caos (Duología Desastre #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora